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La tragedia del Rana Plaza no logró dar claridad a la industria textil de Bangladesh

El derrumbe del edificio de Rana Plaza dejó 1.130 muertos y más 2.500 heridos y mutilados

El derrumbe del edificio de Rana Plaza dejó 1.130 muertos y más 2.500 heridos y mutilados

Dos años después del derrumbe del Rana Plaza, en el que murieron 1.130 trabajadores y más de 2.500 quedaron gravemente heridos y lesionados, el sector textil de Bangladesh ha experimentado reformas y sigue su crecimiento. Sin embargo la indemnización de las víctimas sigue inconclusa, el sindicalismo ha perdido fuerza y muchas fábricas han esquivado las inspecciones, a resguardo de un gobierno que sigue sin asumir su responsabilidad ante su población.

El derrumbe, ocurrido el 24 de abril de 2013 en el suburbio industrial vecino a Dacca de Savar, fue un tsunami en cámara lenta que se cobró muchas vidas y dejó un tendal de heridos y damnificados de por vida, removió los cimientos del principal pulmón exportador del país asiático.

El edificio de nueve plantas, con cinco talleres textiles que producían para una treintena de compañías internacionales, se desmoronó en segundos, aunque las autoridades tardaron tres semanas en sacar los escombros del escenario y retirar los cadáveres.

El derrumbe sucedió cinco meses después de un incendio con un centenar de fallecidos en la fábrica Tazreen Fashion, también cercana a la capital. Esto puso una inmensa lupa sobre las lagunas del sector más dinámico de Bangladesh, que en el curso fiscal 2013-14 (julio-junio) generó 24.500 millones de dólares en exportaciones, el 81 % del total del país.

Gobierno, firmas extranjeras, organismos internacionales y propietarios se apresuraron en ofrecer una respuesta: subieron los salarios mínimos, se enmendó la ley laboral, se crearon tres planes de supervisión de fábricas y se lanzó un fondo de compensación.

«Existe un compromiso en el Gobierno de mejorar las condiciones de trabajo y la vida de los trabajadores», aseguró esta semana el secretario del Ministerio de Trabajo, Mikail Shipar, en uno de los múltiples eventos organizados en Dacca ante el aniversario.

El político aplaudió la creación de comités de empresa, más de 300 en dos años, y las numerosas inspecciones (eléctricas, estructurales y antiincendios) a las que se han sometido la mayoría de las cerca de 4.000 fábricas textiles de la nación.

«Los tres equipos de inspecciones relativos a los acuerdos han completado ya más de 2.500 fábricas», secundó en declaraciones a Efe Srinivas Reddy, director en Bangladesh de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). «Faltan un 20 o 25 % de las fábricas que deben ser cubiertas por la iniciativa nacional», subrayó.

Reddy agregó que muchos datos de contacto de las fábricas no son correctos, que otras han cerrado y dijo que se han constituido equipos especiales para comprobar el funcionamiento de las fábricas por lo que espera que haya avances en tres meses.

El derrumbe del edificio de Rana Plaza dejó  1.130 muertos y más 2.500 heridos y mutilados_2Sin embargo, organizaciones como Human Rights Watch (HRW) han denunciado el rechazo de algunos propietarios de talleres de producción (alrededor de un centenar) a abrir sus puertas a los inspectores. «El hecho de que esta negativa sea permitida muestra el error fundamental del Gobierno de Bangladesh a la hora de implementar de manera básica su ley de trabajo. Los propietarios son tan poderosos que creen que pueden rechazar inspecciones», criticó en una rueda de prensa esta semana el subdirector en Asia de HRW, Phil Robertson.

Robertson también denunció repetidas vulneraciones en los derechos de los trabajadores del sector textil, como «asaltos físicos» o «abusos verbales» insuficientemente investigadas. El activista aseguró que la «intimidación» es habitual en trabajadores que deciden «agruparse en sindicatos» y recordó que, pese a la mejora de los últimos dos años, «todavía menos del 10 % de las fábricas tienen comités de empresa».

Si los derechos de los más de cuatro millones de trabajadores del textil (en su mayoría mujeres) y sus condiciones de seguridad han sido un eje central en las discusiones en la industria estos dos años, las compensaciones a discapacitados, supervivientes y familiares de fallecidos del Rana Plaza han sido otro.

Tras el derrumbe se dispuso un fondo que debía llegar a 30 millones dólares para compensar a las víctimas, sin embargo dos años después aún faltan bastante para llegar a esa cifra.

Más allá de su reestructuración o de la crisis política de turno, el textil no solo consigue mantener el pulso sino que su fase de bonanza no tiene un fin cercano.

Con ambiciosos planes de creación de zonas industriales en camino, las empresas del sector confían en que la industria tenga crezca en las próximas dos décadas y doble sus ventas actuales en seis años.

 

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Bangladesh mira a América Latina y espera duplicar su producción en el año 2021

Shahidullah Azim es vicepresidente de BGMEA

Shahidullah Azim es vicepresidente de BGMEA

Según Shahidullah Azim, vicepresidente de BGMEA la principal central empresaria textil de Bangladesh, la industria textil de su país aspira a doblar sus exportaciones en seis años. En este sentido, afirmó que continuarán diversificando sus mercados hacia regiones como América Latina.

Dos años después del derrumbe del Rana Plaza en las afueras de Dacca, que acabó con la vida de más de un millar de trabajadores, el sector se ha visto afectado por inspecciones, reformas y algunos cierres de fábricas, pero mira al futuro con confianza.

«Si no hay otra industria que aparezca en paralelo, nos mantendremos fuertes al menos dos décadas más», aseguró con convicción el vicepresidente de la Asociación de Manufactureros y Exportadores de Textil (BGMEA) en su oficina de Dacca.

Según Shahidullah, Bangladesh, que tuvo unas ventas de 24.500 millones de dólares en el curso fiscal 2013-14 (81 % del total de exportaciones), habrá doblado esa marca en 2021, para cuando espera alcanzar los 50.000 millones de dólares.

El vicepresidente de la BGMEA apostó por diversificar las ventas hacia mercados no tradicionales (actualmente Europa, EEUU y Canadá acaparan cuatro quintos de las compras) e hizo especial hincapié en América Latina, Sudáfrica, China y la India.

«Antes dependíamos exclusivamente del mercado tradicional y trabajábamos ocho meses: para invierno y verano. Ahora que estamos explorando América Latina y Australia nos damos cuenta de que es muy efectivo para nosotros geográficamente», dijo Shahidullah.

«Como están en el otro lado del planeta no nos quedamos parados cuatro meses. Trabajamos doce meses sin pausa», agregó.

El mandatario de la patronal explicó que Bangladesh está exportando ya a Brasil, Chile, Argentina y México, y confió en continuar estrechando lazos con la región latinoamericana, algunas de cuyas compañías «están abriendo oficinas» en el país asiático.

«Antes no había ninguna embajada en Dacca. Visitamos América Latina en 2010 y empujamos a nuestro Gobierno a abrir una embajada, así que ahora Brasil está presente. Tenemos también oficina comercial en México y otros países. Si el volumen comercial continúa creciendo estudiaremos si conviene abrir más embajadas», razonó.

Shahidullah, que empezó en el textil a finales de la década de los 80 del pasado siglo, cuando el sector apenas arrancaba, cree que Bangladesh no tiene que temer a países emergentes como Myanmar (Birmania) o Etiopía.

garment_expertise-300x180«No solo somos competitivos a nivel de precios, sino que tenemos una enorme capacidad en términos de calidad y entrega. No tenemos miedo (a la competencia) porque la capacidad que hemos construido en tres décadas no va a desaparecer de la noche a la mañana», subrayó.

El empresario dijo que los patrones del textil bangladesí no están «sentados», sino que está tanteando nuevas opciones, como por ejemplo potenciar «fábricas ecológicas» y desarrollar nuevas zonas industriales, así como contratar cientos de miles de trabajadores adicionales para sustentar los objetivos de crecimiento.

«Estamos moviéndonos hacia una industria con mayor maquinaria, por una mayor productividad y eficiencia. Aún así, necesitaremos más trabajadores. Ahora hay 4,4 millones, un 80 % mujeres. En 2021 deberían ser unos 7 millones», subrayó.

El Gobierno bangladesí ha destinado para la construcción de un área industrial un espacio de dos kilómetros cuadrados, a unos 37 kilómetros de distancia de Dacca, ciudad en cuyo territorio y localidades aledañas se concentra la mayor parte de los más de 4.000 talleres textiles del país.

De acuerdo con Shahidullah, el nuevo complejo, que estará situado cerca de la ciudad portuaria de Mushinganj y será desarrollado por una empresa china, tardará «cuatro años» en ser completado, «albergará unas 300 fábricas grandes, medianas y pequeñas» y desde él se exportarán 4.000 millones de dólares.

«En el mundo la tendencia es a que todo gire en torno a China más uno, porque China se está introduciendo con fuerza en el sector tecnológico, energético… Pues bien, ese uno, ese complemento, será Bangladesh», presumió el vicepresidente de la patronal.

 


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Con bajos costos laborales, Myanmar busca ser un polo productivo de confecciones

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Trabajadoras en una industria confeccionista de Myanmar

Trabajadoras en una industria confeccionista de Myanmar

Myanmar, la antigua Birmania, vuelve a posicionarse como uno de los polos productivos de la industria de la confección., sólo en el último año, la industria textil del país, situado en el sudeste asiático, ha creado 100.000 puestos de trabajo y supera ya los 300.000 empleados, según datos de la central empresaria del sector.

Siguien el ejemplo de sus vecinos India y Bangladesh, el Gobierno del país ha colocado a la industria textil como una de sus prioridades para reactivar el desarrollo económico de la región. La confección de prendas de vestir es, junto al turismo, la agricultura, la madera y el caucho, uno de los sectores estratégicos de su economía.

El objetivo de Myanmar es que el sector genere en el ejercicio 2015-2016 exportaciones por valor de US$ 2.000 millones, el doble de 2012, cuando se situaron en US$ 900 millones y un 17,6% superiores a 2014-2015, cuando han alcanzado los US$ 1.700 millones.

En el último año, el país ha disparado sus exportaciones de prendas confeccionadas a Europa un 84,6% respecto a 2013. Las compras europeas de ropa procedente de Myanmar se situaron en 2014 en € 232 millones, frente a los € 125,7 millones del año anterior. En sólo un ejercicio, la industria textil de Myanmar ha avanzado diez puestos en el ránking de los principales proveedores de prendas de Europa, hasta ocupar el puesto número 44.

El país ha reactivado la inversión foránea en la industria textil local después de que la Unión Europea y Estados Unidos decidieran eliminar las sanciones económicas, después de que el Gobierno local convocara unas primeras elecciones democráticas. Esta apertura ha despertado el interés de los grandes de la moda, que se han fijado de nuevo en Myanmar, un país que ya había desarrollado en el pasado su industria de la confección.

El sector cuenta con alrededor de 350 empresas, la mayoría de las cuales trabajan orientadas a la exportación. Sólo el 25% de estas compañías fabricantes son propiedad de empresarios locales, mientras que el 75% restante son de capital extranjero, sobre todo de Corea, China y Japón. La industria local exporta sobre todo a Japón (en torno al 50% del total de las ventas al exterior) y a Corea (el 30%).

Como otros países de la región, Myanmar atrae a las empresas con sus muy bajos costos laborales y otras ventajas otorgadas por el estado. Por eso no es extraño que la expansión y el aumento de la planta de trabajadores haya generado no pocos conflictos. Las protestas en el sector han sido habituales en Myanmar, pero en 2013 disminuyeron a raíz de que el Gobierno marcó un salario mínimo e impulsó un paquete de mejoras sociales.

Sin embargo, en febrero pasado, el país vivió uno de los más graves episodios labores cuando cerca de 4.000 trabajadores de la industria textil en huelga reclamaron un aumento salarial.

 
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Moda.es / Comunidad Textil
 


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Vietnam busca crecer en la producción de confecciones

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Ho Thi Kim Thoa, viceministra de Comercio e Industria  de Vietnam

Ho Thi Kim Thoa, viceministra de Comercio e Industria de Vietnam

Vietnam impulsará el desarrollo de la industria de confecciones textiles con el objetivo de lograr exportaciones por 28 mil millones de dólares. El objetivo fue anunciado por la viceministra de Comercio e Industria al inaugurar la feria Saigón Tex 2015.

Ho Thi Kim Thoa, viceministra de Comercio e Industria de Vietnam, fue la encargada de anunciar la propuesta del gubernamental de aumentar las exportaciones de confecciones. Lo hizo durante la inauguración de Saigón Tex 2015. La Exposición internacional de equipos y materias primas para la industria textil, se realizó del 9 al 12 de abril en Ciudad Ho Chi Minh y participan en esta edición empresas provenientes de 21 países y territorios

Ho Thi Kim Thoa dijo que para lograr este objetivo las acciones urgentes a cumplir son la renovación de tecnología, la mejora de la calidad y gestión laboral y perfeccionamiento de cadena de suministro a estándar internacional

Destacó que Saigon Tex es una oportunidad para que las empresas operadoras en diversos sectores busquen socios y promueven sus productos, con el fin de ampliar el mercado y construir una estrategia de desarrollo del sector.

 

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VNA / Comunidad Textil
 


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Las grandes marcas siguen utilizando trabajo infantil en las prendas hechas en Asia

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Trabajo infantil en Bangladesh

Trabajo infantil en Bangladesh

Las grandes marcas y cadenas de retailer intentan mejorar su imagen negando que las empresas contratadas en países emergentes utilicen niños en la fabricación de sus productos. Sin embargo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha informado que el número de niños obligados a trabajar ha aumentado en el Sur de Asia, una de las zonas favoritas para la industria de la confección.

Corinne Vargha directora del programa de los derechos laborales fundamentales de la OIT

Corinne Vargha directora del programa de los derechos laborales fundamentales de la OIT

La OIT estima que hay un total de 17 millones de niños trabajadores en el Sur de Asia, de los cuales uno de cada cinco tiene menos de 11 años. Esta cifra es generada principalmente por la India (5,8 millones), Bangladesh (5 millones) y Pakistán (3,4 millones). Este dato cuestiona especialmente a la industria textil, ya que estos son tres de los 10 principales países proveedores de la Unión Europea de productos de confección.

Y si bien el informe afirma que la mayoría de los niños trabaja en actividades agrícolas, sugiere que la presencia de niños en los campos de algodón de India y Pakistán, dos de los principales productores del mundo, no ha sido erradicada en las industrias locales.

Trabajo infantil en Bangladesh

En cuanto a Bangladesh, informes recientes han sacado a la luz los casos de explotación de menores en las fábricas de ropa y la manipulación de productos tóxicos para la curtiembre de pieles sin protección alguna.

«A pesar de que ha habido una disminución en el número de niños que trabajan a nivel global, la mayoría de ellos se encuentran en Asia y el Pacífico. La magnitud del problema en el Sur de Asia es particularmente preocupante», afirmó Corinne Vargha, directora del programa de los derechos laborales fundamentales de la OIT. «La OIT está trabajando con los gobiernos del Sur de Asia y varios socios para encontrar una solución al problema.»

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Fashionmag / Comunidad Textil
 


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