Industria de la confección.

El sexto informe mensual State of Fashion publicado por The Business of Fashion y McKinsey & Company pronostica que la industria de la moda tendrá una recuperación en 2022. Sin embargo, a pesar de este buen augurio prevé que la cadena de suministro deberá enfrentar algunas amenazas.

Según el informe, luego de dos años de crisis la industria de la moda está volviendo a encontrar su camino, especialmente en los mercados en los que la vacunación es alta. La vuelta a cierta normalidad ha liberado la demanda que estuvo reprimida durante casi dos años.

The State of Fashion señala también las inequidades que exacerbó la pandemia. Las grandes marcas no solo se han mantenido sino que, en algunos casos, han aumentado sus ventas. Mientras tanto, las pequeñas firmas luchaban por no cerrar sus puertas. Para el próximo año, el crecimiento anunciado también variará según la zona. Se espera que la recuperación sea más pronunciada en China y Estados Unidos y en menor medida en Europa. El segmento al que mejor le irá en 2022 será la ropa de lujo que fue la que menos perdió durante los años de pandemia.

Por otro lado, las marcas tendrán que actuar de acuerdo a las nuevas demandas de los consumidores. Los modelos de negocio circulares, los materiales ecológicos y los procesos sustentables serán elementos a tener en cuenta para la recuperación.

Por último, el informe destaca los diez temas que marcarán la agenda de la industria en 2022:

Recuperación desigual: los países con sistemas de salud fuertes y economías estables crecerán más que el resto.

Problemas de logística: las empresas deberán reconsiderar sus estrategias de abastecimiento para mantener la cadena de producción fluida.

Lujo local: dado que la recuperación total del turismo se espera recién para el 2023/24; los consumos de lujo se realizarán en los comercios locales.

Nuevo tipo de compras: luego de dos años donde las ventas se centraron en ropa de calle y deportiva; se espera que los consumidores se inclinen por otras categorías.

Venta digital: los nuevos consumidores que se incorporan al mercado se inclinarán por estos canales.

Comercio social: las marcas, los consumidores y los inversores están más comprometidos con este tipo de compras a través de las redes sociales.

Modelos circulares: las empresas deberán adoptar modelos de producción sustentables.

Pasaportes de productos: utilizar la tecnología para almacenar y compartir la información de los productos con proveedores y consumidores.

Resiliencia cibernética: A medida que avanza la digitalización de los procesos, las marcas tendrán que invertir en ciberseguridad para evitar ataques y estafas.

Retención de talentos: las empresas deberán actualizar sus estrategias de talento para crear un lugar de trabajo cada vez más flexible, diverso y digitalizado.
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BOF / Comunidad Textil

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