Argentina: tras eliminar los controles sufre una invasión de indumentaria de China
La industria textil argentina atraviesa una avalancha de importaciones ultrabaratas, mayormente provenientes de China, y un giro drástico en la política comercial del país. En un contexto de desregulación acelerada, flexibilización aduanera y eliminación de mecanismos básicos de control, el mercado local se ha vuelto terreno fértil para un ingreso masivo de prendas sin certificaciones, sin etiquetas, sin trazabilidad y sin pago de impuestos, lo que constituye una agresión estructural para toda la cadena de valor textil e indumentaria.
En un importante documento, la Fundación ProTejer analizó la actual situación de la industria y el comercio textil en Argentina. En el señala que en apenas dos años China pasó de abastecer poco más de la mitad de las importaciones textiles argentinas a representar siete de cada diez prendas que ingresan al país.
Entre enero y octubre de 2024 y el mismo período de 2025, las importaciones de origen chino crecieron 109%, muy por encima del promedio general. El avance es aún más extremo en categorías clave: en tejidos de punto China explica hoy el 94% del total importado; en indumentaria, el 71%; y en confecciones terminadas, el 68%. Sin duda esta expansión no responde únicamente a la competitividad asiática, sino a un cambio profundo en las reglas del comercio exterior argentino.
La eliminación de normas avaladas por la OMC, como los valores criterio -fundamentales para evitar la subfacturación-, los controles obligatorios sobre etiquetado, talles y composición, y la declaración jurada de componentes del producto, abrió un canal de ingreso sin precedentes para mercadería de dudosa calidad. A esto se sumó la flexibilización del régimen de dumping y la postergación de regulaciones vinculadas a sustancias químicas nocivas en textiles. Todas estas herramientas no eran barreras al comercio, sino mecanismos de transparencia, fiscalización y seguridad para consumidores y empresas, utilizados por países desarrollados para garantizar competencia leal. Al desaparecer, dejaron al sector expuesto a una competencia desbalanceada, donde la producción local compite con productos que ingresan en condiciones imposibles de equiparar.
El segundo vector clave es la expansión explosiva del régimen de correo internacional y la penetración de plataformas digitales chinas como Shein, AliExpress o Temu, que operan directamente sobre el consumidor argentino. Este modelo elude a importadores, mayoristas y comercios locales, enviando productos por vía aérea sin aranceles ni controles efectivos gracias a la flexibilización del sistema puerta a puerta. Estas plataformas se benefician además de subsidios estatales chinos a los envíos internacionales —como ePacket y China Post—, que reducen drásticamente los costos logísticos, permitiendo ofrecer prendas a precios inferiores al costo de las materias primas utilizadas por fabricantes argentinos. El resultado es un esquema donde el consumidor recibe un paquete en su casa, pero la industria nacional pierde producción, empleo y capacidad de inversión.
Según los últimos datos disponibles, el sector textil concentra una de las caídas de producción más profundas. En septiembre registró un retroceso del 20% interanual y acumula una baja de 27,8% al compararse con dos años atrás. La industria textil operó apenas con apenas un 37,1%, del uso de la capacidad instalada, el nivel más bajo entre todos los sectores industriales en Argentina. Esta cifra implica una caída de 14,2 puntos porcentuales respecto de un año atrás y de 22% en comparación con 2023.
Mientras Argentina desregula, las principales economías del mundo avanzan en sentido inverso. Francia aprobó en 2025 la primera ley contra la moda ultrarrápida, que aplicará ecoimpuestos por prenda, exigirá eco-scores y prohibirá la publicidad de estas plataformas desde 2026. La Comisión Europea evalúa eliminar la exención de impuestos a envíos de bajo valor, crear tasas por paquete y establecer un sistema de vigilancia aduanera específico para compras digitales. Estados Unidos eliminó en agosto de 2025 la exención de minimis: todo paquete, sin importar su valor, paga impuestos y cumple controles formales. México avanzó con medidas similares, aplicando aranceles del 33,5% a envíos de plataformas provenientes de países sin acuerdo comercial y obligándolas a registrarse fiscalmente. La tendencia mundial no es frenar el comercio, sino equilibrar la competencia y proteger a consumidores y productores frente a prácticas abusivas.
En Argentina, en cambio, se desmontan instrumentos que garantizaban trazabilidad y recaudación fiscal, mientras el país se convierte en un mercado capturado por operadores digitales extranjeros que venden sin tributar ni cumplir las obligaciones que sí se exigen a cualquier empresa local. Este desbalance erosiona no solo la producción, sino también los canales comerciales tradicionales, las marcas nacionales y el empleo asociado a más de medio millón de trabajadores de la cadena textil e indumentaria.
La ropa barata que llega al consumidor parece una ventaja inmediata, pero su costo oculto es elevado. Cada paquete que ingresa sin impuestos ni controles representa un puesto de trabajo perdido, un taller que cierra, una fábrica que reduce turnos y un comercio que vende menos. Además, el consumidor queda expuesto a productos sin certificación sanitaria, sin información sobre composición o sustancias químicas y sin garantías mínimas. Lo barato, en definitiva, termina saliendo caro cuando el país renuncia a instrumentos básicos de regulación que el resto del mundo fortalece.
El desafío para el sector textil argentino ya no es solo productivo, sino regulatorio. En este contexto, iniciativas legislativas como la impulsada por el diputado Miguel Ángel Pichetto -que propone establecer un marco mínimo para la competencia con plataformas extranjeras- buscan corregir distorsiones extremas y evitar que la desregulación total destruya capacidades productivas que tardaron décadas en construirse. El futuro del sector dependerá de si Argentina decide alinearse con los estándares globales de fiscalización y defensa comercial o si continúa profundizando un modelo que favorece las importaciones descontroladas en detrimento de la producción, el empleo y el desarrollo industrial local.
———————————————————–
Fundación ProTejer / Comunidad Textil
———————————————————————————————————————
Para comunicarse con ComunidadTextil: contacto@comunidadtextil.com
![]() |
![]() |
Comments are closed.













