Pamela Borsani, creadora de la marca One seed, lanzó su colección de remeras de algodón orgánico certificado en talles del 6 al 14 (niños hasta 12 años). De este modo, la emprendedora amplía el uso de esta fibra en un nuevo nicho, porque actualmente en el mercado argentino sólo se produce prendas de bebé en ese material.

El algodón orgánico suele ser utilizado en ropa para bebés, pero no se lo encuentra en prendas para chicos. A partir de una necesidad particular -su hijo tiene piel atópica-.

Pamela Borsani lanzó una colección de remeras de alta calidad que es amigable con el ambiente desde la fibra hasta el packaging. “Estoy trabajando con algodón peruano certificado y algodón orgánico nacional también certificado”, explica.

El algodón orgánico es ideal para la piel atópica. Es muy suave, por eso se la utiliza para prendas de bebé. Apunto a un público más grande pero que no deja de tener la piel sensible y que no encuentran talles para ellos” cuenta la emprendedora.

Borsani sostiene que el algodón que utiliza “se cultiva en tierras fértiles y no se trabaja con químicos. Es un algodón que no pasa por muchos procesos. Son prendas de un blanco natural porque no pasaron por el proceso de blanqueamiento químico”. Tanto el cultivo como la cosecha se realizan de forma artesanal y favorecen a las economías locales.

Los estampados se hacen en serigrafía con tintas al agua que no tienen ningún componente derivado del petróleo. Tampoco llevan etiqueta para evitar el roce de la misma con la piel del cuello. La información de la prenda se encuentra estampada en la tela.

Pero no solo el producto es amigable con el ambiente. “Los envases en que se envían las remeras son compostables, hechos a base de almidón de maíz. Y la etiqueta con el código QR que te lleva a la página y contiene instrucciones de lavado de la prenda se puede plantar y obtener una planta de rúcula” dice Borsani. “Apuntamos a packaging cero, a todo lo que es sostenible. Y los proveedores están certificados en comercio justo con las normas de la UE”, agrega.

Según explica Pamela Borsani, “la fibra es más resistente. En verano es fresca y en invierno cálida, porque absorbe la humedad del cuerpo. La diferencia al tacto es sorprendente”. Todas las prendas se realizan en pequeños talleres familiares de la provincia de Córdoba. Los productos se venden a través de la página web de la marca (oneseed.ar) y se envían a todo el país.
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