Según el periódico Financial Times, el gobierno de los Estados Unidos pidió formalmente a la Comisión Europea posponer el llamado Reglamento Antideforestación para una fecha posterior. La nota afirma que “el reglamento EUDR es inviable” porque plantea “desafíos críticos” a los que las empresas estadounidenses no pueden responder. Por este motivo, reclama que no se puede esperar que se aplique a partir del 30 de diciembre de 2024, como proyectó la Unión Europea, si no a costa de imponer «límites inútiles» al comercio internacional.

En opinión de las autoridades de EE.UU, el Reglamento EUDR (European Union Deforestation Regulation) es necesario en sus objetivos: garantizar que los productos comercializados en la Unión Europea no provengan de territorios sujetos a deforestación o más explícitamente, a prácticas de degradación ambiental y social. Sin embargo, lo es mucho menos en los métodos propuestos, así como en el momento de su adopción. Con la carta firmada por Gina Raimondo (Secretaria de Comercio), Tom Vilsack (Agricultura) y Katherine Tai (Asesora comercial del gabinete del presidente), es ahora la Administración Biden la que pide a la Comisión que se frene la aplicación. En la carta se afirma que la normativa afectará negativamente a los productores de los Estados Unidos.

“El reglamento impone requisitos impracticables -según el texto publicado por el Financial Times- que limitarían innecesariamente el comercio de productos procedentes de países de bajo riesgo que han gestionado responsablemente sus cadenas de suministro, como Estados Unidos. Por lo tanto, instamos a la Comisión a retrasar la implementación del Reglamento y la posterior aplicación de sanciones hasta que se hayan abordado los desafíos sustanciales».

Depósito de fardos de algodón en China.

También hay descontento con el momento de la regulación a este lado del Atlántico. El gobierno austriaco, apoyado por 22 países de la UE (entre ellos Italia), ya ha pedido aplazar su aplicación hasta 2025. Diversas industrias como la textil y del curtido también han informado repetidamente de sus límites técnicos. Límites que amenazan con convertirse en riesgos fatales precisamente por los ajustados plazos a los que deberían adaptarse antes de fines de año.

Los gobiernos de la Unión Europea también han exigido el aplazamiento de la ley hasta que se resuelvan los problemas que podrían afectar a los sectores exportadores de todo el mundo. Según el Centro de Comercio Internacional, una organización apoyada por la ONU, el EUDR también puede excluir a los pequeños fabricantes de países pobres, ya que no podrían confirmar adecuadamente que sus productos no tienen conexión con la deforestación.
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LeatherInsiders / CueroAmérica / Comunidad Textil

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