La Comisión Europea propone la implantación de una etiqueta ambiental a los productos textiles y otros.

La Comisión Europea se encuentra dando los últimos detalles a un proyecto que impondrá una etiqueta ecológica para productos de confección textil, confecciones, calzado y marroquinería. La medida apunta a combatir el “greenwashing” de algunas empresas y a orientar a los consumidores para que puedan escoger productos más sostenibles. La etiqueta será obligatoria para todos los artículos que se comercialicen dentro del territorio comunitario y comenzará a regir en 2023.

A partir de la puesta en marcha de la medida, las empresas deberán justificar las declaraciones medioambientales en base a una única metodología. El criterio que se utilizará será el de la Huella Ambiental del Producto (HAP) utilizada por la UE desde 2013 para medir el impacto medioambiental de los productos en base a una evaluación de su ciclo de vida útil.

Con esta medida, la Comisión espera poner freno a la utilización abusiva de términos como sostenible y circular que muchas empresas asocian a sus productos pero que no tienen un correlato real con el modo de producción. La etiqueta deberá ofrecer al consumidor información clara, certificada y concisa en materia de sostenibilidad.

Actualmente, cada marca utiliza sus propias etiquetas para calificar a sus productos como sostenibles. A partir de la nueva ley, se eliminarán esas miles de etiquetas para implantar un sistema de identificación único como sucede hoy en día con los electrodomésticos.

La Comisión evalúa ordenar los productos en 16 categorías según el impacto ambiental que generen. Estas categorías tomarán en cuenta toda la cadena de producción; desde la compra de materias primas hasta el final de la vida útil de la prenda o el calzado. Se tendrá en cuenta, entre otros parámetros, cuánto afectan los artículos a la capa de ozono, su grado de toxicidad con efectos cancerígenos y que tan contaminantes resultan.

Ante el anuncio de utilizar la HAP como parámetro, la Wool Textile Organisation (IWTO) sostuvo que si no se incluyen ciertos criterios específicos, la medida terminaría distorsionando la información que llega al consumidor. “Existen impactos medioambientales críticos que no se tienen plenamente en cuenta o no se incluyen en la metodología de la HAP” afirmaron. La organización pide que no solo se tengan en cuenta los impactos medioambientales negativos sino también los positivos y pidió “no olvidar que los impactos sociales también deben considerarse para una evaluación holística de la sostenibilidad de un producto”.
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Fashion United / Comunidad Textil

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