Lionel Guérin y Pierre-François Le Louët, copresidentes de la Unión Francesa de Industrias de la Moda y la Confección, UFIMH.

Con la aprobación del Senado, el pasado 10 de junio, Francia se convirtió en el primer país del mundo en legislar contra el fenómeno de la moda ultrarrápida, representado por plataformas como Shein y otras. Esta ley, que busca frenar un modelo de producción masiva, acelerada y ambientalmente insostenible, es fruto de cinco años de trabajo conjunto impulsado por la Unión Francesa de Industrias de la Moda y la Confección (UFIMH). Sus copresidentes ejecutivos, Lionel Guérin y Pierre-François Le Louët, destacan la dimensión estructural y pionera de esta medida.

«Esta votación es el resultado de cinco años de compromiso de todas nuestras federaciones», expresó Guérin, quien subraya que la nueva legislación no solo aborda el impacto ambiental del consumo de moda desechable, sino también sus consecuencias sociales, como la pérdida de comercios minoristas en los centros urbanos. La ley contempla, entre otras medidas, una ecocontribución que podrá alcanzar los € 10 por prenda en 2030, la prohibición de publicidad para estas plataformas -incluso por parte de influencers-, y un impuesto de entre 2 y 4 euros por cada paquete importado desde fuera de la Unión Europea. Para garantizar su aplicación efectiva, también prevé mecanismos de control coordinados entre organismos con capacidad sancionadora directa.

Fábrica de confecciones en Francia.

Para Le Louët, esta legislación representa una victoria colectiva de la industria local: «Hemos llevado el debate a los medios, a la ciudadanía y a los legisladores, articulando una posición común entre múltiples actores del sector». Aunque reconoce que la ley aún debe pasar por varias instancias -como su validación por la Comisión Europea, una comisión mixta entre diputados y senadores, y una eventual revisión constitucional-, asegura que el trabajo continúa.

En efecto, la UFIMH planea avanzar en la eliminación de la exención aduanera para productos de bajo valor importados, y ya cuenta con el respaldo de Euratex, la confederación europea del sector textil. Además, impulsa un cambio de paradigma más profundo: una moda basada en la calidad, el respeto ambiental y la preservación del saber hacer.

«Consumir es un acto político», concluye Le Louët. Para él, los consumidores deben tener acceso a información clara sobre el impacto de sus compras. Por eso, promueven el etiquetado ambiental y sellos como el de Empresa del Patrimonio Viviente, que reconocen a las marcas comprometidas con un modelo económico responsable y duradero.

UFIMH es la institución representativa de todo el sector de la moda y la confección de Francia, incluyendo marcas, fabricantes de ropa de moda, de ropa profesional y de imagen, diseñadores de moda y accesorios.
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UFIMH / Comunidad Textil

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