Tiendas cerradas en muchas ciudades del mundo.

El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció el 31 de octubre un confinamiento nacional para Inglaterra de un mes de duración, desde el próximo jueves hasta el 2 de diciembre, a causa de los alarmantes datos de la pandemia de la Covid-19. Estas medidas fueron en paralelo con las que tomaron Alemania, España, Francia, Portugal y otros países, que incluyen en algunos medias muy fuertes como el toque de queda nocturno.

Estas medidas, que pone fin a las estrategias de aperturas seguidas de ciertas restricciones locales, por las que apostaron los gobiernos, significan el cierre obligado de los comercios y negocios no esenciales y las más diversas actividades.

Estos anuncios se dan en momentos en que el aumento de contagios en Europa comenzó a crecer en forma exponencial, en algún grado por la llegada del frío y especialmente por el relajamiento de los cuidados que generó la baja de afectados. Y, sin duda, el hastío producido por tanto tiempo de confinamiento.

Los gobiernos de todo el mundo están enfrentando el rechazo a estas medidas de cierre, por parte de reducidos -pero ruidosos- grupos de ciudadanos, que obstinadamente se niegan a limitar sus movimientos. Esta gente es habitualmente refractaria a aceptar condicionamientos estatales, salvo cuando deben ocupar una cama de terapia intensiva, que operan esos mismos estados. El drama de esta época es que ellos son el motor de la expansión del virus.

La situación por la segunda ola que enfrenta Europa, y en menor medida países de Asia, pone un manto de incertidumbre a la situación que vivirá el mundo en el período del último trimestre de 2020 y el primero del año próximo. Muchos científicos aseguran que dentro de esos primeros meses del 2021, las diversas vacunas que se están probando, comenzarán a inmunizar a partes importantes de la población mundial.

Es importante tener en claro que la prolongación de la pandemia tiene efectos sorprendentes en las sociedades, que esas sensaciones son humanas y compartidas, y que por eso la forma de enfrentarlas deberá ser en forma conjunta, asociativa.

El futuro será más dificultoso para todos si esta realidad se deja de lado.

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