Un editor de moda de Los Angeles Times recientemente escribió que las personas que trabajan desde casa deberían «vestirse como los profesionales que le pagan por ser». Este comentario, muy criticado y probablemente pueril, marca una realidad que impuso la masiva realidad del “quedarse en casa”: usar y amar la ropa cómoda, deportiva, un estilo ‘négligés’, como dicen los franceses.

Las reuniones virtuales: conferencias, cursos, asambleas y hasta sesiones parlamentarias a distancia, mostraron que la mayoría sintió que el hecho de hablar desde su casa lo autorizaba a presentarse con ropa más que informal. El límite lo cruzó un científico que participó en una reunión, sentado en su cama y en calzoncillos.

Todos compartimos la situación de sostener cada día, junto a trabajar, estudiar o entretenerse, una actividad vinculada a tareas estrictamente hogareñas. Cocinar, lavar, ordenar, atender más horas que antes a hijos y familiares. Y eso nos lleva a buscar ante todo la gratificación del confort, el placer y aliviar el estrés usando ropa cómoda.

Loas primero estudios difundidos están hechos sobre el mercado de los Estados Unidos, pero no hay duda que el llamado mundo de Occidente esta pregnado por conductas similares.

Kayla Marci de Edited informó que las ventas de ropa deportiva aumentaron un 40% en los EE.UU. ya en abril. La ropa deportiva para hombres para el primer trimestre de 2020 aumentó un 18%, mientras que las ventas de prendas para las mujeres crecieron un 43% con respecto a 2019.

Las calzas constituyeron el 50% de todos los pantalones, y los estilos simples ganaron a los estampados. Las consumidoras compraron predominantemente en estilos de bloques de color, florales o tie-dye. Además, la firma le dijo al periódico Wall Street Journal que el número de ventas en chaquetas deportivas aumentó un 36%, mientras que las ventas de pantalones, también deportivos, aumentaron un 39%. Otra prenda que creció en ventas es la bata o salida de baño, que tuvo un aumento del 29%.

A pesar de la consternación del periodista de Los Angeles Times, tiene sentido que las ventas de estos artículos hayan aumentado a ese ritmo. Para la tercera semana de abril, en los Estados Unidos con casi todos sus estados manteniendo cuarentena total o parcial, cientos de millones de ciudadanos estadounidenses tuvieron que quedarse en casa. La incertidumbre y el estrés, junto con el hecho de que las personas no tenían exigencias para vestirse, llevaron a cambios casi inmediatos en la vestimenta diaria.

En lugar de vestirse y viajar al trabajo, realizar presentaciones y reuniones o salir a cenar con amigos, las personas han tenido un ritmo de vida muy diferente, según la Encuesta de respuesta al coronavirus 2020 de Cotton Incorporated (Wave 1; 20-25 de marzo).

Un 71% de las personas ven más televisión, películas y videos. El 67% está leyendo / mirando / escuchando más las noticias. El 62% usa ropa cómoda con más frecuencia. Además, el 54% cocina más, el 52% come más comidas reconfortantes y bocadillos, y el 40% juega más videojuegos que antes.

Según la investigación de Coronavirus Response, desde que comenzó la cuarentena, el 46% de quienes compraron ropa dijeron que eligieron prendas cómodas. Y el 51% de los encuestados dijo que la ropa cómoda es más importante para ellos desde que se produjo la pandemia. Con ese fin, más de un tercio (37%) compró ropa hecha de fibras naturales y el 34% dice que usan más ropa casual que antes.

En medio de toda la volatilidad, los consumidores parecen estar buscando más estabilidad en su vestimenta, con un 42% diciendo que han comprado ropa «que durará» y que son más resistentes, según la encuesta Coronavirus Response. Otro 40% dijo que compró ropa deportiva o activa o sport, mientras que el 27% dice que usa ropa activa más que antes del período de cuarentena.

El aumento de las ventas de artículos como remeras suaves y pantalones de yoga versátiles, ya sea para mirar televisión o hacer ejercicios, habla del esfuerzo del consumidor por hallar un poco de calma y confort durante una crisis sin precedentes.

A pesar de los videos interminables de las celebridades hablando de “sentirse bien”, el coronavirus ha hecho mella en la psique de la gente, según WGSN, la compañía de pronósticos de tendencias.

Por supuesto, los estadounidenses realmente no necesitaban más empuje en esa dirección. En 2017, WGSN determinó en sus informes Future Drivers 2022 y Future Consumer 2022, que «la ansiedad se ha convertido en una preocupación cultural y generacional clave, y el miedo se está convirtiendo en el estado emocional emergente». Y eso fue años antes de la pandemia.

«La situación actual está acelerando este cambio de mentalidad, con el miedo del consumidor, y las respuestas a él, coloreando [sic] las acciones durante y después de la pandemia de coronavirus», afirma WGSN en su informe, Coronavirus: Global Change Accelerators. «Los consumidores no solo tendrán miedo por su bienestar, sino que también se preocuparán por su salud. También surgirán preocupaciones sobre las finanzas en medio de la incertidumbre económica, que ha surgido a medida que las empresas se ven obligadas a cerrar o aminorar sus operaciones».

Según la investigación de Coronavirus Response, el 63% de los estadounidenses dicen que «sienten mucho miedo en estos días», ya sea moderadamente (38%) o mucho (25%). Tres cuartos de los encuestados (75%) dice que «solo quieren acurrucarse en una acogedora cama en este momento». Y el 70% estuvo de acuerdo de alguna manera en que «la gente no está tomando esta pandemia lo suficientemente en serio». Para alejarse de todo, el 54% dice que comprar en línea “es una forma de escapar”.

WGSN dice que a medida que las personas pasan al «modo de supervivencia», gravitarán hacia productos que «reflejen un sentido de seguridad».

Eso explica por qué las tres cuartas partes de los consumidores (75%) dicen que «usar ropa cómoda me ayuda a sentirme mejor ahora», según la investigación de Coronavirus Response.

En este momento, el 70% de los encuestados de ese estudio dice que la ropa hecha de algodón es la más cómoda. De estos el 27% elige la ropa hecha con fibra elastomérica. Pero también el 22% apunta al poliéster, el 16% para el rayón / viscosa / Tencel / modal, y el 17% para la ropa hecha de lana.

La gran mayoría de los consumidores calificaron al algodón como la fibra de ropa ‘más segura’, con más de 4 de cada 5 consumidores (82%) calificaron la ropa de algodón como ‘segura’, mucho más que las fibras sintéticas.

Mirando hacia el futuro, las marcas y los minoristas podrían considerar la importancia del deseo del consumidor de comodidad y seguridad en su indumentaria. McKinsey & Company dice en su artículo Perspectivas para la industria de la moda de América del Norte en un momento de crisis, que la «próxima normalidad» podría hacer que las personas se usen un estilo ‘casual’ todo el tiempo.

«Muchas personas volverán a un entorno de trabajo fundamentalmente diferente, en el que el teletrabajo, los horarios flexibles y el énfasis en el equilibrio entre la vida laboral y personal son nuevas normas», afirma McKinsey. “La comodidad podría convertirse en una consideración principal en las compras de ropa. La tendencia hacia la ‘casualización’, que ya era fuerte antes de la crisis, podría acelerarse aún más”.
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Lifestyle Monitor / Comunidad Textil

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