Noticias de América del Norte

Biden reforzará la política del ‘made in América’ y reducirá las importaciones de China

Joe Biden, presidente de los Estados Unidos.

La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) entregó recientemente al Congreso la Agenda Comercial 2021 del presidente Biden. Allí detalla una política comercial “para ayudar a Estados Unidos a recuperarse de la pandemia Covid-19” y cambios en las políticas del comercio nacional e internacional. Buscará frenar a China porque dice que sus políticas comerciales “dañan a los trabajadores estadounidenses”.

El informe anuncia que busca «abordar las prácticas comerciales económicas coercitivas e injustas de China a través de una estrategia integral». Además, el USTR sostiene que la administración Biden reconoce que “las políticas comerciales de China dañan a los trabajadores estadounidenses, amenazan la ventaja tecnológica de Estados Unidos, debilitan la capacidad de recuperación de su cadena de suministro y socavan los intereses nacionales”. Casi nada.

Fabrica de confecciones en los EE.UU.

«La administración Biden se compromete a utilizar todas las herramientas disponibles para enfrentar las prácticas comerciales desleales de China que continúan perjudicando a los trabajadores y empresas estadounidenses», dijo el informe.

Además de buscar una aplicación estricta para garantizar que China cumpla con sus obligaciones comerciales existentes, el USTR dijo que la administración también buscará colaborar con aliados para abordar las distorsiones del mercado global creadas por el exceso de capacidad industrial.

La agenda del presidente apunta a crear “millones de empleos bien pagados y apoyar a las familias trabajadoras de Estados Unidos” al abordar cuatro desafíos nacionales: construir una base industrial y de innovación más sólida para que el futuro se haga en Estados Unidos; la construcción de infraestructura sostenible y un futuro de energía limpia; construir una economía más fuerte y promover la equidad racial en todos los ámbitos.

Biden «quiere un sistema de comercio internacional justo que promueva el crecimiento económico inclusivo y refleje los valores universales de Estados Unidos», dijo el informe. «La política comercial debe respetar la dignidad del trabajo y valorar a los estadounidenses como trabajadores y asalariados, no solo como consumidores». La agenda, agregó, «restaurará el liderazgo global de Estados Unidos al combatir las condiciones laborales forzadas y de explotación, la corrupción y la discriminación contra las mujeres y las minorías en todo el mundo».

A través del compromiso bilateral y multilateral, la administración Biden tendrá como objetivo generar consenso en torno a las políticas comerciales que abordan la crisis climática, reforzar las cadenas de suministro de energía renovable sostenible, nivelar el campo de juego, desalentar el arbitraje regulatorio y fomentar la innovación y la creatividad, dijo el USTR.

Naturalmente, una de las principales prioridades de la agenda comercial es derrotar al Covid-19 y fomentar una recuperación económica. Con ese fin, la administración de Biden se centra en aumentar la producción y distribución de vacunas para garantizar que la población se vacune lo más rápido posible. La agenda comercial apoyará inversiones a largo plazo para fortalecer la producción nacional de equipo médico esencial, ampliar la capacidad industrial y mejorar la preparación para hacer frente a futuras crisis de salud pública.

La política comercial también apoyará la recuperación económica más amplia ayudando a las empresas, incluidas las pequeñas empresas y los emprendedores, a poner a los estadounidenses a trabajar «creando productos de clase mundial para exportar a mercados extranjeros».

La política comercial de Biden-Harris enfatiza que el comercio «debe proteger y empoderar a los trabajadores, impulsar el crecimiento salarial y conducir a mejores resultados económicos para todos los estadounidenses». La administración revisará las políticas comerciales pasadas para ver sus impactos y consecuencias no deseadas para los trabajadores.

“Los trabajadores tendrán un asiento en la mesa mientras la Administración Biden desarrolla nuevas políticas comerciales que promueven un crecimiento económico equitativo al incluir estándares laborales sólidos y exigibles en los acuerdos comerciales que protegen los derechos de los trabajadores y aumentan la seguridad económica”, dijo el USTR. «La administración involucrará a los aliados para asegurar compromisos para luchar contra el trabajo forzoso y las condiciones laborales de explotación, y aumentar la transparencia y la responsabilidad en las cadenas de suministro globales».

Como parte de la agenda comercial, Estados Unidos trabajará con otros países, tanto bilateral como multilateralmente, hacia la sostenibilidad ambiental y el aumento de la ambición climática global. Esto incluirá la negociación e implementación de fuertes estándares ambientales que son críticos para una ruta climática sostenible.

La agenda comercial respaldará la visión integral de la administración de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y lograr emisiones globales netas cero para 2050, o antes, mediante el fomento de la innovación y la producción de tecnología relacionada con el clima en los EE.UU. Y la promoción de cadenas de suministro de energía renovable resilientes.

La administración de Biden también está comprometida con una agenda comercial que asegura que las preocupaciones y perspectivas de los trabajadores negros, latinos, asiático-americanos e isleños del Pacífico (AAPI) y nativos americanos, sus familias y empresas sean la piedra angular de las políticas propuestas, dijo el USTR. .

Las políticas comerciales del presidente también incluyen restaurar el liderazgo de Estados Unidos en todo el mundo y reparar asociaciones y alianzas.

“Estados Unidos trabajará con el director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Okonjo-Iweala, y con socios comerciales de ideas afines para implementar las reformas necesarias a las reglas y procedimientos sustantivos de la OMC para abordar los desafíos que enfrenta el sistema de comercio mundial, incluido el crecimiento desigualdad, transformación digital e impedimentos para el comercio de las pequeñas empresas”, dijo el USTR.
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Sourcing Journal / Comunidad Textil

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EE.UU. acusa a Vietnam de subvaluar su moneda para abaratar sus exportaciones

Fábrica confeccionista en Vietnam.

El gobierno de los Estados Unidos acusó a Vietnam de promover una competencia desleal sus productos y perjudicar así a las empresas que producen en territorio estadounidense.
Aseguran que el país asiático mantuvo artificialmente baja la cotización de su moneda para abaratar internacionalmente sus manufacturas.

EE.UU. dice que investigó y que probablemente el dólar estuvo infravalorada durante los últimos tres años, y en 2019que el Banco Estatal de Vietnam habría intervenido en los mercados de divisas para respaldar esta acción.

Según un informe, “las leyes, políticas y prácticas de Vietnam que contribuyen a la subvaluación de la moneda a través de intervenciones excesivas en el mercado de divisas y otras acciones relacionadas cargan o restringen el comercio estadounidense en el sentido de la sección 301 de la Ley de Comercio”.

Señala que “la subvaloración de la moneda efectivamente reduce el precio de los productos exportados de Vietnam a Estados Unidos. Esto hace que las importaciones vietnamitas en los EE.UU. sean menos costosas de lo que serían de otra manera, lo que socava la posición competitiva de las empresas en los Estados Unidos, que compiten con las importaciones vietnamitas de menor precio.

Asimismo, señala que “la subvaluación de la moneda eleva el precio en moneda local de las exportaciones estadounidenses a Vietnam y socava la posición competitiva de las empresas estadounidenses en el mercado vietnamita”.
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Leathermag.com / Comunidad Textil

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Prevén en Estados Unidos una ola de cierres de tiendas minoristas por la pandemia

Según la consultora Coresight Research, el sector minorista estadounidense podría verse afectado por el cierre de hasta diez mil tiendas en 2021. De cumplirse los pronósticos sería un nuevo récord brutal en la historia del retail de los Estados Unidos.
En 2020, la moda representó el 36% de todos los cierres del sector minorista.

La pandemia ha generado una situación de destrucción en el sector minorista, que esta avanza en forma, hasta ahora, sin que se pueda parar. En lo que va de enero, los retailers estadounidenses ya han anunciado el cierre de 1.678 comercios, entre ellos algunos como Bed Bath & Beyond, especializado en ropa de cama y baño, o The Children´s Place, de ropa infantil.

Los diez mil cierres que avisora la consultora Coresight Research para este año, supondrían un hito sin precedentes en la economía del gigante norteamericano y representan un incremento del 14% respecto al año 2020.

El informe de Coresight resulta especialmente dramático en el sector de la moda. Los cierres en 2020 han representado el 36% del total del comercio minorista, al sumar más de 3.000. Y las previsiones para la consultora son pesimistas porque el sector de la moda, probablemente, constituirá una parte sustancial de los cierres en 2021.

Según la consultora First Insight, el 40% de los consumidores tiene previsto comprar en tienda física igual o incluso menos, tras recibir la vacuna del Covid19.

La otra cara de la moneda viene marcada por las aperturas previstas, que en ningún caso equilibrarían la balanza. Coresight Research pronostica la apertura de unas 4.000 tiendas, apoyadas principalmente por la expansión de ‘tiendas de descuento’.
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Modaes / Comunidad Textil

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El sector moda se reivindica como «motor del empleo» y reclama apoyo a Joe Biden

El sector de la moda estadounidense, gravemente golpeado por la pandemia del coronavirus, pidió este miércoles 20 de enero apoyo al recién investido presidente Joe Biden y se reivindicó como un «motor de empleo» nacional que contribuye 383 000 millones de dólares anuales a la economía del país.

«El negocio de la moda tiene una necesidad crítica de apoyo y hay razones para el optimismo en que Joe Biden entienda que es un motor para el empleo estadounidense», dijo en un comunicado Steven Kolb, el director ejecutivo del Consejo de Diseñadores de Moda de EE.UU. (CFDA, por su sigla en inglés).

Joe Biden, presidente de los Estados Unidos.

Kolb aseguró que tienen expectativas en la «promoción» de la moda estadounidense por parte de miembros de la Administración, como se ha visto hoy en la toma de posesión, en la que Biden vistió traje de chaqueta de Ralph Lauren y la vicepresidenta, Kamala Harris, piezas de Christopher John Rogers y Sergio Hudson.

Más allá de eso, el CFDA, que agrupa a casi medio millar de firmas, aplaudió que Biden priorice un plan de estímulo de US$ 1,9 billones y la vacunación de la población, que «deberían funcionar bien para la recuperación económica y los sectores de moda y minoristas, especialmente golpeados por la pandemia».

En ese sentido, los diseñadores pidieron al nuevo Gobierno ampliar los programas de ayuda contra la covid-19 para que muchas firmas soporten la situación, reducir los aranceles impuestos por la anterior administración y ofrecer incentivos fiscales a los diseñadores locales que quieren fabricar sus prendas en los EE.UU.

Fabrica de confecciones en los EE.UU.

«Se necesita una reforma inmigratoria que apoye una fuerza de trabajo robusta en el sector de la moda, desde trabajadores de fábricas hasta extranjeros que quieren establecer marcas en EE.UU. Nos alientan los planes para dar un camino a la ciudadanía de los inmigrantes indocumentados y refugiados», agregó Kolb.

Asimismo, la moda estadounidense, que en los últimos meses ha defendido una transición de negocio hacia la sostenibilidad y la inclusión, consideró positiva la apuesta de Biden por la lucha contra el cambio climático y la diversidad en su Administración, ya que refleja sus «compromisos».
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Fashion Network / Comunidad Textil

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Nike, la marca ganadora por el triunfo de Joe Biden y de Kamala Harris en los EE.UU.

Kamala Harris felicitó a Biden por el triunfo, vestida de Nike.

Uno de los tuits más viralizados de la jornada del sábado 7 de noviembre fue publicado por la vicepresidenta electa de los Estados Unidos. Es un video en el que Kamala Harris, que llama a Biden para decirle «Lo hemos logrado Joe. Vas a ser el próximo presidente», esta vestida con indumentaria de Nike. El video del momento tuvo millones de ‘Me Gusta’ y cientos de miles de retuits.

La breve charla entre los recién electos candidatos del Partido Demócrata se publicó casi inmediatamente después de confirmarse la victoria en la cuenta de la senadora Harris, que es seguida en esa red social por casi 11 millones de usuarios. Todavía ninguna agencia especializada reveló cuantas vistas tuvo a nivel global, pero seguramente deben ser cientos de millones, ya que es uno de los tuits más representativos de la jornada del sábado y de la vicepresidenta electa.

En el video, Kamala aparece muy contenta, aparentemente después de haber hecho deporte en un camino arbolado, con el celular en una mano, los auriculares en la otra y vistiendo un outfit de Nike, cuyo logo destaca claramente.

Según diferentes sitios dedicados al marketing la viralización de esa publicación, que aún sigue vigente en la plataforma, se ha convertido en uno de los más redituables avisos comerciales no pagados de la historia, con el lógico y consiguiente beneficio para la marca de indumentaria.

No es la primera vez que Harris llama la atención por su vestimenta. En septiembre pasado, durante una serie de actos, utilizó unas clásicas zapatillas Converse, hecho que sobresalió por lo desestructurado de su elección. En ese momento se resaltó que era la primera política en usar zapatillas en campaña.

«Las zapatillas son una forma de calzado que se abre camino en los armarios de muchas mujeres como parte de un desafío mayor a los conceptos anticuados de la feminidad», dijo al respecto Elizabeth Semmelhack, autora de Sneaker X Culture: Collab.

Tradicionalmente, existe una etiqueta de calzado estándar para las mujeres en cargos políticos, ya sea alfa (tacones) o conservadora (sandalias). Semmelhack cree que el calzado que utiliza Harris son una señal de acción. «Las zapatillas de deporte están actuando como el equivalente de vestimenta de estar dispuesta a arremangarse», explicó en su momento.
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El Cronista / Comunidad Textil

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La industria de Europa y de EE.UU. reclama detener la guerra comercial de ambos

Euratex (The European Apparel and Textile Industry) y la AAFA (American Apparel & Footwear Association) reclaman frenar la guerra comercial entre los EEUU. y la Comunidad Europea Europa. Las entidades dieron a conocer un comunicado conjunto sobre la cuestión de aranceles y subvenciones que complican el comercio entre ambos.

En el comunicado celebran la progresiva reducción de aranceles para determinadas familias de productos americanos y europeos, que se habían acordado, especialmente en momentos tan difíciles como los actuales. Sin embargo estos avances peligran.

Stephen Lamar, presidente y CEO de AAFA (American Apparel & Footwear Association).

El documento surgió ante el hecho de que la Organización Mundial del Comercio OMC autorizó a la Unión Europea a imponer aranceles en hasta 4.000 millones de dólares en importaciones procedentes de los Estados Unidos. Esta decisión se acordó como contramedida a las subvenciones, que con su decisión la OMC viene a calificar de ilegales, realizadas por el Gobierno estadounidense al fabricante de aviones Boeing.

En su comunicado, ambas organizaciones del sector textil hacen un llamado a las autoridades de ambos lados del Atlántico para sostener las rebajas para arancelarias para que “beneficien cuando antes a todo tipo de artículos, incluido los del sector textil/confección, producidos tanto en EE.UU. como en Europa”.

Reclaman a las autoridades “mantener abierto el diálogo y la cooperación en la regulación de diversos sectores, entre ellos el nuestro. Vemos con satisfacción que existen ya planes para fortalecer la cooperación en el área de los textiles inteligentes (Smart Textiles). Este esfuerzo debe traducirse en iniciativas concretas en beneficio de las empresas americanas y europeas, de sus trabajadores y de sus consumidores”, dicen.

Alberto Paccanelli, presidente de Euratex (The European Apparel and Textile Industry).

El sector europeo de la industria textil y de confección se ve afectada por este conflicto, que ha generado un importante aumento de los aranceles aduaneros para este y otros sectores industriales.

Los sectores industriales urgen a las autoridades respectivas a resolver en el seno de la OMC la guerra comercial, generada en torno a las compañías Boeing y Airbus.

“Antes nos habíamos opuesto a la imposición de aranceles a productos europeos por partes de las autoridades americanas -sostiene el comunicado-. Ahora nos oponemos también a reacciones similares por parte de las autoridades europeas hacia productos norteamericanos, que podrían producirse en las próximas semanas. Deben arbitrarse lo antes posible soluciones para terminar con esta guerra comercial, que afecta a ambos continentes”.

La nota finaliza expresando que Euratex y la AAFA siguen dispuestas a colaborar con las autoridades de ambos bloques para encontrar las mejores soluciones para el sector textil/moda europeo y americano.
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Pinker Moda / Comunidad Textil

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El sector moda de EE.UU. se queja por la baja del 50% en el consumo de indumentaria

La AAFA (American Apparel & Footwear Association) de los Estados Unidos difundió datos sobre el nivel de caída local de las ventas de productos de confección. Según la organización empresaria, el consumo de indumentaria -que es uno de los segmentos más importantes dentro de los presupuestos domésticos-, está bajando un 50% a lo largo de este año der pandemia.

Nate Herman, vicepresidente senior de la AAFA, informó recientemente que las ventas detallistas cayeron un 83,9% en abril; otro 62,3% en mayo; y un 24,3% adicional en junio. Las expectativas para este año 2020 es que el descenso total promedio podrá estar en torno al 50%, salvo que las ventas para el próximo invierno y durante la campaña de Navidad cambien la situación.

Aparte de la pandemia del Covid-9, que está lejos de desaparecer, otro factor que ha contribuido a provocar esta situación es el empeoramiento de las relaciones comerciales con China, que está afectando a las marcas y a las cadenas detallistas, que se aprovisionan sustancialmente en el país asiático.

Los directivos de la AAFA lamentan, por ejemplo, que por la guerra comercial China, haya reducido sensiblemente sus compras de algodón y de textiles estadounidenses. Otro tema sensible dentro de las relaciones comerciales entre ambos países sigue siendo los derechos de propiedad intelectual. Muchas empresas norteamericanas se quejan de que sus competidores asiáticos logran registrar marcas y patentes que constituyen casi una copia de desarrollos americanos, a pesar de que el gobierno de Beijing ha afirmado repetidas veces que lucha contra esta situación.

El gobierno estadounidense también pone el punto en otra acusación a China. Hablan del trato que se da a los ciudadanos de la XUAR (Xinjiang Uyghur Autonomous Region), dentro de la provincia de Xinjiang. Dicen que a veces que los uigures “son tratados casi como esclavos, sobre todo en sectores intensivos en mano de obra como es la confección”. Por este motivo, hay marcas occidentales han vetado ya la importación de artículos que hayan sido producidos por trabajadores de esa etnia, sobre todo algodón e hilados de algodón.

Herman señala que esta situación puede reducir la capacidad de las marcas estadounidenses de producir y vender artículos con precios baratos.

Cabe destacar que otros países asiáticos como Bangledesh mantienen similares condiciones de trabajo, que son igualmente criticadas por los países Occidentales, pero que siguen generando productos extremadamente baratos, que generan el cierre y la pérdida de puestos de trabajo en la industria de EE.UU., América Latina y Europa.
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Pinker Moda / Comunidad Textil

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Un tribunal dijo que Amazon es legalmente responsable por la falla de los productos

Un Tribunal de Apelaciones de California dictaminó que la empresa puede ser considerada legalmente responsable por los daños causados por los productos vendidos por terceros en su sitio. Una jueza dictaminó que «según los principios establecidos de responsabilidad estricta, Amazon debería ser responsable si un producto vendido a través de su sitio web resulta ser defectuoso».

El caso en cuestión involucró a una mujer de California que compró una batería de repuesto defectuosa para su computadora portátil a un vendedor de Amazon, Lenoge Technology HK Ltd. Según un informe de CNBC, esa batería se incendió y le produjo quemaduras de tercer grado.

Amazon se ha caracterizado como un mero conducto para los productos de su legión de comerciantes independientes, que constituyen la mayor parte del mercado de la compañía. Pero el tribunal de California dictaminó que debido a que la empresa se convirtió en parte de «la cadena de distribución» del artículo al almacenarlo en su depósito, recibir el pago, enviar el producto, establecer los términos de la relación entre ella y el vendedor y exigir impuestos en cada compra, fue «fundamental para llevar el producto al consumidor».

«Según los principios establecidos de responsabilidad estricta, Amazon debería ser responsable si un producto vendido a través de su sitio web resulta ser defectuoso», dijo el tribunal, y agregó que la empresa no recibirá protecciones a través de la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, que protege los sitios en línea de ser considerados responsables por el contenido que publican sus usuarios.

El fallo sienta un precedente significativo, ya que abre a Amazon a la responsabilidad de una serie de reclamaciones potencialmente explosivas de consumidores descontentos con los productos que han comprado. La plataforma ha estado plagada de quejas de agencias gubernamentales, marcas y compradores por igual, sobre su postura aparentemente laxa sobre las falsificaciones y los productos vendidos ilícitamente, algunos de los cuales podrían terminar siendo peligrosos para los consumidores.

Inmediatamente más de una docena de asociaciones de la industria, incluidas la Asociación Estadounidense de Ropa y Calzado (AAFA), la Asociación de Comercio de Joyería y Accesorios de Moda y la Asociación de Líderes de la Industria Minorista (RILA), anunciaron la formación de la Coalición Buy Safe America , diseñada para combatir el problema de las falsificaciones en los mercados en línea como Amazon.

La organización apunta a respaldar la legislación, como la Ley de Consumidores INFORM, que requeriría que las plataformas que dependen de vendedores externos examinen a estos vendedores más a fondo, recopilando información más detallada sobre sus negocios.

Jeremy Robinson, abogado de Bolger, le dijo a CNBC que los consumidores de todo el país apoyarán este fallo. Por su parte, Amazon dijo que planeaba apelar diciendo que “la decisión del tribunal se decidió erróneamente y es contraria a la ley bien establecida en California y en todo el país que los proveedores de servicios no son responsables de los productos de terceros que no fabrican o venden». La respuesta es ingeniosa pero no le garantiza a Amazon que el tribunal le permita esquivar su responsabilidad.
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Sourcing Journal / Comunidqd Textil

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Grandes tiendas y shoppings están en riesgo de perder su cuota de mercado de la moda

La permanente baja en los ingresos de la población de los Estados Unidos en la última década tiene al sector indumentaria y calzado de las grandes tiendas y centros comerciales en caída libre. Con la pandemia las ventas vía internet aumentaron fuertemente y las consultoras opinan que “los consumidores no abandonarán rápidamente su nueva dependencia del comercio electrónico”. Un fenómeno que no afecta al sector minorista de todo el mundo.

Según una nota de investigación del analista Jay Sole, de la consultora suiza UBS Group AG, en 2003, los grandes almacenes en América del Norte controlaban el 47%de las ventas de ropa, calzado y accesorios. Actualmente es del 26% y se espera en para el 2024, representen sólo el 13% de la cuota de mercado,

La llegada de la Gran Recesión en 2008 comenzó a acelerar un cambio de canal que llevó años. A medida que el desempleo se disparó y los consumidores se vieron afectados en sus finanzas, muchos acudieron al comercio electrónico para buscar las mejores ofertas y estirar sus dólares, que eran cada vez menos. Ahora, la pandemia de coronavirus está influyendo otra vez en el comportamiento del consumidor, obligándolo a confiar casi exclusivamente en los canales de comercio digital, mientras que el COVID-19 mantuvo cerradas las tiendas de ropa y calzado.

El informe de Sole citó datos de Euromonitor que indican que el porcentaje de prendas de vestir y calzado vendido en línea había aumentado al 25%en América del Norte en 2019, desde solo el 3% en 2005. Y la investigación de mercado de UBS Evidence Lab de marzo, señala que más del 80% de los consumidores estadounidenses compraron ya sea ropa o calzado en línea al menos una vez en los últimos 12 meses.

EMarketer espera que el comercio electrónico de EE.UU. aumentará un 18% este año, a pesar del 20,1% del mercado minorista, a pesar de las ventas de gas y automóviles.

Sole cree que los consumidores no abandonarán rápidamente su nueva dependencia del comercio electrónico.

«No creemos que el cambio a las compras en línea se revierta cuando termine la pandemia, porque los consumidores están desarrollando nuevos hábitos de compra», escribió Sole. En este sentido señaló que “cuanto más dura la pandemia, más arraigados se vuelven los nuevos patrones de compra”.

La tecnología, agregó, impulsará el auge en línea con capacidades de comercio social en Instagram y Facebook, opciones de pago digital amigables para el consumidor y experiencias de compra habilitadas para 5G. Además, Jay Sole cree que Amazon continuará afinando su modelo operativo y alejará aún más a los compradores de las tiendas físicas.

Además del sector de grandes tiendas, los centros comerciales podrían estar entre los mayores perdedores, al menos en los Estados Unidos. A medida que los consumidores cambian a las compras en línea, ya no necesitan el centro comercial como el ‘concentrador’ de moda de facto, para comprar todo en una sola vez. UBS también ha pronosticado que más de 24.000 tiendas de ropa y accesorios cerrarán en los próximos cinco años, todo acelerado por el encierro y la caída del consumo generado por la pandemia.
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Sourcing Journal / CueroAmérica

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Por la guerra comercial y la caída de su demanda EE.UU. baja sus compras en China

Un trabajo realizado por la consultora Coresight opina que Estados Unidos cada vez compra menos productos chinos, en tanto aumentan las importaciones desde otros países asiáticos. A la guerra comercial propiciada por la administración Trump se suma la abrupta caída de la demanda por la pandemia. La empresa le asigna a los consumidores estadounidenses un creciente rechazo a los productos chinos.

Coresight Research apunta que durante el mes de junio registró entre los consumidores estadounidenses un creciente sentimiento negativo hacia los productos fabricados en China y hacia las etiquetas Made in China.

El estudio de la empresa sostiene que el 47,8% de los encuestados desea que los detallistas estadounidenses se aprovisionen menos en China que en el pasado. Pero sólo el 39,7% manifestó su deseo de comprar menos productos fabricados en ese país.

Donald Trump y Xi firmaron varios acuerdos, pero EE.UU. mantiene activa su guerra comercial.

Algunos aseguran que este, como otros estudios, buscan respaldar la actitud del presidente Trump a favor de los productos ‘Made in America’, en el marco de la guerra comercial entre su país y China. Y también fortalecer su acusación a ese país asiático por aparición del Covid-19.

“El pasado mes de mayo el presidente Trump permitió que la United States International Development Finance Corporation diese apoyo financiero a las empresas estadounidenses que desean fabricar productos para emergencias en su propio país. El sistema fiscal estadounidense, además, está ofreciendo ayudas fiscales y subsidios a las empresas dispuestas a prescindir de su aprovisionamiento en China. Todo ello puede acelerar una modificación sustancial del mapa de las cadenas de suministro”, aseguran.

El último US Reshoring Index de Kearney, por otro lado, ha detectado un descenso significativo de las importaciones de productos manufacturados en China. Estas importaciones descendieron ya un 17% entre 2018 y 2019 y han seguido bajando a medida que se desarrollaba la guerra comercial entre ambas economías.

Los US$ 31.000 millones de exportaciones que perdieron los fabricantes chinos el año pasado fueron a parar a otros países asiáticos de bajo costo y especialmente a Vietnam, que absorbió casi la mitad de esa cifra. Sin embargo, lo que quizá no saben u olvidan muchos estadounidenses, es que buena parte de sus proveedores de esos países -incluido Vietnam- son chinos o empresas dependientes de China.

Los últimos datos de Otexa (Office of Textiles and Apparel), un organismo gubernamental estadounidense, reveló un descenso del 41% en las importaciones de textil/confección procedentes de China entre enero y abril de este año. En consecuencia, a primeros de mayo la cuota de mercado de China en el mercado estadounidense era de solo el 30,53%.

Según Coresight Research el comercio estadounidense con Asia está trazando un nuevo mapa de las cadenas de suministro. “Lo que los compradores americanos buscan, sin embargo, son conceptos más prácticos: una mayor resistencia de sus cadenas de suministro ante las dificultades, menores riesgos y menores costos”, dice.

Algo parecido está sucediendo, aunque a menor ritmo, en otros mercados occidentales, que están generando apoyos para que las industrias abandonen China y regresen a sus respectivos países.

En el futuro -concluye el informe de Coresight Research- más empresas occidentales pueden reducir su producción en China. Deberían estar atentas a las demandas de los consumidores y a la importancia que conceden al origen de sus productos.
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PinkerModa / Comunidad Textil

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