Un grupo de 19 tejedoras argentinas, en su mayoría de la hermosa localidad de Purmamarca, en Jujuy, están dando a conocer sus técnicas ancestrales. Recientemente se sumaron a una plataforma virtual para ofrecer sus productos, y así recobraron fuerzas para la venta de sus creaciones textiles que están llegando a diversas provincias y al exterior en pleno confinamiento social por la crisis de la pandemia.

Purmamarca esta en la región de la Quebrada de Humahuaca y actualmente es nula llegada de turistas, que habitualmente llegan atraídos por la belleza natural y humana de la zona. Eso obligó a las artesanas organizarse y así están generando alternativas para promover la venta de sus hermosos tejidos y obtener un ingreso económico ante el contexto adverso.

Para ello -eplican- algunos emprendedores turísticos impulsaron una plataforma virtual comunitaria con la intención de “darnos una mano entre todos”. Estos convocaron a las artesanas que quedaron “sin clientes y sin ventas”, según comentó Liliana Almada, que junto a su pareja, Sergio Aramayo, concretaron la iniciativa.

Así nació la página web El Mercado de Purmamarca, un sitio en la red que hace cuatro meses ofertaba alternativas de turismo, y se reconvirtió para ofrecer las producciones de las artesanas textiles. El sitio también expone el proceso de creación, desde el momento de trabajar el vellón de lana hasta las técnicas de hilados y la obtención de prendas únicas.

“Lo que hicimos fue poner en conocimiento todas las labores de los artesanos oriundos de Purmamarca y de los parajes cercanos teniendo como resultado un movimiento de venta en todo el país y el exterior”, explicó Almada.

En los últimos días, un total de 40 prendas fueron enviadas a Suiza luego de pasar etapas de calidad y se realizaron más de un centenar de transacciones para diversas regiones de Argentina. Los emprendedores reconocen que este resultado en sólo cuatro meses, es este logro de la calidad del trabajo de las artesanas.

Las mujeres utilizan fibras naturales y producen lana de oveja y llama, para luego armar las vestimentas en telares. Estos presentan entre dos a cinco agujas aunque también utilizan los llamados telares de cintura, rescatando antiguas prácticas.

“Mi bisabuela, Presentación Tolaba, fue hilandera y me transmitió esto de hilar en la pushka a los 10 años” comenta Marta Valdiviezo, una de las artesanas. Desde ese momento empezó a experimentar esta antigua técnica.

La artesana pasa al menos cinco horas del día en su taller llamado “La Pushka”, ubicado en una de las callecitas de pueblo de Purmamarca. Allí hace honor a los saberes de su antecesora, quien llamaba de ese modo al material utilizado para lograr finas hebras.

Allí en tiempos de “normalidad” y junto a otras tejedoras hacen uso de añejos telares para iniciar a los jóvenes en el camino del tejido, que en muchos casos incursionan en la confección de bufandas, tulmas, medias y mantas.

“El hilado se hace como un baile que realiza la puisca y uno va midiendo el grosor del hilo que quiere obtener”, graficó la artesana, que se inspira en la idea de “recuperar puntos ancestrales”, sostuvo.

“El secreto de la artesana textil es la entrega que uno le da a la lana para una elaboración armónica, con paciencia y amor de las prendas”, definió sobre los requeridos productos ahora de manera virtual.

Sobre el trabajo en conjunto indicó: “Las artesanas nos hemos unido porque pasamos de tener a Purmamarca lleno de gente a ser un pueblo donde no llega nadie”, dijo sobre las consecuencias de confinamiento social. Esto nos impulsó a “trabajar en equipo junto a las personas que manejan la tecnologías”.

A su vez, Alejandra Alancay explicó: “Somos de familias de artesanos y siento que llevamos en la sangre eso de hacer frazadas, tapices y chales, además de que ponemos nuestra energía en actualizarnos, marcando una tendencia”.

Si bien esos matices y productos tradicionales como guantes, medias y gorros de lana de llama no pierden vigencia, Alancay consideró que en estos momentos “los chales y prendas con delicados bordados marcan la diferencia porque se ven más vistosos”.

Las prendas suman valor además de su autenticidad por la utilización de tinturas naturales como las remolachas, cebollas y múltiples plantas de esa región que se utilizan para darle color a sus obras. Los rústicos telares con pedales, antiquísimas técnica de hilado en puisca, la inspiración de las artesanas y la tecnología, son las armas de las mujeres jujeñas que no dejan de producir prendas únicas en cuarentena.

Quienes quieran conocer y adquirir los productos en venta pueden ingresar a través de la página purmamarca.gob.ar/mercado a través del e-mail: elmercado@purmamarca.gob.ar o de las redes sociales con el nombre “El Mercado de Purma”.
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Telam / Comunidad Textil

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