Los consumidores musulmanes gastaron 270.000 millones de dólares en artículos de moda en 2017, según las estimaciones del Informe 2018/19 de la Economía Islámica Mundial. Se estima que el gasto musulmán en ropa alcanzará los 361.000 millones de dólares en 2023.

El Centro de Desarrollo de la Economía Islámica de Dubai (DIEDC) acaba de publicar los resultados del informe titulado “Una economía ética inclusiva”. Esta es la sexta edición de la serie y ha sido encargada por DIEDC y producida por Thomson Reuters en colaboración con DinarStandard y el Centro Financiero Internacional de Dubai (DIFC).

El informe revela que, por categoría, alimentos y bebidas lideran el gasto musulmán. Moda es la tercera categoría en la que más invirtieron los consumidores musulmanes, con un total de US$ 270.000 millones.

El trabajo sostiene que la moda musulmana continúa su expansión gracias a la generación de los milenials. Los autores del informe resaltaron cómo la ‘moda modesta’ se ha ido haciendo un hueco, llegando a diferentes grupos de consumidores: desde modelos con hiyabs que caminan por las pasarelas de marcas de lujo hasta revistas de moda europea con modelos musulmanes en sus portadas.

Cabe destacar el cambio protagonizado por minoristas de moda occidentales como Macy’s en Estados Unidos o Marks & Spencer en Reino Unido, que han lanzado sus propias líneas de ‘moda modesta’, como también se conoce la moda destinada a consumidores musulmanes. H&M también se ha hecho eco de esta tendencia.

Según este informe, los milenials musulmanes han tenido mucho que ver con este cambio, llevando y estableciendo nuevas tendencias en los países de mayoría musulmana y no musulmana.

Cabe destacar que la economía islámica se ha adaptado rápidamente a las nuevas tecnologías para ofrecer pagos que garanticen el cumplimiento ‘halal’ -conjunto de prácticas permitidas por la religión musulmana-, por ejemplo. Mientras tanto, la inteligencia artificial (IA), la realidad virtual (VR) y el Internet de las cosas (IoT) están atrayendo más inversiones que nunca, según el informe.

Al abordar las perspectivas de 2018/19, los responsables del estudio apuntaron: «Este año, hemos sido testigos de un aumento en la demanda de productos que no solo cumplen con la financiación de la sharia -ley islámica- y los estrictos estándares de sostenibilidad, salud y seguridad ambiental, sino que también se fabrican con ingredientes certificados por halal. La consistencia que forma parte integral de la cadena de suministro explica el creciente atractivo y la aceptación de los productos de la economía islámica entre la población mundial.”
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FashionUnited / Comunidad Textil

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