En la 27° Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2022 (COP 27), los grandes fabricantes de indumentaria reafirmaron su compromiso con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y resaltaron lo logrado hasta el momento. Sin embargo, la meta que se han impuesto dicen que es difícil de cumplir, que se comprometieron a concretar algo que no saben cómo hacerlo.

Grandes marcas y fabricantes globales de indumentaria participaron de la COP 27 que se realizó en Egipto en el mes de noviembre. Pesos pesados como Adidas, H&M y Puma entre otras, mostraron su preocupación por el cambio climático y confirmaron su compromiso con desarrollar una industria sostenible.

Stefan Seidel, director senior de sostenibilidad de Puma.

Con respecto a qué tan avanzada está la industria de la moda en materia de cumplimiento de objetivos ecológicos, Stefan Seidel, director senior de sostenibilidad de Puma fue sumamente honesto. Durante un panel de la COP 27 del cual participó, el ejecutivo señaló que “¿Ya lo logramos? Por supuesto que no. ¿Vamos por buen camino? Yo diría… tal vez”.

Estas grandes empresas se habían comprometido en 2018 a través de la Carta de la Industria de la Moda para la Acción Climática en la cumbre COP24 en Polonia a reducir sus emisiones en un 30% para 2030 y llegar a emisiones cero en 2050. El año pasado, los referentes de la moda se pusieron un objetivo más ambicioso: en vez de reducir las emisiones un 30% en 2030, elevaron la cifra a 50%.

Pero, en la última COP 27, las empresas comenzaron a reconocer que la tarea es más difícil de lo que habían previsto. “Incluso nosotros no somos lo suficientemente grandes como para cambiar todas las cadenas de suministro. Por eso, la colaboración es clave” declaró Marie-Claire Daveu, líder de sostenibilidad del grupo Kering, propietario de las firmas de lujo Gucci e Yves Saint Laurent.

Leyla Ertur, directora de sostenibilidad de H&M.

Leyla Ertur, directora de sostenibilidad de H&M coincidió con su colega en la dificultad para controlar la cadena de suministro. “Tenemos más de 800 proveedores” esgrimió.

Pero no solo las grandes marcas manifestaron sus problemas para volverse más sostenibles. El empresario egipcio Ali Nouira explicó que “cuando fabricamos, necesitamos tener todas las certificaciones correctas y las huellas de carbono y todo eso, y para una marca pequeña de Egipto eso es extremadamente difícil y también costoso”.

El precio de ser sostenible fue señalado por los proveedores que manifestaron que sus gastos de energía son mucho mayores que los de las tiendas minoristas que se encuentran al final de la cadena. Catherine Chiu, vicepresidenta de calidad corporativa y sostenibilidad de la firma Crystal International Group de Hong Kong se refirió a las inversiones que deberían llevar a cabo. “Incluso si instalamos paneles solares en nuestras 20 plantas, eso solo representaría el 17% del consumo de energía del grupo” afirmó.

Por último, Delman Lee, vicepresidente de sostenibilidad de TAL Apparel, otro fabricante de ropa de Hong Kong, manifestó que los objetivos de sostenibilidad fijados “es un compromiso que es un acto de fe” y reconoció que “te comprometes con algo que no sabes cómo lograr”.

Dada la actual situación del planeta, esta confesión debería tener un castigo. Estas empresas tendrían que tener atado su futuro al cumplimiento efectivo de las etapas necesarias para librar a la humanidad de colapso ambiental.
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Fashion Network / Comunidad Textil

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