Crisis

Las entidades empresarias de la moda en Francia buscarán ayudar a marcas emergentes

Ralph Toledano, presidente de la Fédération de la Haute Couture et de la Mode de Francia.

La Fédération de la Haute Couture et de la Mode (FHCM) buscará refuerzar su asistencia a las marcas emergentes, para ayudarlas a superar la crisis vinculada a la pandemia del coronavirus. La entidad anunció una serie de iniciativas, que incluyen la creación de un fondo de apoyo y la creación de un showroom digital dedicada en asociación con la plataforma B2B Le New Black.

Este fondo de apoyo se creó “como complemento de lo que la Fédération está logrando con la ayuda de DEFI y las acciones llevadas a cabo por otros actores en el ecosistema de la moda”, anunciaron.

Este mismo tipo de medida ya ha sido adoptado por otros organismos de moda de todo el mundo, como el British Fashion Council (BFC), que a fines de marzo lanzó un fondo de crisis para apoyar a los diseñadores en el Reino Unido, o la Camera Nazionale della Moda Italiana (CNMI), que en abril creó un fondo para apoyar a las jóvenes marcas italianas.

Otra idea fuerte es cambiar su showroom Sphère, dedicado a la creación joven, celebrado habitualmente en el Palais de Tokyo durante las semanas de la moda. Para esto piensan avanzar en un showroom digital, en asociación con la plataforma B2B Le New Black.

Desde el inicio de la cuarentena, que condujo al cierre de tiendas de moda y, en cascada, a la cancelación de pedidos de las marcas más vulnerables, la Fédération se comprometió con los jóvenes diseñadores. La entidad los ayuda regularmente, brindándoles apoyo personalizado para facilitar su acceso a las medidas adoptadas por las autoridades públicas (aplazamiento de las cargas sociales y fiscales, desempleo parcial, etc.).

Esta asistencia es concreta, por ejemplo, en la constitución de activos de financiación, para permitir que las marcas gestionen sus problemas de flujo de efectivo y activen el préstamo garantizado en un 90 % del estado francés.

En un comunicado de prensa, la federación explica que la pandemia pone en peligro todo el tejido económico. Y que las marcas nuevas están en una situación delicada y que para que superen esta situación es necesario “resolver la insuficiencia de su capital de trabajo, anticipar cambios estructurales que vendrán e innovar en sus métodos”.

En paralelo, la institución organizó seminarios sobre temas operativos (finanzas y tesorería, digitalización e innovación, derecho laboral, fiscal y comercial) en conjunto con socios profesionales de la Fédération (RSM, Fabernovel, etc.). Buscan fortaleciendo la asociación con el Instituto Francés de la Moda, para que las marcas emergentes se beneficien de las lecciones y masterclasses impartidas tras la crisis del Covid-19, como el programa solidario IFM Labels.
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La mayoría de los argentinos cree que en el período post pandemia reducirá compras

El 74% de los consumidores argentinos cree que durante 2020 disminuirá sus gastos a causa de la crisis de la pandemia por coronavirus, de acuerdo al estudio Consumer Sentiment de Boston Consulting Group (BCG).

Adempas, el estudio de BCG resalta que, debido a las nuevas dinámicas establecidas a raíz de la cuarentena, los países sudamericanos se están amoldando rápidamente a las compras y transacciones a través de e-commerce y canales digitales.

En ese sentido, el estudio destaca la importancia que los consumidores dan a las promociones para la venta. En el caso de los argentinos, el 75% afirmó que realiza compras en promociones con cierta regularidad, destacándose las categorías de indumentaria y cuidado personal.

Aunque el 78% de los argentinos encuestados considera que su país ya atravesaba una crisis económica antes de la pandemia, sólo el 65% de percibe con optimismo el futuro económico de Argentina en los próximos 5 años.

Frente a este panorama, desde BCG proponen cuatro acciones claves para que las empresas lleven a cabo: diferenciarse vía pricing (definición de precios) y construcción de marca, impulsar Consumer Journeys (experiencias del cliente) digitales, reforzar el conocimiento del consumidor a través de datos y analítica, y redoblar esfuerzos por mayor eficiencia.
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Los diseñadores españoles reflexionan y hacen planteos válidos para muchos países

Muchos sectores en el mundo de la moda reflexionan sobre el día después de la pandemia, y el de la moda no es excepción. En una situación difícil que plantea la lucha por sobrevivir y el esfuerzo por reinventarse. En ese contexto cuatro diseñadores españoles abren la discusión y aseguran que la industria de la moda deberá cambiar. Aseguran que enfrentará grandes retos: habrá nuevos hábitos de consumo, sin «hipocresía» y alejados del «fraude» de la globalización. Afirman que «el día después de la pandemia del coronavirus pasa por generar valor-país».

Modesto Lomba, presidente de la Asociación de Diseñadores de España.

Cuatro grandes diseñadores españoles como Modesto Lomba, Dolores Cortés, Roberto Verino y Héctor Jareño opinan en esta nota publicada por Fashion Network. Se muestran convencidos de que, tras esta crisis, la industria de la moda debe cambiar, un cambio en el que deben implicarse los gobiernos

«Vamos a olvidar lo que estamos viviendo, por lo que estamos pasando?, se pregunta Modesto Lomba, presidente de la Asociación Creadores de Moda de España (ACME). Opina que la globalización que parecía «fantástica, ha pinchado. Es un fraude. Se ha vuelto en nuestra contra”. Por eso asegura que el confinamiento nos debe servir para hacer un ejercicio de «reflexión, mirarnos al espejo y decidir si estamos dispuestos a cambiar».

La moda española lleva años lamentando el traslado a otros países de la producción, un hecho que hoy ha puesto en evidencia la destrucción de la histórica industria textil de la que disponía España, que representa miles de puestos de trabajo, añade la diseñadora Dolores Cortés.

Y, precisamente, esto lo que provoca es que «dependamos muchísimo del exterior y en situaciones extremas podamos tener desabastecimiento», detalla Cortes.

Dolores Cortes.

Esta crisis es un aviso, la producción fuera de España sale cara, «deteriora la economía». Con esta lección aprendida es el momento de «revitalizar» la industria, añade Hèctor Jareño, de la firma Relliquiae, quien considera que la moda necesita un plan que pase por «recuperar los oficios, la fabricación local y hacer hincapié en la artesanía contemporánea, la base del consumo responsable».

Lomba añade que la globalización ha servido para que «algunos ganen mucho dinero con falta de ética», lo que les convierte en «cómplices al trabajar en países donde las condiciones laborales no son las que tiene España ni Europa».

«China es la fábrica del mundo», donde confeccionan sus prendas incluso las marcas más prestigiosas -dice Cortés- y aunque considera que revertir esa situación es difícil «hay que intentarlo e implicar al consumidor para que no busque solo prendas baratas».

Pero ese cambio requiere «mucho más que la voluntad de las marcas», ha señalado el diseñador gallego Roberto Verino, que asegura que este reto requiere un esfuerzo conjunto por parte de la administración, las marcas y el consumidor, que debe entender que la calidad tiene mayor costo.

En la misma línea, Jareño puntualiza que no se trata de «qué consumo sino de cómo consumo», una idea a la que se suma Cortés, quién resalta la importancia de transmitir al consumidor la necesidad de comprar un producto mejor, que durará, se podrá reutilizar y además contribuirá a preservar el medio ambiente. Considera, asimismo, que los diseñadores deben esforzarse en dar un producto atractivo, «a un precio honesto, accesible al consumidor medio».

Héctor Jareño.

Jareño apunta que hay que «abandonar hábitos de consumo hipócritas». Solo así, «podremos salir de la crisis, que es lo queremos todos», añade.

En este sentido Cortés dice: «los diseñadores no podemos relajarnos, debemos ponernos las pilas para que el consumidor no compre diseño solo porque esté hecho en España sino porque vale la pena».

«Sin talento y sin consumo desaparece la riqueza de país y nuestro modo de vida tal y como lo tenemos», explica Jareño, que recuerda que el estado de bienestar se nutre de los impuestos, de ahí que sea importante producir en España y consumir producto español.

Lomba incide en que de la misma manera que en momentos de crisis se ha protegido la agricultura y la energía al «tratarse de sectores estratégicos, ante la pandemia muchos sectores industriales, como la moda, deberían pasar a ser sectores esenciales».

Basta recordar que ante esta situación, la industria textil ha sabido convertir la flaqueza en músculo productivo para coser y distribuir mascarillas y trajes asépticos para el personal sanitario de manera desinteresada.

Verino apunta que la industria de la moda ha demostrado que su fortaleza está en su «gente más que en su músculo» y señala que detrás de la moda «hay personas con voluntad, fuerza, cultura del emprendimiento y capacidad creativa sin límites».

«El día después de la pandemia del coronavirus pasa por generar valor-país», concluye Jareño, quien asegura que como consumidores «somos poderosos para producir el cambio de paradigma».
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Severamente cuestionado el fast fashion podría sufrir los cambios que impone la crisis

Tiendas cerradas, facturaciones casi reducidas a cero, acumulación de stock… Afectadas por la crisis sanitaria, las marcas de moda, y especialmente las de fast fashion, podrían tener que cambiar de modelo.

A mediados de marzo, el gigante textil español Inditex (Zara), cuyas casi 7500 tiendas en todo el mundo fueron cerradas, anunció que “el Covid-19 tuvo un impacto muy significativo” en sus ventas en el primer trimestre de 2020.

La situación no fue mucho mejor para su contraparte sueca H&M, cuyas ventas cayeron un 46 % en marzo debido al cierre del 70 % de las aproximadamente 5000 tiendas de la marca en todo el mundo.

En cuanto a la japonesa Fast Retailing (Uniqlo), espera una disminución del 8,8 % en sus ventas mundiales durante el ejercicio actual.

En Francia, ha llegado el momento de las decisiones judiciales, el virus ha acelerado el declive de las marcas emblemáticas: el fabricante de calzado André se ha declarado en quiebra y La Halle (ropa y calzado), que tiene 860 tiendas, está en procedimiento de salvaguardia.

Para algunos observadores en el sector, el hecho de no tener dinero nuevo, aunque a priori es limitada en el tiempo, corre el riesgo de tener consecuencias significativas a medio o largo plazo.

“La mayoría de los distribuidores no alimentarios saldrán de la crisis con bases financieras más débiles” y algunos “tal vez no puedan restablecer sus niveles pre-coronavirus por un tiempo, si es que lo hacen”, dijo Guillaume Léglise, vicepresidente de la agencia de calificación financiera Moody’s, en una nota a los inversores publicada el lunes.

“Aunque la mayoría de los distribuidores tienen suficiente liquidez para soportar una breve interrupción de la actividad, existe incertidumbre en cuanto a la duración de las restricciones y la capacidad de las empresas de preservar este efectivo si el cierre de los comercios se prolonga”, agregó la agencia de calificación financiera, para la cual los “más afectados” serán aquellos con “grandes redes de tiendas, altos costes fijos y poca o ninguna presencia online”.

Tiendas cerradas, facturaciones casi reducidas a cero, acumulación de stock… Afectadas por la crisis sanitaria, las marcas de moda, y especialmente las de fast fashion, podrían tener que cambiar de modelo.

A mediados de marzo, el gigante textil español Inditex (Zara), cuyas casi 7500 tiendas en todo el mundo fueron cerradas, anunció que “el Covid-19 tuvo un impacto muy significativo” en sus ventas en el primer trimestre de 2020.

La situación no fue mucho mejor para su contraparte sueca H&M, cuyas ventas cayeron un 46 % en marzo debido al cierre del 70 % de las aproximadamente 5000 tiendas de la marca en todo el mundo.

En cuanto a la japonesa Fast Retailing (Uniqlo), espera una disminución del 8,8 % en sus ventas mundiales durante el ejercicio actual.

En Francia, ha llegado el momento de las decisiones judiciales, el virus ha acelerado el declive de las marcas emblemáticas: el fabricante de calzado André se ha declarado en quiebra y La Halle (ropa y calzado), que tiene 860 tiendas, está en procedimiento de salvaguardia.

Para algunos observadores en el sector, el hecho de no tener dinero nuevo, aunque a priori es limitada en el tiempo, corre el riesgo de tener consecuencias significativas a medio o largo plazo.

“La mayoría de los distribuidores no alimentarios saldrán de la crisis con bases financieras más débiles” y algunos “tal vez no puedan restablecer sus niveles pre-coronavirus por un tiempo, si es que lo hacen”, dijo Guillaume Léglise, vicepresidente de la agencia de calificación financiera Moody’s, en una nota a los inversores publicada el lunes.

“Aunque la mayoría de los distribuidores tienen suficiente liquidez para soportar una breve interrupción de la actividad, existe incertidumbre en cuanto a la duración de las restricciones y la capacidad de las empresas de preservar este efectivo si el cierre de los comercios se prolonga”, agregó la agencia de calificación financiera, para la cual los “más afectados” serán aquellos con “grandes redes de tiendas, altos costes fijos y poca o ninguna presencia online”.

Aunque Europa está a punto de saber cuándo volverán a abrir sus tiendas, en otras partes del mundo surgen problemas más dramáticos. Por ejemplo, en Bangladesh, uno de los centros mundiales para la producción de ropa, cientos de miles de trabajadores se encuentran sin empleo de la noche a la mañana, tras la cancelación por parte de estas grandes marcas de miles de millones de dólares en pedidos.

La dirección de Inditex, que produce el 40 % de su ropa en Asia, informó que mantuvo “sus compromisos de pago acordados con todos sus proveedores, respetando todos los pedidos realizados y aquellos que hubo durante la fabricación”.

En H&M, afirman que se han tomado “varias medidas” tras la disminución global de la demanda de ropa, por ejemplo en “compras, inversiones, alquileres y personal, entre otros” y que potencialmente afectará a “decenas de millares de empleados”.

Esto es porque se trata de un cambio global, aseguró Céline Choain, especialista en el sector de la moda y la distribución dentro de la firma Kea & Partners. Según esta especialista, se espera que los volúmenes de producción se reduzcan, debido al flujo de mercancías “desplazado” en el tiempo, los libros de pedidos para la temporada de invierno “reducidos” y los pedidos proyectados para 2021 «restringidos” debido a retrasos en los compromisos.

Luego dijo que “tendremos que trabajar en su suministro de la manera más flexible posible, mezclando circuitos a corto y largo plazo, independientemente del nivel de rango”, aseguró Choain. Según ella, todo el desafío será “variabilizar los costes, lo cual es muy importante en una industria de costes fijos: salarios, alquileres, pedidos”.

Así, se prevé un “cambio de modelo” económico que forma parte de dos tendencias principales, subraya el experto: un “consumo textil restringido o de apoyo” y una “pérdida real de poder adquisitivo con una recesión ahora oficial”.

Incluso si a muchas marcas posicionadas en la “creación de emoción y significado” les irá mejor que a otras, otras serán tragadas por los competidores, puntualizó.
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Fashion Network / Comunidad Textil

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Los proveedores de México denuncian que ya perdieron muchos operarios y dinero

Industria confeccionista en México.

Una encuesta que relevó a 70 empresas de proveeduría de materiales y avíos para el sector moda (confecciones, calzado y accesorios) de México, da cuenta de pérdidas por más de 200 millones de pesos mexicanos (US$ 8,1 millones) soportadas por las compañías en sólo tres semanas. La crisis económica generada por el coronavirus provocó que las mismas despidieran a más de 600 trabajadores.

A la encuesta que fue realizada entre el 17 y el 22 de abril por la Asociación de Empresas Proveedoras Industriales de México, APIMEX, respondieron setenta empresas asociados, mayormente de la ciudad de León.

El 55% del total de los encuestados manifestó que uno de sus principales problemas es la disminución en ventas, mientras que el 31% reportó falta de liquidez por la ruptura de la cadena de pagos.

Del total de encuestados, 58 empresas cuantificaron sus pérdidas: El 83% de éstas ha perdido hasta pesos mexicanos 3 millones (US$ 122.000), el 14% reporta pérdidas entre $M 5 y 15 millones (US$ 204.000 y 600.000), el 4% reportó pérdidas entre $M 30 a 50 millones (US$ 1,2 y 2 millones)

Las empresas proveedoras han realizado grandes esfuerzos por mantener su plantilla de trabajadores y evitar mayores afectaciones.

En cuanto al despido de trabajadores, el 55% de los encuestados, es decir, 38 empresas, mantuvieron su plantilla, mientras que el 26% tuvo que prescindir de entre 1 y 10 colaboradores y el resto entre 11 y 40 trabajadores. Esto representaría alrededor de 600 empleos perdidos.

El 21% de los encuestados reportaron que no han suspendido las actividades de sus colaboradores, el 20% reporta que ha tenido que suspender entre 1 y 10 colaboradores, pero hay empresas que han suspendido entre 11 y 40 personas.

El 37% de las empresas reportó tener tres semanas en pausa laboral y el 27% llevan más de tres semanas en pausa, provocando serios daños a su economía y a la de sus trabajadores.
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APIMEX / Comunidad Textil

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La industria textil colombiana exige al gobierno acciones y asistencia para sostenerse

Fábrica de confecciones en Colombia.

El Sistema Moda en Colombia y toda la cadena textil se preparan para el peor escenario de su historia en los próximos meses, con producciones congeladas, ventas frenadas y colecciones que no vieron la calle. Los empresarios del sector anuncian que las soluciones del Gobierno no son suficientes pues generarían un sobre endeudamiento.

El país se prepara para el final tentativo del aislamiento obligatorio el próximo 27 de abril, fecha que marcará el inicio del aislamiento inteligente. Los empresarios del textil continúan pidiendo al Gobierno soluciones tangibles, desde subsidios hasta exenciones tributarias, en reemplazo de las anunciadas medidas crediticia. Sin embargo, aseguran que aún no han tenido respuesta.

La industria textil es una de las ramas del sector manufacturero de Colombia de gran importancia para la economía debido a la enorme fuerza laboral que ocupa. Según cifras oficiales la plantilla del sector textil confeccionista se elevaría por encima de los 2,5 millones de personas.

Entretanto, en medio de la crisis, la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, anunció que la reactivación económica del país está próxima pero será paulatina y escalonada, con el transporte, la infraestructura y la manufactura entre las prioridades.

Ramírez informó además que ya son más de 400 las empresas textiles que se encuentran funcionando en el país como parte del programa de aprovisionamiento de material de bioseguridad para las clínicas y hospitales.
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Fashion Network / Comunidad Textil

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Adidas negoció un crédito de € 3.000 millones para poder enfrentar la grave situación

La compañía alemana de distribución de moda deportiva recibió créditos de € 2.400 millones del banco de desarrollo estatal de Alemania y otros € 600 millones del UniCredit, Bank of America, Citibank, Deutsche Bank, HSBC, Mizuho Bank y Standard Chartered Bank.

En un comunicado la empresa explicó que a fin de “para salvar esta situación sin precedentes”, el Gobierno de Angela Merkel lanzó asistencia a Adidas. El gigante europeo de artículos y moda deportiva firmó un préstamo de € 2.400 millones con el estatal KfW, el banco de desarrollo de Alemania. A ese importante monto le sumó otro € 600 millones de la banca privada.

La empresa se comprometió a suspender el pago de dividendos mientras no haya podido amortizar estos préstamos, que a corto plazo servirán “para salvaguardar la flexibilidad financiera de la compañía”. Además, se ha frenado la recompra de acciones, se diseñaron planes de reducción de costos y la alta dirección ha renunciado a un 65% de su sueldo.

Kasper Rorsted, CEO de Adidas.

Kasper Rorsted, consejero delegado de Adidas, declaró que “la situación actual plantea un serio desafío incluso para compañías saludables. Agradecemos al Gobierno alemán por su rápida e integral capacidad de respuesta a esta crisis mundial sin precedentes. “El acceso a liquidez adicional es clave para capear esta crisis. Pagaremos cualquier parte usada del préstamo, incluidos intereses y comisiones, lo más rápido posible”, destacó en ejecutivo.

La compañía aún no ha actualizado sus previsiones para 2020, debido a que el impacto será mucho mayor del esperado. Sin embargo, a principios de marzo ya anunció que el confinamiento en China se había traducido en una pérdida de ingresos de entre 800 millones y 1.000 millones de euros.

“Adidas también tuvo un fuerte impacto en sus ingresos y generación de efectivo en la mayoría de las otros partes del mundo desde mediados de marzo”, señaló, tras recordar que ya sufrió una disminución de ingresos y beneficios en China, Japón y Corea del Sur durante el primer trimestre.

El grupo cerró el último ejercicio fiscal con una facturación de € 23.640 millones, un 7,9% más que el año anterior. Su beneficio neto se disparó a € 1.977 millones, lo que significa un alza interanual del 16%.
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Modaes / CueroAmérica

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Las grandes marcas pierden valor y temen a los cambios en la cabeza del consumidor

Los efectos económicos del Covid-19 en el sector textil, por Brand Finance
Según el último análisis realizado por Brand Finance, la economía global perderá aproximadamente un billón de euros como resultado de la pandemia.

El consumo cae estrepitosamente en todos los países en los que se decretó cuarentena o en los que la población la adoptó sabiamente, a pesar de necedad de sus autoridades.

Ese confinamiento por la alerta sanitaria provocó el simultáneo cierre de los establecimientos y de la mayoría de las fábricas del sector en casi todo el mundo.
Las están compañías conscientes de que el impacto les provocará pérdidas y algunas ya reaccionaron -de acuerdo a las legislaciones de daca país- recortando sus plantillas de empleados, adoptaron sistemas preventivos de crisis pero también hay empresas que decidieron sostener el empleo, en algunos casos asistidos por los Estados.

Como con la mayoría de los sectores, el daño que se producirá en el valor de las marcas de indumentaria dependerá en gran medida del tiempo que dure esta pandemia. Pero también de acuerdo a cómo hayan actuado o qué hayan hecho por la comunidad y por sus clientes.

Uno de los primeros retos a los que se enfrenta el sector es la falta de visibilidad de las marcas con las tiendas cerradas y los consumidores en casa. En algunos países, la compra online ha ayudado a paliar los daños económicos que está causando la pandemia, en los casos en que las compañías ya dispusieran ese servicio.

La consultora Brand Finance evaluó el impacto del Covid-19 en función del “efecto brote” en el valor empresarial, al 18 de marzo de 2020, en comparación con lo que fue el 1 de enero de 2020. En base a este impacto en el valor empresarial, Brand Finance estimó el probable impacto en el valor de las grandes marcas, de diversos rubros. El sector textil y moda -asegura- podría ser uno más afectados a nivel mundial, enfrentando una pérdida potencial del 20% en el valor de las marcas.

La agenda del sector productos de lujo se ha visto aniquilada por la extensión del virus. Éste ha castigado con especial dureza a Italia, una de las cunas de las firmas de lujo en moda y complementos. Grandes compañías de lujo han sufrido caídas de hasta el 30% de su valor en la bolsa y temen operaciones de compra por parte de tiburones financieros.

A pesar de los estragos que Covid-19 sin duda va a causar en el sector el próximo año, es probable que a las marcas más ágiles les vaya mucho mejor que a quienes demoren o no sepan cómo adaptarse con rapidez a la nueva realidad. Con los nuevos hábitos de comportamiento del consumidor, que probablemente se verán reflejados tras la pandemia, las marcas buscarán más que nunca mayor innovación en sus canales online y la posible reevaluación de sus modelos de negocio de tiendas físicas.

Teresa de Lemus, Director Gerente de Brand Finance España.

Teresa de Lemus, Director Gerente de Brand Finance España identifica que las grandes marcas del sector textil podrían enfrentarse a una caída de hasta un 20% en el valor de sus marcas. “A medida que estas marcas negocian el cierre de tiendas y fábricas, cadenas de suministro rotas y una base de clientes que enfrenta una incertidumbre económica sin precedentes, estas marcas tendrán que prepararse para el difícil y turbulento viaje que aún tienen por delante”, señala la ejecutiva.

También Brand Finance sostiene que los hábitos del consumidor han cambiado durante el confinamiento y se espera que continúen tras él. Evitar multitudes, mejorar la higiene personal, trabajar desde casa, son algunos de los principales cambios. En lo que afecta al sector textil, aumentos en las visitas y compras online o la necesidad de tener que tocar las prendas con guantes cuando termine el confinamiento, serán algunos de los nuevos paradigmas.

El sector textil en no pocos casos las empresas se han involucrado en la colaboración social vinculada al Covid-19, reconvirtiendo sus talleres para elaborar tejidos para máscaras tapabocas o confeccionándolos. Es probable que estas actitudes, tanto como la de cuidar al personal y proponer una moda más racional, alejada del desenfreno consumidor, darán más espacio a esa marcas en las futuras elecciones de los consumidores.
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Pinker Moda / Comunidad Textil

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Ideas y propuestas sobre la posibilidad de cambios en el sector del comercio minorista

La empresa española Moinsa, dedicada a mobiliario y logística interior de las empresas, asegura que en el período post-coronavirus el comercio minorista cambiará y opina cómo cree que será el nuevo escenario y cómo se deberá reinventar y adaptar en esta nueva realidad. Uno de los principios es que los científicos aseguran que el riesgo del virus y las medidas de distanciamiento, durarán mucho tiempo, quizás años.

La crisis actual del COVID-19 está afectando gravemente la economía de todos los países del mundo y, a la vez, parece generar que las formas de diversos modelos de negocio se vean obligadas a dar un giro. Moinsa, empresa dedicada al equipamiento comercial y técnico, y a la ingeniería logística, brindó su parecer sobre cómo se tendría que reinventar y adaptar un sector como el del retail a este cambio.

Nuevos modelos de negocio
La compañía española asegura que la crisis sanitaria actual (y, por ende, económica) cambiará costumbres y estilos. Y a partir de allí supone que los diferentes modelos de negocio tendrán que hacer un esfuerzo por adaptarse, si quieren sobrevivir. En este sentido, opina que el sector retail será uno de ellos.

En Moinsa afirman que “surgirán nuevos conceptos y formas de negocio, ya que los cambios sociales que se van a experimentar en esta crisis impulsarán a variaciones también en la forma de consumir. Es decir, triunfarán aquellos que sepan adaptarse a los cambios sociales surgidos en estos meses”.

En este sentido Moinsa explica en siete puntos cuáles -a su criterio- son los cambios más importantes que el sector detallista experimentará, para adaptarse a esta crisis y, además, salir reforzado:

1. Esta crisis cambiará el diseño de los espacios, incluso su distribución. Por ejemplo, a partir de ahora los espacios serán más amplios, teniendo en cuenta que hay que guardar un metro de distancia entre personas. Otro ejemplo es lo que se hizo al comienzo del estado de alarma como alternativa el sector de la restauración, enfocándose en la entrega a domicilio (delivery) ‘contacto cero’. Por este motivo, seguramente a partir de ahora haya que tener más en cuenta el concepto de ‘delivery’ en el diseño de locales comerciales.

Re-diseño de tiendas
Las tiendas de moda, por ejemplo, debieron cerrar teniendo colecciones que, al volver a abrir, pertenecerán a la temporada pasada. Por eso, tendrán que poner rebajas, lo que conllevará la distribución y el diseño nuevo de tiendas y una optimización de los almacenes para que todo funcione de forma perfectamente integrada. Además, será importante contar con elementos de ‘promoción en punto’ de venta (POP, PLV, etc.) para llamar la atención del consumidor.

Cambio en la forma de pago
En materia de ‘pago’, para las grandes tiendas será importante incluir sistemas de “autopago” ya era una tendencia avanzaba antes de la pandemia, para buscar modos de evitar cercanías y acelerar el trámite. Se pueden incluir apps a través de las que se puede pagar y así eliminar el contacto con el dinero o la tarjeta.

Lo importante en este punto -dice Coinsa- es tener claro que no se trata de cambiar a personas por tecnología, sino de una integración entre ambas. Además, para los tengan que mejorar las soluciones existentes pueden emplear mamparas de metacrilato en la zona de mostrador, entre el personal y los clientes. Éstas no requieren de instalación y se limpian con agua y desinfectantes.

Probadores, ¿sí o no?
El virus no es el responsable de que estén cambiando las zonas de probadores. Esto ya venía pasando porque los espacios dedicados a éstos se reducen. La tendencia es que existan más áreas de espera, con sofás, cargadores de móviles, etc. que suelen estar ubicados en estas áreas. Algunos colocan armarios de ‘Click and Collect’ para las compras por internet. Pero esta crisis no eliminará los probadores, ya que los clientes necesitan vivir la experiencia de compra, ver, tocar y probar, simplemente se producirá un rediseño.

Redistribución de la logística
En la actualidad y en el futuro, es importante hacer referencia a cómo se debe optimizar la cadena de suministros. Por ejemplo, los depósitos o almacenes deberán estar preparados para atender todas las futuras demandas cuando termine el estado de alarma (que no serán pocas). Por eso, llegado el momento, se llevará a cabo una redistribución de la logística en todos los sectores del comercio.

Adaptación al comercio online
A medida que transcurre esta crisis, queda claro que muchos negocios del sector detallista quizás se están “salvando” gracias a las ventas online. Esto pone de manifiesto que a partir de ahora cualquier negocio de retail deberá contar con e-commerce. Los expertos del sector comercial aseguran que en este momento lo importante no es “vender una prenda de ropa”, sino conectar con el usuario.

María José Domínguez, del departamento de Marketing de Moinsa.

María José Domínguez, del departamento de Marketing de Moinsa asegura: “ahora más que nunca, cada día es una nueva hoja en blanco. Tenemos la oportunidad de dibujar una sociedad más unida y responsable. En Moinsa estamos trabajando en nuevos conceptos para dar forma a la experiencia de usuario del futuro. Esta es nuestra manera de seguir sumando, de comprometernos con los retailers, que trabajarán duro para reactivar la economía.
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PinkerModa / Comunidad Textil

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La industria española augura que si vuelven las fábricas a Europa el sector será un gran impulsor de la recuperación

Càndid Penalba, presidente del Consejo Intertextil Español.

El Consejo Intertextil Expañol (CIE) pone de manifiesto que la crisis del coronavirus Covid-19 plantea un retorno a la fabricación y la producción local europea frente a los problemas que ha supuesto la deslocalización de décadas pasadas. En un escrito analiza la situación de la industria de la moda española después del coronavirus.

La entidad empresaria del sector textil español, en un informe dado a conocer el 21 de abril, explica que aún es pronto para estimar el impacto causado por la pandemia pero estima que sin duda se van a cumplir los peores augurios. “Nos hemos encontrado con un escenario para el que ninguna sociedad actual estaba preparada. La propagación de la enfermedad por todo el mundo ha tenido unas consecuencias dramáticas en cuento a pérdida de vidas humanas, y también en prejuicios económicos y sociales”. Destaca que no hay un antecedente histórico que sirva de guía.

“Ante esta situación y un primer lugar, como no podía ser de otra manera, la sociedad española ha enfocado todos sus esfuerzos a contener la expansión de la epidemia y a atender al gran número de enfermos, y para ello ha sido necesario reducir de forma radical la actividad industrial y, en lo que se refiere a muchas empresas, paralizar la misma”.

La industria textil y de la moda española ha afrontado la situación de forma heterogénea, como heterogéneo es el sector. Las empresas que tenían esa posibilidad, han reorganizado su proceso productivo a contrarreloj para colaborar ante la situación de emergencia sanitaria de forma desinteresada. Han dado un ejemplo de solidaridad y su apuesta por contribuir a salvar vidas ha sido valorada por toda la sociedad.

Por otro lado, buena parte del sector ha tenido que refugiarse en la suspensión de su actividad por los procedimientos habituales, que han sido flexibilizados por el poder ejecutivo debido a la gravedad de los acontecimientos. Su situación en muy complicada, pues se ha enfrentado a una tormenta de acontecimientos negativos. Apunta que lo vivido dejó a las empresas “sin liquidez y puso a muchas de ellas en un situación insostenible”.

El CIE sostiene que si bien es una industria que ha reducido la mitad de su tamaño en los últimos 30 años, lo “que estamos viviendo nos demuestra que nos hallamos ante un sector estratégico” porque “Europa necesita una industria de la moda poderosa, flexible, próxima, capaz de atender las demandas de todo tipo de producción, con todos los subsectores representados en nuestro tejido industrial.”

Advierte que se “ha demostrado que la dependencia de proveerse en lejanía puede ser nefasta, pues nos deja sin respuesta rápida a cualquier circunstancia excepcional. De hecho, los países que mejor se están defendiendo contra la pandemia son aquellos que no dependen de terceros para proveerse de productos sanitarios. Y esa lección es aplicable a todo el sector.

Los empresarios españoles afirman que necesitan “fabricar en Europa, pero no porque sólo miremos por el interés de nuestras empresas, sino porque somos esenciales para la sociedad. Además, podemos hacerlo de forma sostenible, respetuosa con el medio ambiente y con unas relaciones laborales basadas en la confianza”.

Acuerdan que “se necesita un cambio trascendental del escenario en el que nos hemos movido en las últimas décadas. Europa tiene que datarse de una uniformidad fiscal y arancelaria que permita que todos compitamos en igualdad de condiciones. Las instituciones estatales y europeas deben generan un marco regulatorio congruente con la nueva situación, pues va a ser fundamental contar con un tejido industrial completo en Europa. No podemos perder una empresa más”, sostiene.

Menciona las importantes capacidades de producción y distribución “que deben ser tractores en esta recuperación” y deben lograr que “el consumidor se mueva por una escala de valores que contemple muchas más variables que el precio”.

Argumenta que “es preciso un ecosistema industrial europeo fuerte y sostenible, y para ello tenemos que mantener toda la industria auxiliar que nos queda, pues se demuestra que la misma es fundamental en momentos de crisis. En ese entorno, España puede y debe ser uno de los líderes. Con su capacidad de afrontar los retos más exigentes, como se ha demostrado durante esta y anteriores crisis”.

Llevamos décadas de colaboración. Empresas, organizaciones patronales y sindicales, centros de formación y de innovación, instituciones autonómicas, estatales y supraestatales. Nuestro sector ha sido ejemplo de colaboración entre todos los actores y miembros de la cadena de valor.

Asegura que el sector “puede ser un motor de una recuperación que tiene que comenzar en cuanto la situación sanitaria lo permita. Primero, asegurando la supervivencia de las empresas y sus puestos de trabajo y, en un futuro no muy lejano, dando a luz a nuevos proyectos que generan empleo de calidad. Tenemos que ser ambiciosos e ir más allá; incluso, podemos pensar en recuperar actividades que fueron desplazadas a terceros países y que, en este nuevo escenario, podrían volver”, propone la entidad.

Consejo Intertextil Españaol propone que “es el momento de un gran acuerdo para el futuro de la industria textil y de la moda española y europea. Un acuerdo en cuya gestación intervengan todos los actores, y que no quede solo en una mera declaración bienintencionada como las muchas que se guardan en los cajones”. Señala que “esta vez debemos trazar un plan claro, con fechas y responsables comprometidos, con personas de reconocido prestigio al mando de las operaciones, con recursos y ayudas que nos permitan salir de esta gran crisis con la posibilidad de ser protagonistas de la deseada recuperación”.

Según CIE, en España operan 8.005 empresas textiles, que ocupan a 128.000 personas y representan una facturación de 10.371 millones de euros.

Actualmente el Consejo Intertextil Español, que fue fundado en 1979, está formado por cinco miembros: la Federación de la Industria Textil Lanera (FITEXLAN), la Asociación Industrial Textil de Proceso Algodonero (AITPA), la Federación Textil Sedera (FTS) y la Federación Nacional de Acabadores, Estampadores y Tintoreros Textiles (FNAETT) -agrupadas en la Confederación de la Industria Textil (Texfor)-; y la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (Ateval).
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CIE / Comunidad Textil

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Para comunicarse con ComunidadTextil: contacto@comunidadtextil.com

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