Crisis

Hermes prometió mantener a todo el personal y da fuerte apoyo y productos sanitarios

El grupo de lujo Hermès se unió a la creciente lista de compañías que donan dinero y productos para ayudar en los esfuerzos para combatir el coronavirus, o Covid-19.El grupo francés de productos de lujo donará 20 millones de euros a hospitales de París y aseguró que sostendrá a sus 15.500 empleados.

El grupo de lujo Hermès anunció que se une a los esfuerzos para combatir el coronavirus. La empresa francesa de productos de lujo donará € 20 millones a hospitales de París y aseguró que sostendrá a sus 15.500 empleados.

Asimismo, su fábrica de fragancias en Le Vaudreuil ha suministrado 30 toneladas de desinfectante para manos y otras instalaciones han fabricado más de 31 toneladas de máscaras.

Los directivos de Hermès renunciarán a un aumento salarial para 2020, en lugar cobrarán en niveles similar a 2019.
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PinkerModa / Comunidad Textil

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El 40% de la población de Costa Rica bajó sus compras de indumentaria en el 2019

Confecciones en Costa Rica.

En el contexto de crisis económica que sufre Costa Rica, durante 2019 el 40% de las familias restringió sus compras de ropa y calzado. El 33% de los hogares redujeron su gasto en comidas fuera de casa, y el 29% en el rubro de ‘otros gastos de recreación o entretenimiento’.

De los hogares consultados aseguraron que durante 2019 restringieron su gasto, detalla la que el año pasado los rubros de gasto que más afectados en los hogares fueron la compra de ropa, zapatos, comidas fuera del hogar y otros gastos de recreación o entretenimiento.

Además, como estrategia alternativa para enfrentar la crisis económica, en la mitad de los hogares del país al menos un miembro ha buscado nuevas formas de generar ingresos.»

Los resultados de esta encuesta se recopilaron en medio de una tímida recuperación de la economía, pues en junio de 2019 el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) comenzó a mostrar signos de recuperación, comportamiento que sólo se ha mantenido hasta octubre del año pasado.
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CentralAméricaData / Comunidad Textil

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Un informe de EE.UU. acusa a los grupos financieros de poner en riesgo el negocio minorista y miles de empleos

‘Wall Street está destruyendo empleos minoristas’ opina un estudio del Center for Popular Democracy. El trabajo asegura que la inversión de grupos financieros, llamados de “capital privado”, en el comercio minorista ha llevado en los Estados Unidos a la eliminación directa de 597.000 empleos en la última década. Estima además que otras 728.000 personas han perdido sus puestos de trabajo, como resultado indirecto de las inversiones de las empresas.

Según el informe, una ola de quiebras de grandes empresas minoristas y cierres de tiendas en los últimos años se puede atribuir en parte a las inversiones de empresas de ‘capital privado’. Por otra parte, la concentración genera un duelo de titanes en que caen algunos grandes jugadores pero miles de pequeños participantes.

Destaca que las empresas de ‘capital privado’ tienen el doble de probabilidades de quiebra y el 71% de las quiebras minoristas de más alto perfil desde 2012 han estado en cadenas cuya propiedad es de ‘capital privado’. De los minoristas en bancarrota listos para cerrar tiendas en 2019, el 70% están respaldados por Wall Street, entre ellos Payless ShoeSource, K-Mart, Sears y Charlotte Russe, señala el informe.

“Las empresas de ‘capital privado’ tienden a adquirir a través de compras apalancadas (LBO), que a menudo deja a los minoristas con grandes cargas de deuda y, por lo tanto, no pueden realizar inversiones críticas, lo que puede ser perjudicial en un clima de interrupción”, dice.

Por ejemplo, los expertos atribuyen los problemas de Payless a sus propietarios que cargaron a la compañía con miles de millones en deudas después de un LBO 2012. Los intentos de limitar las pérdidas a través del cierre de 1.000 tiendas y el cobro de una deuda de US$ 435 millones a través del Capítulo 11 en 2017 no fueron suficientes.

Aunque el minorista logró tener nuevos propietarios después de salir de la bancarrota ese mismo año, finalmente se vio obligado a liquidar las 2.500 ubicaciones restantes de América del Norte en 2019. Fue cuando se declaró en bancarrota por segunda vez, dejando a 16.000 trabajadores desempleados, enumera el estudio

El trabajo del Center for Popular Democracy asegura que las empresas adquiridas por ‘capital privado’ experimentan una disminución del empleo del 12% en los siguientes cinco años en promedio. Este es un análisis de la Oficina Nacional de Investigación Económica sobre más de 3.000 adquisiciones que realizaran empresas de ‘capital privado’.

El informe contabiliza también que las mujeres y las personas de color se ven afectadas de manera desproporcionada por estos recortes, ya que el 76% de los trabajadores de empresas minoristas son mujeres, mientras que el 43% son negros, latinos o asiáticos.

Las inversiones de riesgo están en aumento en 2019, con la proporción de préstamos a empresas de alto riesgo que alcanzó en mayo su nivel más alto desde 2013, según la Reserva Federal. En el futuro, el nuevo informe proyecta como previsible que la pérdida de empleos en el sector minorista continuará en el futuro.

En este informe las víctimas que se cuentan son del sector minorista, pero hay otro gran perdedor y es el sector industrial, que queda en situación debilidad extrema frente a la fortaleza de los grandes minoristas y de las marcas. Y esto es una epidemia que recorre el mundo, y tiene su punto neurálgico en países de Asia y algunos de África y América Latina. Allí donde se permiten condiciones de trabajo por debajo de lo admitido en cualquier ‘papel’ y que genera fuertes pero inocuos reclamos de la las ONU y la Organización Internacional del Trabajo.

Cabe aclarar que denominan empresas de ‘capital de riesgo’ o ‘capital privado’ a las que trabajan con dinero aportado por inversionistas profesionales. Estos aplican su capital en empresas con potencial de crecimiento, con el objetivo principal de incrementar significativamente el valor de las compañías. Generalmente participan directamente en los cuerpos de gobierno corporativo y en la dirección de las empresas que financian.
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FN Footwear News / Comunidad Textil

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El derrumbe de la industria textil de Argentina no para y el sector sólo espera que se produzca un gran cambio

En tres años -2015 y 2018-, la actividad de la industria textil de Argentina perdió más 10.000 empleos y cayó más que el promedio del sector fabril local. Pero en lo que va del 2019 la fuerte crisis –brutal caída del consumo- del país aceleró el cierre de plantas, en tanto que algunas también se mantienen en una muy escasa producción. Esto ha generado una enorme pérdida de puestos de trabajo, la mayoría de personal calificado que costó años formar.

La Federación de Industriales Textiles de la Argentina (FITA) describió la situación como de extrema gravedad y alertó sobre el riesgo de «relocalización» de industrias que, en muchos casos, eligen a Brasil como nuevo destino.

Yeal Kim, presidente de la Fundación ProTejer.

Por su parte Yeal Kim, presidente de la Fundación ProTejer, explicó que en los últimos 4 años «cayeron muchas empresas con la consecuente pérdida de empleo» y que «seguir trabajando es cada vez más difícil». Señaló que hoy más que la importación el problema es la falta de demanda: «Hasta los importadores tienen problemas; nunca hubo una política clara para el sector».

La capacidad ociosa de la industria textil de Argentina ronda el 70% y el nivel de actividad, según datos de la federación, viene cayendo «sostenidamente» desde hace 14 meses.

Se cree que desde relación con junio de 2016 la baja de la actividad es de 25%. Y si se miran los datos de empleos y se considera la totalidad de la cadena (textil, confección, indumentaria y cuero y calzado) se observa que entre el tercer trimestre de 2015 y el tercer trimestre de 2018 la pérdida de puestos trepa a 16,1% (se trata de 26.200 empleos menos).

Denise Karagozlu, Directora Comercial de Colortex.

Desde la Federación, la economista Denise Karagozlu uno de los graves problemas de la industria argentina es la pérdida de competitividad por los altos costos del transporte local, que hace que “traer un contenedor desde China a la Argentina sale más barato que mover uno desde la provincia de La Rioja a Buenos Aires”.

Ni siquiera la reciente devaluación del peso argentino no equiparó las condiciones porque los costos subieron porque el costo de los combustibles y los demás están ‘dolarizados’.

La crisis generada por la caída del consumo se vio agravada por la apertura indiscriminada de las importaciones que aprovecharon un dólar bajo, creando una situación terminal al sector». Por otra parte, el costo de exportación de un container es un 15% más alto, en promedio, que los costos que hay en el mundo. Y son casi el doble de los que se pagan en Chile, por citar un caso cercano.

Luciano Galfione, director de Galfione y Cía. y directivo de la Fundación ProTejer.

El empresario textil Luciano Galfione dejó en claro que el sector textil de Argentina está «tecnificado» y que «en su gran mayoría es de clase mundial, con maquinarias de vanguardia». Señala que las empresas son «extremadamente» eficientes y productivas puertas adentro y que el problema está afuera», es decir, en las condiciones que se generaron en el país.

Galfione apunta a las cargas impositivas, los costos energéticos, de servicios y logísticos. «La cuestión es la no competitividad sistémica y eso se ve cuando una prenda hecha en China se vende en la Argentina cuatro veces más cara que en Milán. Eso deja en claro que el problema está en otro lado y no en las fábricas».

Según el Reporte de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, la Argentina está en el puesto 57 entre 140 países. En el componente «entorno macroeconómico» el país está 136º. Actualmente la situación empeoró dado que el acceso de las empresas al financiamiento actualmente no existe, debido a que la política oficial ha llevado las tasas más del 80%.

Pese al manifiesto desinterés por la industria de la actual administración los industriales y un sinnúmero de obstáculos que generó, la industria textil argentinas siguió invirtiendo. En 2018 éstas alcanzaron los US$131,6 millones. La mayor parte se destina a máquinas de «terminación», seguidas por las de «tejeduría». Según Kim «en 15 años destinamos unos US$3 .000 millones a inversiones».

Entre 2014 y 2018 las importaciones del sector (excluyendo fibras) pasaron de 195.000 toneladas a 242.000 toneladas.

Cientos de empresas PYMEs y muchas grandes cerraron y varias están con procedimientos preventivos de crisis abiertos. «La Argentina es un país algodonero y es lógico y coherente que tenga una industria textil que agregue valor a la materia prima -dice Karagozlu-. Estamos transitando exactamente el camino contrario».

Los directivos de la FITA recordaron que le acercaron propuestas al Gobierno, pero casi ninguna fue tenida en cuenta. Entre las iniciativas que impulsó la federación figuran el empuje de la demanda para dinamizar toda la cadena (con programas de consumo y compras públicas); la rebaja del costo energético; un financiamiento de capital de trabajo; el impulso a las exportaciones (con aumento de reintegros y baja de derechos de exportación) y la aplicación de un artículo del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) que habilita a los países en desarrollo a adoptar medidas temporales, para crear las condiciones que permitan un proceso de transformación de un sector.

Las expectativas del sector textil, del mismo modo que en el sector de las confecciones y moda es que se recupere el mercado interno y se genere una nueva política exportadora. Las posibilidades están abiertas –aseguran- sólo si en las próximas elecciones presidenciales triunfa un movimiento que aplique un cambio radical al modelo económico vigente.
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La Nación / Comunidad Textil

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VF Corporation cierra sus tiendas de Wrangler y Lee y se va del mercado argentino

La compañía estadounidense VF Corporation, dueña de las marcas Wrangler y Lee, entre otras, confirmó el cierre de locales exclusivos y que se va del mercado argentino, tras casi 20 años de presencia en el país.

La compañía ya había cerrado en 2017 su planta en Aimogasta, La Rioja, y despidió 105 trabajadores. También se desprendió de su fábrica de Benito Juárez, en la provincia de Buenos Aires.

La empresa contaba con tiendas en los mejores centros comerciales como Alto Palermo, Abasto, Alto Avellaneda y Unicenter Shopping.

Hace poco más de cuatros años VF había anunciado una inversión de $100 millones de pesos para ampliar su capacidad productiva en el país y la creación de una red de locales exclusivos.

En octubre de 2014, atento al aumento del consumo de esos años la compañía tenía planes de crecimiento y planificó la apertura de una red de alrededor de 30 locales exclusivos. Son los que ya comenzaron a cerrar.

Plata de producción de VFC.

VF Corporation había separado sus marcas en dos compañías independientes: VF mantuvo el negocio de lifestyle para las marcas relacionadas con indumentarias y calzados (Vans & Timberland) y creó una nueva compañía denominada Kontoor para las marcas de jeanswear (Wrangler & Lee). Esta última es la que se retira de la Argentina.
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BAE Negocios / La Nación / Comunidad Textil

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Cierran más fábricas textiles de grandes marcas y PYMEs en Argentina por el derrumbe del consumo y la economía

La industria de la indumentaria de Argentina sufre una fuerte baja del consumo en el país que ha obligado al sector a trabajar a menos del 40% de su capacidad, según informó el sistema estatal de estadísticas. La cascada de cierres de empresas llegó a las plantas de producción local y su salida del país de marcas como Adidas, Nike, Wrangler y Lee y otras. Cientos de PYMEs, con menos capacidad de resistencia, tuvieron el mismo destino. Según los dirigentes del sector la industria agoniza, por lo que el futuro de muchas otras parece ser similar si no cambian las condiciones.

El dato del nivel de capacidad utilizada en las industrias textil e indumentaria marcó el nivel de gravedad de los problemas para sostener su negocio en la Argentina.

Yeal Kim, presidente de la Fundación ProTejer.

El presidente de la Fundación ProTejer -que reúne a toda la cadena industrial del sector textil-, Yeal Kim, advirtió que la industria textil «está agonizando». Según el dirigente empresario, «cuando el presidente Mauricio Macri asumió pensábamos que nos iba a ayudar a todos, pero la realidad es que ahora estamos agonizando”. Advirtió que “hace tres años consecutivos que venimos perdiendo, es como un cáncer que va matando a la industria».

«Hay empresas que han invertido millones de dólares y ahora pierden un capital monstruoso. Hoy ni siquiera el problema es la importación, porque los importadores también se están quebrando”, sostuvo.

Yeal Kim, comentó que el problema fundamental es la falta de demanda, que proviene del hecho de que los consumidores perdieron poder adquisitivo. «El argentino gasta cada vez menos en alimentos y bebidas, así que imagínese en todo lo que es indumentaria. En este contexto, las marcas en lugar de seguir la tendencia de moda, tratan de reutilizar los remanentes de stock que les habían quedado. Todos están perdiendo dinero», resume el directivo, que es presidente de la compañía textil Amesud.

Alejandro Pernas, presidente de la Federación Argentina de la Industria de Indumentaria y Afines (FAIIA).


El relevamiento realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) en las tiendas, shoppings y supermercados van marcando que la disminución de las ventas crece mes a mes, produciendo a su paso un récord de cierres de comercios en el sector minorista, en todo el país.

Alejandro Pernas, presidente de la Federación Argentina de la Industria de Indumentaria y Afines (FAIIA), coincide con el diagnóstico, dice que el mercado interno se derrumbó. «Nuestra industria no es gran exportadora, lo que indica que el grueso de la producción es para consumo interno y, considerando que el mismo está golpeado por la inflación y el aumento de tarifas, no es difícil imaginar el resultado», opinó.

Según Pernas, los industriales que trabajan para sectores de menores recursos son más perjudicados que los que le apuntan a un segmento más alto, pero igualmente nadie se escapa de la trampa en la que cayó el sector. «El Indec publicó el uso de capacidad instalada y en el rubro textil e indumentaria estamos en el orden del 30%. Esto indica que tenemos en promedio el 70% de capacidad ociosa», advirtió.

Claudio Drescher, presidente de la CIAI.


Claudio Drescher, presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), criticó la administración del comercio exterior, que hizo que el país tuviera balanza comercial negativa y déficit en el sector turismo. Explicó que durante mucho tiempo el mantenimiento de la moneda sobrevaluada respecto del dólar generó una ola importadora y de viajes de compras. “Eso provocó una caída de la producción y la prueba está en que dos importantes empresas deportivas desmontaron sus talleres en el país», dijo.

Según Drescher, los empresarios del sector tenían gran confianza en que el proceso que comenzó a fines de 2015 estaba en manos de un equipo de gobierno ‘proindustrial’. Pero ahora están muy preocupados. «En esta nueva etapa lo que desalienta es que no se ve que atravesar esta crisis sea el camino para estar mejor. No vemos un plan económico o un plan industrial que nos pueda ayudar. No se ve, desde el sector, una preocupación por la industria», apuntó.

Por su parte, Gustavo Martínez, gerente general de la marca de jeans Taverniti, señaló que el sector hace tiempo que viene golpeado -en referencia a la ola de importaciones-, pero hoy se suma la baja del consumo. «Porque hay otros problemas históricos, como carga impositiva, costos logísticos y litigiosidad laboral, pero todo eso se tapa si las ventas andan bien», explicó el empresario.

Para los empresarios las malas noticias no se terminan allí porque las desmesuradas tasa de interés bancarias aparecen como otro gran problema para el sector. Esto no solo dificulta la financiación de la empresa, sino que también hace más complejo financiar las propias ventas, ya que en el país mucha de la ropa se vendía en cuotas. «Esto afecta directamente la rentabilidad, que ya venía cayendo», apunta Martínez.

Desde la Secretaría de Industria, el gobierno destacó como algo positivo que se haya llevado a $12.000 el mínimo no imponible para las cargas patronales. «Esta medida beneficia de forma directa a 126.000 empleos formales distribuidos en 8000 empresas presentes en todas las provincias. Así, estamos bajando los costos laborales para que las pymes de indumentaria, textil, calzado y marroquinería puedan crecer», indicaron en esa cartera.

En el sector de la indumentaria, de todos modos, señaló que la medida oficial es apenas una gota en un desierto que no presenta ni un solo oasis en medio de la aguda caída del consumo, las altas tasas para financiarse y suba de los costos de producción por el fuerte aumento en las tarifas de la energía y los demás servicios.
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Iprofesional.com / La Nación / Comunidad Textil

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Los empresarios textiles de Argentina critican medidas que generan la vertiginosa destrucción de su industria

Planta de TNPlatex en Puerto Tirol.

Un informe elaborado por la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA) señala que la cadena de valor textil mostró una contracción del 24,6%. Esto provoca una persistente caída del empleo en el sector. También asegura que desde el estado continúan impulsándose medidas que atentan contra la inserción internacional, la generación de empleo y el agregado de valor en origen.

Las estadísticas oficiales -dice la entidad empresaria- muestran una caída pronunciada para la actividad industrial argentina en septiembre. Particularmente, la cadena de valor textil mostró una contracción del 24,6% y además viene cayendo el empleo.

Esta situación deviene de un prolongado período que muchos economistas denominan de “tormenta perfecta” para la industria Argentina: una fortísima devaluación que provoca una similar inflación, que deviene en caída vertical de la capacidad de consumo. Esto se cierra con aumentos de la energía y los combustibles de más del mil quinientos por ciento, que condicionan por igual a consumidores y productores. Una apertura indiscriminada de las importaciones también aporta lo necesario para quebrantar a la industria.

Luis Tendlarz, presidente de FITA.

En este sentido FITA recuerda que el Estimador Mensual Industrial del ente oficial de estadísticas, INDEC, arrojó una caída interanual de 11,5% para el sector manufacturero de Argentina, durante septiembre de 2018. En particular, la industria textil presentó las cifras más alarmantes, que profundizan la trayectoria contractiva que tuvo en el período 2015-2018.

En el mes de septiembre registró una caída del 24,6% interanual, siendo la baja más importante del año. De este modo, el sector se encuentra 10,5% por debajo de lo que había estado en el período enero-septiembre 2017 (año en el que a su vez había estado 10,9% por debajo del período enero-septiembre de 2016).

En los números de septiembre se vuelve a ver una caída significativa para la producción de hilados de algodón (-18,7%) y una aún más pronunciada en la producción de tejidos (-29,1%).

Por otro lado, según los datos oficiales, la cadena de textil, confecciones e indumentaria (que había creado alrededor de 50.000 nuevos puestos de trabajo entre 2002 y 2015), ha reducido sus niveles de empleo en el primer trimestre de 2018 (último dato disponible): toda la cadena empleó 10.600 trabajadores menos que en el último trimestre de 2015, lo que representó una caída de 9%. Asimismo, las suspensiones en las plantas textiles son cada vez más recurrentes y prolongadas.

Según FITA las causas de este desempeño atraviesan a la industria en su conjunto. El sistemático aumento de la tasa de interés de referencia no hace más que profundizar la problemática del sector. La cadena de pagos esta cada vez más demorada en el tiempo y las empresas enfrentan un fuerte estrés financiero que se evidencia en el creciente número de cheques rechazados por falta de fondos.

Las líneas de crédito especiales que necesita el sector para atravesar esta coyuntura son insuficientes y no tienen la expansión necesaria para que las empresas puedan acceder a ellas, explica el informe.

A este contexto se suman dos medidas que dificultan la inserción internacional del sector. La primera de ellas fue la reducción de los reintegros a las exportaciones, herramienta orientada a evitar la “exportación de impuestos”. La segunda de las medidas implementadas en este sentido fue el establecimiento de ‘derechos a la exportación’ con un tope de $3 (y en algunos casos $4) por dólar para todas las manufacturas. Estas dos medidas profundizan los incentivos negativos para la agregación de valor a nivel local, generando un daño en la diversificación de la canasta exportadora argentina.

Esta conjunción de factores -asegura FITA- sigue poniendo en jaque a la industria textil nacional lo que se traduce en cierres de plantas y concurso de acreedores de empresas con una vasta trayectoria en el país.

Finalmente la Federación de Industrias Textiles Argentinas reclama “un cambio de rumbo urgente que tenga como norte el impulso a las actividades productivas, incrementando la agregación de valor y la generación de empleo de calidad”.

Cierra su informe explicando que “si no se potencia el desarrollo de la industria, será difícil enfrentar el escenario internacional desfavorable y se profundizarán los problemas de corto, mediano y largo plazo”.
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FITA / Comunidad Textil

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La Fundación ProTejer pidió medidas urgentes, reactivar el consumo interno y apoyar a la industria textil argentina

Yeal Kim presidente de la Fundación Pro Tejer en el acto de apertura de la Convenciòn Anual Textil.

En el marco de la convención anual ProTEXTIL 2018 Yeal Kim, presidente de la Fundación ProTejer, aseguró que «el sector textil está atravesando un momento muy difícil” y que «el 50% de los empresarios pierden dinero y piensa en cerrar sus plantas». El importante foro de la entidad que nuclea a más de mil empresarios de toda la cadena de la industria textil de Argentina, se realizó a fines de septiembre en Buenos Aires.

En el foro realizado en septiembre en la ciudad de Buenos Aires, Yeal Kim alertó que «los industriales textiles están utilizando sólo el 54% de la capacidad instalada total» y dijo que esta situación «llevó a que se perdieran 13 mil puestos de trabajo en el sector entre 2015 y lo que va de este año, donde la demanda ya se redujo otro 20%».

Un panel de expertos analizó la Industria del Futuro y Revolucion 4.0

“Este panorama hace que apenas el 30% de los empresarios textiles logra sostener el negocio y que sólo el 20% obtenga algún margen positivo con el desarrollo de la actividad», sostuvo el dirigente textil.

Kim reclamó que «se instrumenten medidas urgentes para reactivar el consumo interno y defender la industria nacional» y afirmó que de esa forma «se podrán confeccionar productos a precios competitivos para exportar y conseguir un ingreso de dólares genuinos en la economía local».

Las perspectivas para el sector en el segundo semestre de este año, según Yeal Kim “no son buenas y marcan que habrá una caída de las ventas del 27,2%, una disminución de la actividad del 24,1% y un retraso en los pagos hacia las industrias del 18,3%”.

Vita general durante la ProTEXTIL 2018.

El empresario textil manifestó que “más del 50% del precio de nuestros productos es explicado por los impuestos” y señaló que “la carga impositiva nos quita competitividad y sin ella no hay industria viable”.

“La carga impositiva es el principal factor que explica la no competitividad sistémica de la economía argentina y no pude ser que debamos multiplicar por dos nuestro precio a ‘puerta de fábrica’ para soportar la carga fiscal”, enfatizó Kim.

En otro orden, el titular de la Fundación ProTejer se quejó porque “el nivel de informalidad es alto en el sector textil, ya roza el 75% y comprende a pequeños emprendimientos y a talleres clandestinos que logran vender a precios muy bajos».

Cuatro economistas debatieron la situación macroeconómica actual de la Argentina.

Yeal Kim puntualizó que “hace dos años la industria local tenía el 50% de un mercado de 500 toneladas, pero por el avance de los productos importados y la caída de la demanda este año perdimos un 20%».

«A nivel mundial, el sector textil tiene 20 años de desarrollo extraordinario por delante, porque el material textil va a ser el insumo más importante del proceso global de industrialización, como lo fue el plástico en la década del 70 o la chapa en la del 60, ya que se pueden tejer hilos electrónicos», expresó el titular de la Fundación ProTejer.

Kim estimó que «en los próximos 20 años, apenas un 20% del material textil va a ser utilizado para fabricar ropa» y dijo que el 80% restante «servirá para crear productos utilizados en construcción, minería, salud, satélites, aeronavegación y fabricación de autopartes».

Además, sostuvo que por ese motivo «Argentina debe crear el marco adecuado para que la industria textil local pueda aprovechar este sendero de crecimiento global».

«Dentro de 20 años China va a ser importador de productos textiles y nosotros podríamos aprovechar esa circunstancia, pero para eso hace falta una política industrial, que el gobierno actual entienda que el sector textil es viable y que puede crear puestos de trabajo con bajos costos de inversión», enfatizó.
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ProTejer / Comunidad Textil

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El sector textil de Argentina tuvo una caída de actividad del 8% de enero a julio, que se suma al 16,4% del 2017

Ariel Schale, director Ejecutivo de la Fundación, brindó un amplio informe sobre la crítica situación del sector.

En el marco del foro ProTEXTIL 2018, organizado por la Fundación ProTejer en la ciudad de Buenos Aires el 20 de septiembre, el director Ejecutivo de la Fundación ProTejer, Lic. Ariel Schale, aseguró que “en los primeros siete meses de este año el sector textil registró una caída del nivel de su actividad del 8% respecto al mismo período del año anterior”.

En el encuentro empresario desarrollado en el Hilton Hotel de la ciudad de Buenos Aires, Schale recordó que esta caída de la actividad “se suma a la disminución de la producción del 16,4% registrada 2017, respecto al nivel alcanzado en 2015”. Recordó además que “que en el mismo período el eslabón de la confección registró una disminución del 17,2%”.

En esta línea con esos datos apuntó que “en los primeros ocho meses de este año el uso de la capacidad instalada industrial del sector se ubica en un promedio del 54%, mientras que en 2017 ese registro fue del 61% y en 2016 del 68%”.

El director Ejecutivo de la Fundación ProTejer sostuvo que “en un marco generalizado de destrucción del empleo industrial, que alcanzó a más de 80 mil puestos de trabajo formales entre junio de 2018 y diciembre de 2015, la cadena de valor textil indumentaria perdió 13.000 empleos registrados”.

El economista se refirió a las inversiones en bienes de capital del sector y destacó que las mismas “registraron una caída del 9,3% en 2017 en relación al año anterior y alcanzaron los 306 millones de dólares”. Explicó que la baja más pronunciada en inversión en maquinaria se dio en el eslabón de la confección, que cayó un 26,6% respecto de la registrada en 2016”, remarcó Schale.

En relación a las importaciones de productos de textil e indumentaria, Ariel Schale manifestó que “en 2017 alcanzaron las 264 mil toneladas, lo que implicó un aumento del 8,1% respecto de las importaciones registradas en 2015”.

“Los rubros más dinámicos fueron prendas de vestir, que en ese período aumentaron su ingreso en un 88,2%, confecciones para el hogar, en un 67,7%, y tejidos planos en un 35,5%”, puntualizó el directivo de la Fundación ProTejer.

Schale alertó que “las importaciones totales se incrementaron un 9,9% en toneladas durante los primeros siete meses de este año” y afirmó que “las prendas de vestir mantienen su preminencia en el ritmo importador, con un aumento del 27,4% durante los primeros siete meses de este año respecto al mismo período del año anterior”.

Además, dijo que “la falta de información de la Aduana sobre las importaciones desde marzo último complica esta situación, porque no sabemos con certeza qué productos se importan, quiénes realizan esas importaciones y si las mismas tienen algún sistema de protección por parte de los países de donde provienen”.

Una Encuesta de Expectativas para el segundo semestre de 2018 realizada entre 120 integrantes de la Fundación ProTejer, según Schale, arrojó como resultados que “se espera una caída de las ventas de 27,2%, una disminución de la rentabilidad del 24,1% y un retraso en los pagos de los clientes del 18,7%”.

“La competencia de productos extranjeros será del 8,3%, la evasión en la competencia será del 3,9%, las dificultades en la obtención de financiamiento serán del 3,1%, la escasez del personal calificado alcanzará el 3,7% y las dificultades para importar insumos, equipos y repuestos será del 1,3%”, añadió.

Julieta Loustau, economista Jefe de la Fundación ProTejer.

Schale aclaró que “el aumento del tipo de cambio abre expectativas positivas para el sector para lo que resta del año, pero este rasgo positivo debe tener el apoyo del Estado”.

Por su parte, Julieta Loustau, economista Jefe de la Fundación ProTejer, se refirió al desarrollo futuro de la industria textil mundial y destacó que “Asia, y en especial China, que fueron los grandes beneficiarios en este proceso en los últimos años, comenzarán a perder preponderancia”.

Loustau manifestó que “la nueva revolución industrial planteada por el advenimiento de la industria 4.0 le otorga al sector textil nacional un renovado fundamento para su despliegue y fortalecimiento”.

La economista de la Fundación ProTejer explicó que “en el marco de la Revolución 4.0 la existencia de plataformas productivas cercanas a los mercados de consumo se instala como un factor competitivo clave”.
“La posibilidad de contar con información instantánea para satisfacer la demanda de los consumidores provocará un impacto de transformación en las cadenas de abastecimiento, que estarán orientadas a la rápida respuesta de provisión”, recalcó Loustau.

“Este desarrollo hará posible que las industrias locales recuperen gran parte de su caudal de trabajo, dado que la cercanía de los medios de producción y de abastecimiento de insumos y la necesidad de dar una rápida respuesta a las nuevas necesidades de los consumidores será clave”, agregó.

En este contexto de oportunidades, según la especialista del sector textil, “la Fundación ProTejer entiende que es el momento para fortalecer el eslabón de la confección mediante la creación de Parques Industriales de la Confección”.

“Así podremos contar con procesos y procedimientos industriales que permitan generar los niveles de productividad y de competitividad que necesita el mercado y un nuevo marco normativo que fomente la generación de puestos de trabajo, lo que habilitará la formalización de miles de empleos”, manifestó por último Lousteau.
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ProTejer / Comunidad Textil

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Mundo loco: grandes marcas destruyen prendas valuadas en muchos millones de euros porque no lograron venderlas

Tienda de Burberry-Burns en Londres.

El sistema de producción de productos de moda de alta gama llegó a una situación psicótica: las grandes compañías destruyen los productos que no lograron vender. Por ejemplo, Burberry anunció la destrucción de productos terminados de la marca por valor de 32 millones de euros, en, en el año fiscal 2017/18.

Destruir sus propios productos es un paso desesperado, que muestra el callejón sin salida en el que ha caído la industria de la moda. Los expertos aseguran que el problema los productos “residuales”, los que la compañía no logra vender en la temporada, constituyen un problema creciente.

El dato anunciado por Burberry lo demuestra, porque este número es más alto que el del año pasado. Recientemente se destruyeron 21 millones de euros en bienes y, adicionalmente, se tiraron a la basura 12 millones de euros en cosméticos.

Marco Gobbetti, nuevo director ejecutivo de Burberry.

El informe anual de Burberry no proporciona ninguna explicación adicional, pero según la agencia Bloomberg el presidente saliente, John Peace, dijo en la Junta General de Accionistas que la destrucción de las existencias “no es algo que tomemos a la ligera». El nuevo director ejecutivo, Marco Gobbetti, ha mencionado que se donaron algunos restos de cuero a una empresa que fabrica productos nuevos a partir de desechos de producción. No explicó que hicieron con el resto de las prendas y materiales?

Burberry está lejos de ser la única compañía que saca del mercado sus productos sin vender de esta manera radical: H&M, Amazon y otras marcas de lujo han estado cuestionadas en los últimos meses debido a las prácticas similares.

El problema no puede resolverse fácilmente. Todos ellos enfrentan el problema sobre lo que debería suceder con los productos no vendidos, los defectuosos y las devoluciones. Los outlets (tiendas de descuento) absorben parte de la mercancía, pero no pueden esperar por siempre a un comprador.

Entonces, ¿Qué pasa en la tienda de descuento o al donarlos? ¿Cómo se sentiría un cliente de Burberry si encuentra su marca, digamos, fuera de su ‘grupo objetivo’? ¿Qué dirían los minoristas y cómo se desarrollarían los precios si hubiese más productos en el mercado de los que podrían venderse regularmente? ¿Cortar las etiquetas y revender los productos en el ‘mercado gris’?

Hay empresas especializadas en esta actividad. Ellos les prometen a las marcas que sus productos nunca volverán a verse en los mercados importantes, pero para una compañía de lujo que opera a nivel mundial como Burberry, esto no es tarea fácil y solo funcionaría para los productos que no tienen un alto valor de reconocimiento.

Aseguran que destruir productos es un paso desesperado y se puede suponer que para ningún director ejecutivo es un dato menor la destrucción del capital. Sin embargo, el hecho de que las empresas tomen esta acción tiene que ver con el gasto de miles de millones en marketing que supone ganarse la aprobación de ciertos consumidores y de los minoristas. Esto no se pone en peligro tan fácilmente. Sin embargo, así se demuestra el callejón sin salida en el que la industria de la moda se ha decidido maniobrar.

El sistema de moda actual se está ‘sobrecalentando’, porque los productos se desarrollan cada vez con más rapidez, cada vez hay más y más colecciones, constantemente se cambian las variedades en las tiendas: la dinámica de lo que está «dentro» y lo que está «fuera» está tan sobredimensionada y pervertida que el mercado se intoxica a sí mismo.

¿Cómo podemos hablar de valor agregado si los bienes ya no valen tanto? Se dice que el consumidor se ha vuelto impredecible. Las reglas del pasado ya no se aplican. A menudo, un producto tarda 15 meses en llegar al mercado. Para entonces, la tendencia ya pasó y las marcas y minoristas de moda rápida la han adaptado millones de veces.

Por lo tanto, la industria de la moda continúa reduciendo los costos de producción, migrando a los países más pobres y terminan aceptando, después de todo, que solo los descuentos masivos harán que los productos encuentren compradores.

El diseño de moda significa apostar por el futuro. Por lo tanto, las compañías intensifican su búsqueda en personalidades de diseño enigmáticas y otras personas influyentes, porque solo ellos logran crear un deseo de compra relativamente fuerte. Esto es cada vez menos exitoso únicamente a través del producto.

Durante mucho tiempo, la verticalización parecía la receta del éxito. Las empresas afectaron los márgenes de los minoristas y, por lo tanto, generaron una mayor rentabilidad del producto (aunque uno tiene que convertirse en un minorista, por supuesto, que no es fácil ni barato).

Las marcas deben tener sus propias tiendas en línea en cualquier caso. Económicamente hablando, las marcas simularon el éxito de esta manera por un tiempo. En cuanto al contenido, esto no cambió el problema, o como lo ha señalado Hans Peter Hiemer de la firma consultora B4B Business for Brands GmbH: «La verticalización compensa la saturación del mercado».

El consejo de hoy es: ¡De vuelta al consumidor! Antes cuando la moda no se compraba en una tienda, sino en la sastrería estábamos en ese punto. Cuando el contacto directo proporcionaba alguna información sobre por qué unos pantalones no se vendieron y cuál era exactamente el problema. Hoy en día, se supone que las tecnologías digitales ayudan a restablecer ese contacto con los clientes. El desarrollo de productos digitales en 3D está destinado a llegar a ser más rápido, más preciso y más creativo. Esto no significa que los productos se entregarán antes (no habrá abrigos de invierno antes de que este llegue), pero es posible comenzar el desarrollo más tarde.

Eso crea más seguridad de tendencia. Reaccionar más rápido a los más vendidos también significa que las cantidades se reduzcan. Si los costos de las medidas necesarias de depreciación y verticalización se toman en conjunto, se podría invertir nuevamente en una producción nacional más eficiente.

Estas micro fábricas cerca de las regiones de mercado podrían ayudar a satisfacer la demanda rápidamente. Algunas empresas innovadoras desde Adidas, Nike hasta Uniqlo ya están trabajando exactamente en esto, pero debería haber algunas más.

Sin duda éstos son signos de la situación que plantea una sociedad con sectores opulentos que derrochan bienes, con economías concentradas que pierden de vista el mercado objetivo.
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FashionUnited / Comunidad Textil

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