Bangladesh: H&M absorberá los nuevos aumentos de los salarios para los trabajadores
La multinacional de origen sueco H&M se comprometió a garantizar que los operarios del país asiático cobren el salario mínimo que estipula el gobierno. Este ingreso, que recientemente se incrementó un 50%, representa apenas un poco más de 100 euros por mes. Hasta noviembre de este año, 2023, el salario mínimo que era de sólo 69 euros. Las protestas fueron reprimidas por la policial, con un saldo de al menos 5 manifestantes muertos y cientos de heridos.
H&M comunicó de manera formal a sus proveedores de Bangladesh que asumió el compromiso de “absorber el aumento de los salarios de los trabajadores”. El salario mínimo actual de un trabajador bangladesí es de 103 euros. Aun siendo una cifra extremadamente baja, muchos empresarios pagan por debajo de ese límite que recientemente fijó el gobierno.
En la carta que envió a sus proveedores de Bangladesh, la empresa sueca expresó que “apoyamos el desarrollo de unos salarios justos y competitivos en nuestras cadenas de suministros y estamos trabajando para mejorar las condiciones laborales”. Mostafiz Uddin, director general de Denim Expert Ltd., una de las empresas proveedoras de H&M. señaló que “es un gran alivio para mí, y me ayudará a garantizar el pago de unos salarios justos para los trabajadores” señaló al respecto.
Según un informe de Bloomberg, Bangladesh es el segundo exportador mundial de confecciones, superado sólo por China. Este lugar como proveedor internacional se apoya en los bajos salarios que cobran los más de cuatro millones de trabajadores que ocupa la industria textil. De hecho, los operarios textiles llevaron adelante varias protestas y amenazaron con ir a la huelga. Esto llevó al gobierno a aumentar el salario mínimo que hasta noviembre de este año era de sólo 69 euros.
“El nuevo salario mínimo sigue condenando a los trabajadores a una lucha por su básica supervivencia” y los obliga a “realizar turnos extra, pedir préstamos y tener que saltarse comidas para ahorrar dinero” denunciaron desde la organización sindical Clean Clothes Campaign (CCC), la alianza de sindicatos de la industria textil. El nuevo salario mínimo se ubica muy por debajo del reclamo de los trabajadores que era un sueldo de 191 euros.
Aun así, algunos empresarios afirman que “no pueden permitirse el lujo de fijar un salario mínimo superior a 103 euros” y que “este salario podría incluso sacar a algunos proveedores del negocio”. Según señalaron desde CCC, “son los compradores quienes dictan los precios en la industria. Sus precios de compra siempre deberían permitir a los propietarios de las fábricas pagar a los trabajadores un salario digno”, pero “aún así, en la mayoría de los casos, los precios pagados por las marcas apenas alcanzan para pagar los salarios mínimos de pobreza en países como Bangladesh”.
CCC se contactó con los compradores internacionales para que apoyen el reclamo de los operarios y aumenten el precio de sus pedidos. “Menos una empresa, todas se negaron a hacerlo” denunciaron desde esa organización.
La Clean Clothes Campaign (Campaña Ropa Limpia) se fundó en los Países Bajos en 1989. Desde entonces, se expandió hasta convertirse en una red global de más de 235 organizaciones que operan en más de 45 países. Esa red conecta a actores de toda la industria de la confección y la ropa deportiva, vincula a organizaciones de trabajadores a domicilio, sindicatos de base, organizaciones de mujeres y sindicatos con organizaciones feministas y de derechos laborales, OSC y activistas tanto en países productores de prendas como en países con mercados de consumo.
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Fashion United / Comunidad Textil
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