Crisis

Los proveedores de México denuncian que ya perdieron muchos operarios y dinero

Industria confeccionista en México.

Una encuesta que relevó a 70 empresas de proveeduría de materiales y avíos para el sector moda (confecciones, calzado y accesorios) de México, da cuenta de pérdidas por más de 200 millones de pesos mexicanos (US$ 8,1 millones) soportadas por las compañías en sólo tres semanas. La crisis económica generada por el coronavirus provocó que las mismas despidieran a más de 600 trabajadores.

A la encuesta que fue realizada entre el 17 y el 22 de abril por la Asociación de Empresas Proveedoras Industriales de México, APIMEX, respondieron setenta empresas asociados, mayormente de la ciudad de León.

El 55% del total de los encuestados manifestó que uno de sus principales problemas es la disminución en ventas, mientras que el 31% reportó falta de liquidez por la ruptura de la cadena de pagos.

Del total de encuestados, 58 empresas cuantificaron sus pérdidas: El 83% de éstas ha perdido hasta pesos mexicanos 3 millones (US$ 122.000), el 14% reporta pérdidas entre $M 5 y 15 millones (US$ 204.000 y 600.000), el 4% reportó pérdidas entre $M 30 a 50 millones (US$ 1,2 y 2 millones)

Las empresas proveedoras han realizado grandes esfuerzos por mantener su plantilla de trabajadores y evitar mayores afectaciones.

En cuanto al despido de trabajadores, el 55% de los encuestados, es decir, 38 empresas, mantuvieron su plantilla, mientras que el 26% tuvo que prescindir de entre 1 y 10 colaboradores y el resto entre 11 y 40 trabajadores. Esto representaría alrededor de 600 empleos perdidos.

El 21% de los encuestados reportaron que no han suspendido las actividades de sus colaboradores, el 20% reporta que ha tenido que suspender entre 1 y 10 colaboradores, pero hay empresas que han suspendido entre 11 y 40 personas.

El 37% de las empresas reportó tener tres semanas en pausa laboral y el 27% llevan más de tres semanas en pausa, provocando serios daños a su economía y a la de sus trabajadores.
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APIMEX / Comunidad Textil

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La industria textil colombiana exige al gobierno acciones y asistencia para sostenerse

Fábrica de confecciones en Colombia.

El Sistema Moda en Colombia y toda la cadena textil se preparan para el peor escenario de su historia en los próximos meses, con producciones congeladas, ventas frenadas y colecciones que no vieron la calle. Los empresarios del sector anuncian que las soluciones del Gobierno no son suficientes pues generarían un sobre endeudamiento.

El país se prepara para el final tentativo del aislamiento obligatorio el próximo 27 de abril, fecha que marcará el inicio del aislamiento inteligente. Los empresarios del textil continúan pidiendo al Gobierno soluciones tangibles, desde subsidios hasta exenciones tributarias, en reemplazo de las anunciadas medidas crediticia. Sin embargo, aseguran que aún no han tenido respuesta.

La industria textil es una de las ramas del sector manufacturero de Colombia de gran importancia para la economía debido a la enorme fuerza laboral que ocupa. Según cifras oficiales la plantilla del sector textil confeccionista se elevaría por encima de los 2,5 millones de personas.

Entretanto, en medio de la crisis, la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, anunció que la reactivación económica del país está próxima pero será paulatina y escalonada, con el transporte, la infraestructura y la manufactura entre las prioridades.

Ramírez informó además que ya son más de 400 las empresas textiles que se encuentran funcionando en el país como parte del programa de aprovisionamiento de material de bioseguridad para las clínicas y hospitales.
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Fashion Network / Comunidad Textil

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Adidas negoció un crédito de € 3.000 millones para poder enfrentar la grave situación

La compañía alemana de distribución de moda deportiva recibió créditos de € 2.400 millones del banco de desarrollo estatal de Alemania y otros € 600 millones del UniCredit, Bank of America, Citibank, Deutsche Bank, HSBC, Mizuho Bank y Standard Chartered Bank.

En un comunicado la empresa explicó que a fin de “para salvar esta situación sin precedentes”, el Gobierno de Angela Merkel lanzó asistencia a Adidas. El gigante europeo de artículos y moda deportiva firmó un préstamo de € 2.400 millones con el estatal KfW, el banco de desarrollo de Alemania. A ese importante monto le sumó otro € 600 millones de la banca privada.

La empresa se comprometió a suspender el pago de dividendos mientras no haya podido amortizar estos préstamos, que a corto plazo servirán “para salvaguardar la flexibilidad financiera de la compañía”. Además, se ha frenado la recompra de acciones, se diseñaron planes de reducción de costos y la alta dirección ha renunciado a un 65% de su sueldo.

Kasper Rorsted, CEO de Adidas.

Kasper Rorsted, consejero delegado de Adidas, declaró que “la situación actual plantea un serio desafío incluso para compañías saludables. Agradecemos al Gobierno alemán por su rápida e integral capacidad de respuesta a esta crisis mundial sin precedentes. “El acceso a liquidez adicional es clave para capear esta crisis. Pagaremos cualquier parte usada del préstamo, incluidos intereses y comisiones, lo más rápido posible”, destacó en ejecutivo.

La compañía aún no ha actualizado sus previsiones para 2020, debido a que el impacto será mucho mayor del esperado. Sin embargo, a principios de marzo ya anunció que el confinamiento en China se había traducido en una pérdida de ingresos de entre 800 millones y 1.000 millones de euros.

“Adidas también tuvo un fuerte impacto en sus ingresos y generación de efectivo en la mayoría de las otros partes del mundo desde mediados de marzo”, señaló, tras recordar que ya sufrió una disminución de ingresos y beneficios en China, Japón y Corea del Sur durante el primer trimestre.

El grupo cerró el último ejercicio fiscal con una facturación de € 23.640 millones, un 7,9% más que el año anterior. Su beneficio neto se disparó a € 1.977 millones, lo que significa un alza interanual del 16%.
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Modaes / CueroAmérica

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Las grandes marcas pierden valor y temen a los cambios en la cabeza del consumidor

Los efectos económicos del Covid-19 en el sector textil, por Brand Finance
Según el último análisis realizado por Brand Finance, la economía global perderá aproximadamente un billón de euros como resultado de la pandemia.

El consumo cae estrepitosamente en todos los países en los que se decretó cuarentena o en los que la población la adoptó sabiamente, a pesar de necedad de sus autoridades.

Ese confinamiento por la alerta sanitaria provocó el simultáneo cierre de los establecimientos y de la mayoría de las fábricas del sector en casi todo el mundo.
Las están compañías conscientes de que el impacto les provocará pérdidas y algunas ya reaccionaron -de acuerdo a las legislaciones de daca país- recortando sus plantillas de empleados, adoptaron sistemas preventivos de crisis pero también hay empresas que decidieron sostener el empleo, en algunos casos asistidos por los Estados.

Como con la mayoría de los sectores, el daño que se producirá en el valor de las marcas de indumentaria dependerá en gran medida del tiempo que dure esta pandemia. Pero también de acuerdo a cómo hayan actuado o qué hayan hecho por la comunidad y por sus clientes.

Uno de los primeros retos a los que se enfrenta el sector es la falta de visibilidad de las marcas con las tiendas cerradas y los consumidores en casa. En algunos países, la compra online ha ayudado a paliar los daños económicos que está causando la pandemia, en los casos en que las compañías ya dispusieran ese servicio.

La consultora Brand Finance evaluó el impacto del Covid-19 en función del “efecto brote” en el valor empresarial, al 18 de marzo de 2020, en comparación con lo que fue el 1 de enero de 2020. En base a este impacto en el valor empresarial, Brand Finance estimó el probable impacto en el valor de las grandes marcas, de diversos rubros. El sector textil y moda -asegura- podría ser uno más afectados a nivel mundial, enfrentando una pérdida potencial del 20% en el valor de las marcas.

La agenda del sector productos de lujo se ha visto aniquilada por la extensión del virus. Éste ha castigado con especial dureza a Italia, una de las cunas de las firmas de lujo en moda y complementos. Grandes compañías de lujo han sufrido caídas de hasta el 30% de su valor en la bolsa y temen operaciones de compra por parte de tiburones financieros.

A pesar de los estragos que Covid-19 sin duda va a causar en el sector el próximo año, es probable que a las marcas más ágiles les vaya mucho mejor que a quienes demoren o no sepan cómo adaptarse con rapidez a la nueva realidad. Con los nuevos hábitos de comportamiento del consumidor, que probablemente se verán reflejados tras la pandemia, las marcas buscarán más que nunca mayor innovación en sus canales online y la posible reevaluación de sus modelos de negocio de tiendas físicas.

Teresa de Lemus, Director Gerente de Brand Finance España.

Teresa de Lemus, Director Gerente de Brand Finance España identifica que las grandes marcas del sector textil podrían enfrentarse a una caída de hasta un 20% en el valor de sus marcas. “A medida que estas marcas negocian el cierre de tiendas y fábricas, cadenas de suministro rotas y una base de clientes que enfrenta una incertidumbre económica sin precedentes, estas marcas tendrán que prepararse para el difícil y turbulento viaje que aún tienen por delante”, señala la ejecutiva.

También Brand Finance sostiene que los hábitos del consumidor han cambiado durante el confinamiento y se espera que continúen tras él. Evitar multitudes, mejorar la higiene personal, trabajar desde casa, son algunos de los principales cambios. En lo que afecta al sector textil, aumentos en las visitas y compras online o la necesidad de tener que tocar las prendas con guantes cuando termine el confinamiento, serán algunos de los nuevos paradigmas.

El sector textil en no pocos casos las empresas se han involucrado en la colaboración social vinculada al Covid-19, reconvirtiendo sus talleres para elaborar tejidos para máscaras tapabocas o confeccionándolos. Es probable que estas actitudes, tanto como la de cuidar al personal y proponer una moda más racional, alejada del desenfreno consumidor, darán más espacio a esa marcas en las futuras elecciones de los consumidores.
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Pinker Moda / Comunidad Textil

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Ideas y propuestas sobre la posibilidad de cambios en el sector del comercio minorista

La empresa española Moinsa, dedicada a mobiliario y logística interior de las empresas, asegura que en el período post-coronavirus el comercio minorista cambiará y opina cómo cree que será el nuevo escenario y cómo se deberá reinventar y adaptar en esta nueva realidad. Uno de los principios es que los científicos aseguran que el riesgo del virus y las medidas de distanciamiento, durarán mucho tiempo, quizás años.

La crisis actual del COVID-19 está afectando gravemente la economía de todos los países del mundo y, a la vez, parece generar que las formas de diversos modelos de negocio se vean obligadas a dar un giro. Moinsa, empresa dedicada al equipamiento comercial y técnico, y a la ingeniería logística, brindó su parecer sobre cómo se tendría que reinventar y adaptar un sector como el del retail a este cambio.

Nuevos modelos de negocio
La compañía española asegura que la crisis sanitaria actual (y, por ende, económica) cambiará costumbres y estilos. Y a partir de allí supone que los diferentes modelos de negocio tendrán que hacer un esfuerzo por adaptarse, si quieren sobrevivir. En este sentido, opina que el sector retail será uno de ellos.

En Moinsa afirman que “surgirán nuevos conceptos y formas de negocio, ya que los cambios sociales que se van a experimentar en esta crisis impulsarán a variaciones también en la forma de consumir. Es decir, triunfarán aquellos que sepan adaptarse a los cambios sociales surgidos en estos meses”.

En este sentido Moinsa explica en siete puntos cuáles -a su criterio- son los cambios más importantes que el sector detallista experimentará, para adaptarse a esta crisis y, además, salir reforzado:

1. Esta crisis cambiará el diseño de los espacios, incluso su distribución. Por ejemplo, a partir de ahora los espacios serán más amplios, teniendo en cuenta que hay que guardar un metro de distancia entre personas. Otro ejemplo es lo que se hizo al comienzo del estado de alarma como alternativa el sector de la restauración, enfocándose en la entrega a domicilio (delivery) ‘contacto cero’. Por este motivo, seguramente a partir de ahora haya que tener más en cuenta el concepto de ‘delivery’ en el diseño de locales comerciales.

Re-diseño de tiendas
Las tiendas de moda, por ejemplo, debieron cerrar teniendo colecciones que, al volver a abrir, pertenecerán a la temporada pasada. Por eso, tendrán que poner rebajas, lo que conllevará la distribución y el diseño nuevo de tiendas y una optimización de los almacenes para que todo funcione de forma perfectamente integrada. Además, será importante contar con elementos de ‘promoción en punto’ de venta (POP, PLV, etc.) para llamar la atención del consumidor.

Cambio en la forma de pago
En materia de ‘pago’, para las grandes tiendas será importante incluir sistemas de “autopago” ya era una tendencia avanzaba antes de la pandemia, para buscar modos de evitar cercanías y acelerar el trámite. Se pueden incluir apps a través de las que se puede pagar y así eliminar el contacto con el dinero o la tarjeta.

Lo importante en este punto -dice Coinsa- es tener claro que no se trata de cambiar a personas por tecnología, sino de una integración entre ambas. Además, para los tengan que mejorar las soluciones existentes pueden emplear mamparas de metacrilato en la zona de mostrador, entre el personal y los clientes. Éstas no requieren de instalación y se limpian con agua y desinfectantes.

Probadores, ¿sí o no?
El virus no es el responsable de que estén cambiando las zonas de probadores. Esto ya venía pasando porque los espacios dedicados a éstos se reducen. La tendencia es que existan más áreas de espera, con sofás, cargadores de móviles, etc. que suelen estar ubicados en estas áreas. Algunos colocan armarios de ‘Click and Collect’ para las compras por internet. Pero esta crisis no eliminará los probadores, ya que los clientes necesitan vivir la experiencia de compra, ver, tocar y probar, simplemente se producirá un rediseño.

Redistribución de la logística
En la actualidad y en el futuro, es importante hacer referencia a cómo se debe optimizar la cadena de suministros. Por ejemplo, los depósitos o almacenes deberán estar preparados para atender todas las futuras demandas cuando termine el estado de alarma (que no serán pocas). Por eso, llegado el momento, se llevará a cabo una redistribución de la logística en todos los sectores del comercio.

Adaptación al comercio online
A medida que transcurre esta crisis, queda claro que muchos negocios del sector detallista quizás se están “salvando” gracias a las ventas online. Esto pone de manifiesto que a partir de ahora cualquier negocio de retail deberá contar con e-commerce. Los expertos del sector comercial aseguran que en este momento lo importante no es “vender una prenda de ropa”, sino conectar con el usuario.

María José Domínguez, del departamento de Marketing de Moinsa.

María José Domínguez, del departamento de Marketing de Moinsa asegura: “ahora más que nunca, cada día es una nueva hoja en blanco. Tenemos la oportunidad de dibujar una sociedad más unida y responsable. En Moinsa estamos trabajando en nuevos conceptos para dar forma a la experiencia de usuario del futuro. Esta es nuestra manera de seguir sumando, de comprometernos con los retailers, que trabajarán duro para reactivar la economía.
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PinkerModa / Comunidad Textil

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La industria española augura que si vuelven las fábricas a Europa el sector será un gran impulsor de la recuperación

Càndid Penalba, presidente del Consejo Intertextil Español.

El Consejo Intertextil Expañol (CIE) pone de manifiesto que la crisis del coronavirus Covid-19 plantea un retorno a la fabricación y la producción local europea frente a los problemas que ha supuesto la deslocalización de décadas pasadas. En un escrito analiza la situación de la industria de la moda española después del coronavirus.

La entidad empresaria del sector textil español, en un informe dado a conocer el 21 de abril, explica que aún es pronto para estimar el impacto causado por la pandemia pero estima que sin duda se van a cumplir los peores augurios. “Nos hemos encontrado con un escenario para el que ninguna sociedad actual estaba preparada. La propagación de la enfermedad por todo el mundo ha tenido unas consecuencias dramáticas en cuento a pérdida de vidas humanas, y también en prejuicios económicos y sociales”. Destaca que no hay un antecedente histórico que sirva de guía.

“Ante esta situación y un primer lugar, como no podía ser de otra manera, la sociedad española ha enfocado todos sus esfuerzos a contener la expansión de la epidemia y a atender al gran número de enfermos, y para ello ha sido necesario reducir de forma radical la actividad industrial y, en lo que se refiere a muchas empresas, paralizar la misma”.

La industria textil y de la moda española ha afrontado la situación de forma heterogénea, como heterogéneo es el sector. Las empresas que tenían esa posibilidad, han reorganizado su proceso productivo a contrarreloj para colaborar ante la situación de emergencia sanitaria de forma desinteresada. Han dado un ejemplo de solidaridad y su apuesta por contribuir a salvar vidas ha sido valorada por toda la sociedad.

Por otro lado, buena parte del sector ha tenido que refugiarse en la suspensión de su actividad por los procedimientos habituales, que han sido flexibilizados por el poder ejecutivo debido a la gravedad de los acontecimientos. Su situación en muy complicada, pues se ha enfrentado a una tormenta de acontecimientos negativos. Apunta que lo vivido dejó a las empresas “sin liquidez y puso a muchas de ellas en un situación insostenible”.

El CIE sostiene que si bien es una industria que ha reducido la mitad de su tamaño en los últimos 30 años, lo “que estamos viviendo nos demuestra que nos hallamos ante un sector estratégico” porque “Europa necesita una industria de la moda poderosa, flexible, próxima, capaz de atender las demandas de todo tipo de producción, con todos los subsectores representados en nuestro tejido industrial.”

Advierte que se “ha demostrado que la dependencia de proveerse en lejanía puede ser nefasta, pues nos deja sin respuesta rápida a cualquier circunstancia excepcional. De hecho, los países que mejor se están defendiendo contra la pandemia son aquellos que no dependen de terceros para proveerse de productos sanitarios. Y esa lección es aplicable a todo el sector.

Los empresarios españoles afirman que necesitan “fabricar en Europa, pero no porque sólo miremos por el interés de nuestras empresas, sino porque somos esenciales para la sociedad. Además, podemos hacerlo de forma sostenible, respetuosa con el medio ambiente y con unas relaciones laborales basadas en la confianza”.

Acuerdan que “se necesita un cambio trascendental del escenario en el que nos hemos movido en las últimas décadas. Europa tiene que datarse de una uniformidad fiscal y arancelaria que permita que todos compitamos en igualdad de condiciones. Las instituciones estatales y europeas deben generan un marco regulatorio congruente con la nueva situación, pues va a ser fundamental contar con un tejido industrial completo en Europa. No podemos perder una empresa más”, sostiene.

Menciona las importantes capacidades de producción y distribución “que deben ser tractores en esta recuperación” y deben lograr que “el consumidor se mueva por una escala de valores que contemple muchas más variables que el precio”.

Argumenta que “es preciso un ecosistema industrial europeo fuerte y sostenible, y para ello tenemos que mantener toda la industria auxiliar que nos queda, pues se demuestra que la misma es fundamental en momentos de crisis. En ese entorno, España puede y debe ser uno de los líderes. Con su capacidad de afrontar los retos más exigentes, como se ha demostrado durante esta y anteriores crisis”.

Llevamos décadas de colaboración. Empresas, organizaciones patronales y sindicales, centros de formación y de innovación, instituciones autonómicas, estatales y supraestatales. Nuestro sector ha sido ejemplo de colaboración entre todos los actores y miembros de la cadena de valor.

Asegura que el sector “puede ser un motor de una recuperación que tiene que comenzar en cuanto la situación sanitaria lo permita. Primero, asegurando la supervivencia de las empresas y sus puestos de trabajo y, en un futuro no muy lejano, dando a luz a nuevos proyectos que generan empleo de calidad. Tenemos que ser ambiciosos e ir más allá; incluso, podemos pensar en recuperar actividades que fueron desplazadas a terceros países y que, en este nuevo escenario, podrían volver”, propone la entidad.

Consejo Intertextil Españaol propone que “es el momento de un gran acuerdo para el futuro de la industria textil y de la moda española y europea. Un acuerdo en cuya gestación intervengan todos los actores, y que no quede solo en una mera declaración bienintencionada como las muchas que se guardan en los cajones”. Señala que “esta vez debemos trazar un plan claro, con fechas y responsables comprometidos, con personas de reconocido prestigio al mando de las operaciones, con recursos y ayudas que nos permitan salir de esta gran crisis con la posibilidad de ser protagonistas de la deseada recuperación”.

Según CIE, en España operan 8.005 empresas textiles, que ocupan a 128.000 personas y representan una facturación de 10.371 millones de euros.

Actualmente el Consejo Intertextil Español, que fue fundado en 1979, está formado por cinco miembros: la Federación de la Industria Textil Lanera (FITEXLAN), la Asociación Industrial Textil de Proceso Algodonero (AITPA), la Federación Textil Sedera (FTS) y la Federación Nacional de Acabadores, Estampadores y Tintoreros Textiles (FNAETT) -agrupadas en la Confederación de la Industria Textil (Texfor)-; y la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (Ateval).
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CIE / Comunidad Textil

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Perú registra un importante aumento de usuarios en las operaciones de e-commerce

La Cámara de Comercio de Lima (CCL) anunció el incremento de operaciones de e-commerce en Perú y el posible repunte en las ventas del canal para el final del segundo bimestre del año. Esto no solo se da en los productos de primera necesidad, sino de manera general. La entidad estimó el posible avance de hasta un del 50 % en la facturación para finales del mes de abril.

La CCL informó además que proyecta que al menos un 30% de los compradores sean nuevos en el canal y realizan sus compras por primera vez, impulsados por la imposibilidad de salir de su casa. Las categorías más beneficiadas además de alimentos y salud, por se registra un aumento de las compras de otros productos.

Los economistas por su parte lamentan el freno que la emergencia sanitaria ha impuesto a la economía pues el país inició el año con los indicadores al alza. El ministerio de Comercio Exterior publicó el 8 de abril que, en el primer bimestre del año, las exportaciones avanzaron por encima del 6% en el país, mientras la economía creció al menos 2 puntos.

Al igual que otros países, el gobierno de Perú no descarta que después de concluido el aislamiento obligatorio, se implemente el aislamiento aleatorio o restricciones de salida para algunas partes de la población por el plazo de algunos meses. De ahí la importancia de la creación de plataformas sólidas en el canal virtual, destacaron.
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Fashion Network / Comunidad Textil

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Ahora hiperconectados, los consumidores exigirán un comercio de nuevo estilo?

Muchos analistas sociales y expertos en mercados aseguran que el comportamiento del consumidor cambiará inevitablemente después de la pandemia de coronavirus. Hasta qué punto es la gran incógnita. Dicen que el intercambio y el contacto personal son irremplazables, pero es posible que ese placer se restrinja a las situaciones de recreación. Trabajo, trámites y compras estarán atravesadas en gran medida por la era online. En plena crisis, en los Estados Unidos ya están ocupados en el tema.

Según los especialistas en comportamiento del consumidor, la ‘economía sin contacto’ puede ser el mayor cambio cultural que quizás se consolide después de semanas o meses de cuarentena. Las horas trabajando desde casa, los múltiples contactos por redes sociales, los juegos y los atracones, pueden consolidar las tendencias de contacto en línea que ya venían creciendo vertiginosamente.

Aunque la pandemia de coronavirus está lejos de terminar, las actualizaciones recientes y los informes gubernamentales insinúan destellos de estabilización. Sin embargo, con la amenaza de que el COVID-19 regrese, o aparezcan otros virus mutantes, no se espera que los consumidores vuelvan a sus rutinas habituales.

Después de semanas de aislamiento, muchos consumidores en todo el mundo están atados a los teléfonos inteligentes y las redes sociales más que nunca como resultado del ‘quedarse en casa’, refugiarse y trabajar desde sus hogares en muchos de los más de 195 países que fueron afectados.

Pero estaban comenzando desde una base sustancial. Ya el año pasado, el adulto promedio en los EE.UU., por ejemplo, pasaba tres horas y 43 minutos en dispositivos móviles Aproximadamente 8 minutos más que las 3 horas y 35 minutos frente al televisor, según una encuesta de eMarketer.

Un equipo de investigadores del Instituto McGovern -del Departamento de Ciencias Cerebrales y Cognitivas del Instituto de Tecnología de Massachusetts-, llegó a interesantes conclusiones. Exploró cómo las personas que se ven obligadas a aislarse anhelan la interacción social de la misma manera que una persona hambrienta anhela comida.

Los académicos no son los únicos que se preocupan por este tema. Los expertos de la industria analizan hasta qué punto la dependencia de las redes sociales, la capacidad para el distanciamiento social y la habilidad de los consumidores para las videoconferencias con fines sociales y comerciales durarán sólo hasta que la pandemia se alivie. O incorporará ese hábito en forma definitiva?

Dado que el gasto del consumidor representa el 73% de la economía de EE.UU., los cambios de comportamiento sustanciales podrían afectar aún más a un panorama financiero ya complicado.

Jim Nail, analista principal del equipo de marketing B2C de Forrester.

Jim Nail, analista principal del equipo de marketing B2C de Forrester, señaló que las transacciones ‘sin contacto’, los desfiles de moda en persona con componentes digitales y las reuniones familiares por videoconferencia son posibles conclusiones duraderas de la crisis de COVID-19. Indiscutiblemente, las formas en que socializamos, compramos e interactuamos cambiarán en cierta medida, pero desde su punto de vista, los intercambios personales “son irremplazables”.

Nail asegura que los seres humanos no vamos a renunciar por completo al contacto cara a cara, “pero nos vimos obligados a aprender que hay muchas cosas que puedes hacer virtualmente. Incluso, si no son tan buenos como un contacto ‘en persona’, estamos aprendiendo consejos y trucos para mejorarlos. Y son mejores de lo que pensamos que serían».

Generalmente la gente prefiere reunirse personalmente con empleados o clientes, siempre que sea posible, con las llamadas telefónicas como respaldo. Pero como muchos se han visto obligados a aprender en las últimas semanas, la videoconferencia es mejor que una llamada telefónica, dijo Jim Nail.

En el futuro, los desfiles de moda, las conferencias de la industria y otros eventos podrían agregar componentes virtuales además de los físicos, para ampliar la base y crear una nueva fuente de ingresos, opinó el experto.

“Pero el valor oculto de tales encuentros muchas veces se reduce a la casualidad”, dijo. “En todos esos eventos, muchas de las cosas más productivas, como hacer negocios y establecer nuevas relaciones comerciales, ocurren de manera paralela. Son los cócteles y las cenas que tienes con la gente, no necesariamente el desfile o las otras presentaciones. No puedes planear que tales cosas sucedan. No se puede saber cuándo algo que ve o escucha, o cuando un comentario perdido que alguien hace puede despertar una idea completamente nueva en tu cabeza. Ese es el tipo de cosas que solo tenemos cara a cara”, explicó.

El experto aseguró que los seres humanos no están dispuestos a renunciar a ese tipo de interacciones, aunque siguen dando la bienvenida a una audiencia en línea. “Los eventos físicos sobrevivirán y prosperarán porque los necesitamos -advirtió-. Pero también pueden prosperar no solo limitando el evento a aquellos que pueden darse el lujo de tomarse un tiempo de su trabajo y volar al lugar para pasar un par de días o una semana».

Reconociendo que lugares como Corea del Sur y China han tenido recurrencias del virus después de que supuestamente pasaron sus picos respectivos de casos reportados, Nail supone que la creciente preocupación de los consumidores por la seguridad de los lugares públicos conducirá a la dependencia de otras tecnologías.

Las interfaces de voz automatizadas y los pagos sin contacto con teléfonos móviles ganarán más protagonismo. “Para las personas, pasar su teléfono móvil por un lector para transferir la información de la tarjeta de crédito será más atractivo que entregar una tarjeta de crédito o ingresar códigos en teclados o cajeros automáticos ‘sucios’”, señaló.

Luca Solca analista de investigación senior de artículos de lujo globales para Sanford C. Bernstein Ltd.

Para Luca Solca, analista de investigación senior de artículos de lujo globales para Sanford C. Bernstein Ltd., los consumidores pueden conservar sus capacidades y hábitos digitales recién adquiridos, especialmente si el regreso a la normalidad aún está lleno de riesgo de infección por coronavirus. «Pero las cosas tal vez se verían diferentes si tuviéramos una vacuna o una terapia que convirtiera al COVID-19 al lugar de los desafíos que la humanidad ha resuelto».

“Ahora los consumidores han descubierto que varias cosas que estaban haciendo a la antigua usanza ahora se pueden hacer de manera diferente», sostuvo Solca. Para ilustrarlo contó que él y su esposa han dejado de ir a la tienda de comestibles y a otros lugares, ya que tales necesidades se pueden resolver en línea. «Sin mencionar las muchas plataformas diferentes que he aprendido a usar para tener videoconferencias».

Con compañías Gap, L Brands, Macy’s, Saks Fifth Avenue, PVH Corp., VF Corp., Capri Holdings, Ralph Lauren Corp. y otros que suspenden o despiden a sus empleados, los minoristas tendrán el desafío adicional de que los compradores vuelvan a las tiendas, especialmente aquellos que están preocupados por los riesgos para la salud de estar en lugares públicos. “Creo que será difícil generar tráfico hacia las tiendas. Esto ya era un problema”, dijo Luca Solca. «La integración de la distribución digital y física será cada vez más importante,… vital, diría yo».

La perspectiva digital también se trasladará a otras áreas. “Pienso que muchas personas decidirán cambiar sus hábitos para siempre y aprovechar al máximo la tecnología de trabajo remoto. Ha estado disponible hace tiempo, pero ciertamente estaba subutilizada”, dijo.

Los consumidores están cada vez más acostumbrados a una gran cantidad de opciones, como lo indican los más de 300 servicios de suscripción de transmisión de video. Laurie Santos, directora del Laboratorio de Cognición Comparativa de la Universidad de Yale, cuenta con que las personas continuarán utilizando la tecnología para conectarse entre sí, de la mejor manera posible.

Hasta ahora, están utilizando la tecnología para cenar y tener noches de cine con amigos en diferentes zonas horarias, clases virtuales de yoga con compañeros de entrenamiento y noches de spa con amigos a quienes no ha visto en mucho tiempo. “Creo que algunos de estos hábitos sociales se mantendrán después de que termine esta crisis. Seguramente utilizaremos algunos de estos nuevos medios de conexión para seguir siendo sociales después de la crisis «, advirtió Santos.

Según una encuesta de RescueTime -que tiene aplicaciones para Android e iOS para rastrear el tiempo de pantalla- antes de la pandemia una persona revisaba su teléfono inteligente un promedio de 58 veces al día.

Mientras más personas en todo el mundo vigilan los teléfonos inteligentes, las tabletas y otras pantallas, tanto Santos como Forrester’s Nail, esperan que las personas terminen valorando ir a desfiles de moda, tiendas, eventos, museos y galerías.

Pero el recuerdo del miedo vivido en estos tiempos y sus acciones durante la cuarentena, seguramente harán que la gente recorte lo más posible su exposición a los lugares concurridos, a las aglomeraciones. La necesidad de satisfacer sus necesidades de trámites y compras a distancia, de explotar al máximo las facilidades que genera internet y los nuevos servicios, seguramente impregnarán los hábitos de los consumidores en el futuro.
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WWD / Comunidad Textil

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El coronavirus pone en jaque a las empresas del sector textil y confección del mundo

Fábrica confeccionista en Vietnam.

La revista catalana Pinker Moda realizó un doloroso recorrido por el impacto económico de la obligada cuarentena mundial en las industrias del sector textil y confeccionista de algunos países. Si bien reconoce que son datos parciales y no oficiales, es importante el esfuerzo que en estas condiciones tan complejas realizaron estos colegas y que permite trazar un primer panorama de la situación a nivel global.

El informe comienza con China. Comenta que la pandemia parece haber sido controlada en China, pero su impacto económico empezará a verse ahora. Muchas empresas manufactureras ha reiniciado su actividad, pero la presencia de la pandemia limita mucho sus ventas en el mercado doméstico y en el exterior. Asimismo enfrentan dificultades con el personal, que en muchos casos no logra llegar desde sus casas. Los grandes conglomerados industriales, a pesar de su fortaleza, no estan mejor.

Aunque la situación sanitaria ha mejorado, muchas familias chinas -y de otros países- no se atreven todavía a hacer vida normal ni a disponer de sus ahorros porque temen un recrudecimiento de la situación, una nueva oleada de infecciones.

Según diferentes fuentes informativas, la industria de textil y confeccionista en Bangladesh se asoma a un escenario preocupante. Buena parte de los pedidos ya firmados por clientes occidentales han sido anulados, porque estos no pueden asumir sus responsabilidades comerciales. Es que esas empresas, marcas y mayoristas de distintas partes del mundo, están ante una situación crítica porque sus ventas prácticamente han desaparecido.

Fábrica confeccionista en Bangladesh.

Las fábricas bengalíes, entonces, están registrando cancelaciones de pedidos cada hora. Rubana Huq, presidenta de la Bangladesh Garment Manufacturers & Exporters Association (Bgmea), lo explicó en declaraciones al colega Sourcing Journal. Y agregó: “hemos pedido a nuestros clientes que por lo menos recojan los productos que ya están fabricados o en curso”.

Calculan que el valor de los pedidos cancelados sería del orden de más de US$ 2.000 millones. Entre 20 y 25 millones de metros de tejido para confección han quedado en el limbo, a costa de las finanzas de sus fabricantes. Si la situación no mejora en unas pocas semanas, muchos de estos fabricantes no podrán pagar ni sus salarios ni sus restantes costos e irán a la quiebra, aseguran.

También los confeccionistas de Vietnam están conmocionados por la cancelación de pedidos, muchos de ellos con la producción en marcha o ya lista para embarcar. Los que siguen trabajando tienen problemas con el aprovisionamiento de tejidos, que casi siempre provienen de China.

El freno de la producción china benefició en un primer momento a empresas vietnamitas, porque los clientes se vieron obligados a desviar sus pedidos. Pero ahora mismo la pandemia comienza a afectar al país y a su capacidad productiva.

Lo mismo le ocurrió a otros países con una gran capacidad de producción textil y confeccionista, como Turquía y Marruecos. En un primer momento se beneficiaron de la situación en China. Pero ahora les toca también a ellos sufrir cancelaciones de pedidos.

En India, el gobierno suspendió hace ya días toda la actividad industrial y comercial en noventa regiones ante el avance de la pandemia en la región. Delhi, Uttar Pradesh, West Bengal, Maharashtra, Punjab, Karnataka, Kerala o Tamil Nadu son algunas de las regiones afectadas. En paralelo, las autoridades cancelaron hace ya días todo el transporte de pasajeros no esencial, incluidos los autobuses de transporte interestatales.

Igual que han hecho otros países emergentes, los fabricantes indios -sobre todo a través de la AEPC- han suplicado a sus clientes que no cancelen sus pedidos y les han ofrecido flexibilizar su cobro.

Aunque se resistió al comienzo, finalmente el gobierno británico ordenó el cierre de todo el comercio no esencial, aunque algunas cadenas como Primark, Arcadia o Harrods ya se habían adelantado.

Un informe del CRR (Retail Research Center) estima que el coronavirus provocará el cierre de 20.000 tiendas y que Gran Bretaña perderá 236.000 puestos de trabajo en el sector retail. Al otro lado del Canal de la Mancha, en Alemania, la cadena de almacenes Karstadt ha despedido a 28.000 trabajadores.

A principios de marzo, la ONU realizó un primer cálculo del costo de la pandemia en la industria de la moda en todo el mundo. El organismo internacional dijo que se perderán unos US$ 1.500 millones, tanto por el cierre de tiendas como por la escasez de materias primas. Señalaba, además, que el mercado más afectado sería el europeo, seguido por Estados Unidos, Vietnam, Turquía, Hong Kong, Taiwán y muchos otros.

Especialmente dramática es la situación de los trabajadores de las fábricas de los países llamados ‘emergentes’. Cuando cierran o paran sus fábricas, sus ingresos desaparecen y nadie tiene capacidad para buscar alternativas para que sus familias puedan sobrevivir. Por poner un ejemplo extremo, en Dharavi, el suburbio situado en el centro de Mumbai, vive un millón de habitantes y la mayoría de ellos trabajan en la industria textil y de la confección.

Algunas marcas globales de moda -Inditex, H&M, Marks & Spencer, Kiabi, PVH y Target y otras- prometieron cumplir con sus compromisos y aseguraron a sus fabricantes que recibirán la mercancía que habían solicitado, aunque tienen dudas sobre su venta a corto o medio plazo.

Cabe recordar -apunta Pinker Moda- que algunas economías emergentes como Vietnam o Bangladesh dependen en gran medida del sector textil/confección y del calzado. Y lo mismo ocurre en otras como Camboya, el 40% de cuyo PIB depende del sector de la moda, que proporciona el 86% del empleo industrial del país y el 80% de sus exportaciones.
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Pinker Moda / Comunidad Textil

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Un estudio busca entender los cambios de hábito en los consumos post cuarentena

La consultora internacional Nielsen realizó un interesante estudio de mercado entre minoristas de China, analizando las conductas de los consumidores durante la dura ‘cuarentena’ que vivió el país, y que comienza a relajarse. Sus conclusiones son muy interesantes pero, obviamente, no se deben universalizar. Sólo sirven para comenzar a pensar en ‘cómo cambiará mi mercado y qué debo hacer para adecuarme a él’.

Casi dos meses de medidas de cuarentena han obligado a los ciudadanos del país a quedarse en casa, mientras los funcionarios de salud trabajan para contener el virus. China finalmente parece haber logrado frenar el contagio local, pero gran parte del mundo se esta debatiendo duramente en la lucha por detener la propagación de COVID-19 y salvar a sus enfermos.

El estudio dice que los compradores chinos han recurrido intensamente a la web para obtener productos esenciales y productos frescos a diario, por lo tanto tampoco se sitúa en la totalidad de los consumos. También cuenta que esa mentalidad de ‘refugio’ en el lugar también ha llevado a la «economía del hogar» a nuevos niveles, reveló el estudio de Nielsen.

Quizás salir de compras ya no sea como antes…

«Las compras en línea, la educación en línea y el trabajo desde casa se han desarrollado rápidamente», dijo Justin Sargent, presidente de Nielsen China. «Como tal, los consumidores se han adaptado rápidamente a la situación para satisfacer las necesidades diarias, como mantenerse a salvo o para ir de compras, así como para el ocio personal».

Como la contención se ha acelerado en las últimas semanas, la confianza del consumidor ha comenzado a mejorar. Según el estudio de Nielsen, casi todos los compradores chinos encuestados (92%) expresaron su confianza en que China saldría victoriosa de la crisis.

Esa seguridad se deriva de las medidas y controles preventivos contundentes implementados por el gobierno chino a principios del brote. La mayoría de los consumidores (82%) dijeron que se vieron fortalecidos por la divulgación transparente de información durante todo el evento.

A medida que la enfermedad se extendió por el país, los consumidores se vieron obligados a trabajar, estudiar y superar la enfermedad a puertas cerradas. La mayoría recurrió a las compras en línea para obtener lo esencial para alimentar su vida cotidiana.

En el transcurso de los últimos dos meses, la mayor demanda fue para las necesidades diarias y productos frescos. Casi el 70% de los compradores ordenó estos productos más de dos veces por semana, y el 80% lo hizo en línea.

Ese cambio en el comportamiento podría mantenerse, señaló Nielsen. La gran mayoría (89%) dijo que estaría dispuesta a seguir comprando de esta manera después de que termine la pandemia.

Los productos inteligentes para la salud, como los purificadores de aire, los purificadores de agua y las pulseras inteligentes o los anillos de seguimiento de actividad física, han demostrado ser muy populares entre los compradores en línea de China.

«Hemos visto la creciente conciencia de la aptitud de China desde hace algún tiempo, sin embargo, el aumento de la conciencia de salud bajo esta epidemia es marcadamente diferente», dijo Sargent. «La situación actual ha aumentado rápidamente la conciencia sobre los conceptos de salud, así como sobre la salud y el estado físico habilitados por la tecnología, rompiendo los límites tradicionales y vinculando la tecnología con esta nueva situación de la vida en el hogar».

Las marcas y los minoristas que giran rápidamente para responder a esta tendencia emergente probablemente verán ganancias, dijo. «Los conceptos de productos higiénicos y seguros, así como la salud habilitada por la tecnología, ayudarán a las marcas a resonar entre los consumidores durante este período».

La epidemia también ha provocado un cambio en los canales que los consumidores están utilizando para comprar, proporcionando oportunidades y desafíos para las marcas y los minoristas.

«Con el advenimiento de 5G, AR, inteligencia artificial y un entorno de mercado cambiante, los propietarios de marcas deberían adoptar rápidamente los cambios, mientras exploran nuevas estrategias comerciales», dijo Sargent.

A principios de este mes, la firma lanzó un estudio que evalúa las dificultades del ámbito minorista chino, así como las áreas de mejora.

En una encuesta de empresas minoristas clave y más de 10.000 tiendas de abarrotes tradicionales, Nielsen descubrió que, si bien los minoristas tradicionales enfrentaban contratiempos, aquellos que se pusieron en acción rápidamente al proporcionar nuevas eficiencias al consumidor, como los pedidos en línea, convirtieron la cuarentena en una oportunidad.

«Al igual que los cambios de la industria minorista en el período del SARS, es probable que el consumo relacionado con la industria se recupere una vez que termine el brote de COVID-19», dijeron los analistas.

La investigación de Nielsen reveló que casi la mitad (46%) de los minoristas encuestados se mostraron optimistas sobre los negocios durante la próxima mitad del año, después de que la pandemia libere su presión sobre la economía global.

Sin embargo, el 36% de los encuestados dijeron que estaban preocupados por el futuro y creían que la presión operativa aumentaría. Muchos minoristas creen que el brote de COVID-19 ha empujado al sector minorista de China más hacia la era digital, y esas nuevas expectativas de los consumidores se mantendrán mucho después de que este evento desaparezca en la memoria.

Más del 67% de los minoristas dijeron que continuarían haciendo esfuerzos para expandir los canales de negocios en línea, acelerar los negocios en el hogar y refinar los diseños de los almacenes minoristas.

Más de la mitad de los encuestados (53%) dijo que cambiarían su oferta de productos para reflejar los hábitos de compra de los consumidores. Eso significa aumentar su suministro del inventario de productos de salud, desinfección y protección.

Más de dos quintos (43%) de los minoristas dijeron que la experiencia los llevó a profundizar en sus cadenas de suministro, especialmente para alimentos frescos, y fortalecer las relaciones con varias marcas al tiempo que promueven una comunicación eficiente.
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Sourcing Journal / Comunidad Textil

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