El economista Arick Wierson realizó una profunda crítica a los sistemas de autopago.

En un reciente artículo publicado por The Robin Report, el economista Arick Wierson realizó una profunda crítica a los sistemas de autopago que se han instalado en diversas granes tiendas en Europa. Según el autor, “el aislamiento provocado por los sistemas automatizados va en contra de nuestra evolución social”.

Las grandes tiendas han comenzado a incorporar en los últimos años sistemas de autopago con el objetivo de dar una imagen moderna, reducir costos operativos y, supuestamente, mejorar la experiencia de compra. Sin embargo, el sistema genera una serie de efectos negativos que no habían sido contemplados.

Arick Wierson en su artículo “Cinco razones por las que falla el autopago” asegura que “seamos conscientes de ello o no, durante la última década los consumidores occidentales han sido conejillos de indias en un experimento de laboratorio: el autopago. Los seres humanos son seres intrínsecamente sociales y el aislamiento provocado por los sistemas automatizados va en contra de nuestra evolución social”.

Caja de autopago de las tiendas Zara.

Para el economista, “lo que alguna vez fue una fantasía del director financiero que combinaba costos reducidos con mejoras operativas se ha convertido en una pesadilla para los compradores y para los empleados”. De hecho, muchas tiendas están reconsiderando volver al sistema de cobro tradicional.

Entre los motivos por los que el sistema de autopago no es conveniente, el autor señala lo tedioso del proceso. El trabajo que realizaba el cajero como escanear, pesar y embolsar los artículos, ahora tiene que hacerlo el cliente.

Este sistema también ha impactado de manera negativa en el empleo y ha dejado en la calle a varios trabajadores. Esto afecta el valor de la marca y deteriora la autostima de los empleados.

El economista señala además la invasión a la privacidad del cliente. Para evitar hurtos, las tiendas han implementado complejos sistemas de vigilancia que incluyen cámaras y recopilación de datos personales que estresan a los compradores que no piensan cometer ningún delito.

Las máquinas que tiene que utilizar el cliente pueden tener una interfase que no sea clara para algunas personas y requieran la atención de un empleado de la tienda. Esto, sumado a las fallas técnicas y averías, genera demoras que no ocurrían cuando había un cobrador humano.

El último motivo que señala Wierson y que plantea una cuestión más del orden de la filosofía es la falta de interacción humana. Para el autor, los humanos somos “intrínsecamente sociales” y el aislamiento que producen estos sistemas va en contra de nuestra propia naturaleza.
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Pinker Moda / Comunidad Textil
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