En el marco de la Reunión PRO TEXTIL 2023, se desarrolló el panel «Retos y oportunidades para el futuro de la cadena de valor textil, indumentaria y calzado». Este contó con la participación de Luis Tendlarz, presidente de la Federación de Industrias Textiles Argentinas, Claudio Drescher, presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria, Daniela Rabinovich, presidenta de la Federación Argentina de la Industria de la Indumentaria y Afines, y Alberto Sellaro, presidente de la Cámara de la Industria del Calzado. El debate fue moderado por Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer.

Síntesis:

Tendlarz valoró la capacidad de reacción de la industria textil durante la pandemia. “Cuando el mundo se cerró, la Argentina pudo producir los barbijos, las gasas, las ventas de algodón hidróxido, las sábanas, las toallas, las vestimentas de los médicos. Quedó demostrado que con un mundo cerrado, la industria textil respondió. Respondió bien y no faltó nada. Así que, todas estas ideas donde relativizan la importancia de la producción, me parece que fueron refutadas en la pandemia, mostrando el futuro que podemos tener”.

Panel de los presidentes de cámaras empresarias.

Rabinovich comentó sobre los retos que enfrenta la industria. “Nosotros tenemos que mejorar en la competitividad en nuestros procesos productivos, eso principalmente también con incorporación de tecnología, con mucha digitalización que te de la información que se necesita para seguir mejorando y llevando nuestro nivel más allá. Nosotros tenemos muy buena calidad, tenemos mucho potencial exportador. Pero los vaivenes de la economía hacen que no podamos desarrollarnos libremente y con la confianza de que a largo plazo vamos a seguir teniendo trabajo”.

“También creo que tenemos que tratar de impulsar, sobre todo a lo largo de nuestro sector, políticas activas por parte del Estado para la formalización de las empresas, para que sea más económico y con un ejemplo de trabajo registrado. También facilitar un poco más el acceso al crédito para las empresas. No es tan fácil para las empresas chicas, y en nuestro sector hay muchas, y resulta difícil”.

“Y otro reto en el que vamos a tener que trabajar es en la fluidez del abastecimiento de los insumos de materia prima, tanto locales como importados. Realmente son estas preocupaciones de hoy y bueno, en eso estamos trabajando”.

A su turno Claudio Drescher comentó acerca del impacto de la digitalización en la distribución y comercialización, y la agenda de la exportación. “Bueno, yo soy analógico, empecé este negocio donde cuando no había celulares, y hoy el 60% de mis prendas completas se hace a través de canales de online y con varios países en forma simultánea. Entonces la exportación nos lleva a una agenda que es estratégica. Este país necesariamente precisa más dólares de los que tiene, para poder seguir creciendo. La exportación tiene que ser una prioridad absoluta en todos los rubros. En vez de tener los bolsones de informalidad, debemos integrarlos en la formalidad, desde allí subir la calidad. Debemos mejorar los procesos y definir estratégicamente cuál es el espacio de la Argentina en el nuevo panorama mundial”.

“¿Quiénes somos? ¿Somos Asia? No, no somos Asia. No queremos ser Asia, no queremos los sueldos de los países del sudeste asiático. Queremos sueldos como mínimo los del Portugal, que es un gran productor de prendas de alta calidad. Pero también queremos tener marcas, porque las marcas son las que dan el valor agregado y donde se resumen el negocio”.

“Argentina es un país pendular –agregó Drescher-. Pasamos de una cosa a la otra, de una política pro-industrial a una política anti-industrial. Así es imposible. ¿Y en qué estamos todos los que estamos acá? Yo estoy comprando materias primas para el 2025. ¿Qué vamos a hacer en el 2025? ¿Cuánto vamos a vender? ¿Qué mercado va a haber? Difícil saberlo. Creo que el mundo atravesó una pandemia, pero nosotros tenemos otras ‘pandemias’ por delante”.

“Vamos a ver cuál es el resultado del ballotage presidencial de noviembre, qué determinaciones tomamos como país, qué va a pasar con nuestra industria. La industria no requiere protección. Lo que requiere son incentivos y políticas de largo plazo. Después tenemos que ver nosotros cómo hacemos para competir, pero tenemos que tener pautas de cómo va a ser este funcionamiento”.

Alberto Sellaro destacó las inversiones recientes en el sector del calzado. “Hoy, todas nuestras industrias están equipadas, en estos tres años fueron importadas 120 máquinas alemanas, que cuestan € 96.000 cada una. Ahora están entrando máquinas de inyectar fondos de  polímero de EVA, que es una suela liviana. Ya no se importan esos insumos, se hacen las matrices de Brasil y se producen nuestras plantas. Inversión pura. Pero la inversión tiene que venir atada a la previsibilidad de que no vamos a perder trabajos, que no vamos a tener inconvenientes”.

Tendlarz apuntó también sobre los pasos que deben abordar los eslabones de la industria como estrategia de desarrollo. “Las problemáticas de los actores de la cadena muchas veces son distintas, pero tal vez los factores exógenos son los mismos. El tema de la Argentina pendular no es una cuestión menor en esta industria. Porque se arman fábricas para poder producir, pero después con un cambio de políticas económicas se desarman las fábricas. Este péndulo hizo que hoy más del 55% de los productos textiles que están en el mercado son importados. Al principio eran materias primas, después vinieron los hilados, después vinieron los tejidos y ahora llegan las prendas”.

“Evidentemente tenemos un camino muy importante para producir esto en el país. Ojalá fuera sólo la materia prima que no se fabricara en el país. Espero que podamos a futuro continuar con esto que se ha avanzado en los últimos años, que esta recuperación sea sostenida en el tiempo. Ejemplos como Catamarca, y la voluntad que puso el gobierno de esta provincia para que se instale empresas y lograr que sea la provincia con el mayor porcentaje de población volcada al sector”, destacó Tendlarz.

Claudio Drescher también ahondó sobre la temática de una estrategia textil conjunta:
“El país necesita que trabajemos juntos en un plan estratégico para definir cuál es el espacio de Argentina en el mundo, un mundo extremadamente complejo donde hay cambios muy fuertes de la producción que se había concentrado en el sureste asiático y específicamente en China. Y hay un cambio de la geopolítica, que incide sobre la economía, que es distinta a la de hace 4 o 5 años atrás”.

“Entonces, tenemos que trabajar en un plan. Ese plan tiene que estar puesto en manos de los funcionarios, en manos de las distintas fuerzas políticas, en manos de los futuros Congresos, diciendo qué es lo que puede aportar la industria textil y del calzado, cuál es la estrategia para trabajar contra la informalidad”.

“También tenemos que tener una escala fabril mucho más grande, con formas de fabricación de última generación. Y para eso tenemos que incorporar la capacitación. El tema es bastante sencillo si existe la voluntad política… los casos positivos de Catamarca, La Rioja, la provincia de Buenos Aires. El gran desafío es incorporar gente, que las personas no dejen los planes de asistencia, se incorporen al trabajo, que haya capacitación. Que las empresas podamos incorporar gente sin los ‘riesgos’ que significa todo eso.

El proceso de readaptación, los desafíos de una persona que no ha estado trabajando en fábricas… Hay un millón de personas que se han desacostumbrado a ese tipo de trabajo. Yo creo que ahí tiene que haber una política y que la propuesta nuestra a los distintos sectores políticos es bastante sencilla de implementar”.

Daniela Rabinovich también apuntó sobre las ‘competencias’ faltantes para desarrollar al último eslabón de la cadena textil: “Faltan mandos especializados, mandos medios en general. Nuestros mandos medios los formamos nosotros mismos, entrenando y enseñando a la gente. Hemos perdido muchos trabajadores a lo largo de todos estos años, porque es una industria que de pronto funciona, pero de pronto no. Tenemos que trabajar todos juntos. Desde la Federación lo que se intentó es armar escuelas, en el programa Buenos Aires existieron escuelas para diseñar el oficio de confección, desde el programa Crecer se dan cursos para preparar a nuestros mandos medios, a la gente que trabaja en nuestras empresas para que estén un poco más conscientes y tengan herramientas más innovadoras, de cualquier legalidad, logística, comercialización, seguimiento de procesos productivos”.

“Yo estoy convencida de que nuestra industria, que es una gran generadora de puestos de trabajo, es viable. Empleamos a muchísimas mujeres; el 60% de la composición de toda la cadena son mujeres. Tenemos innovación, diseño, calidad y en muchos casos calidad de exportación”, explicó Rabinovich.

——————————————————————-

Sínteis realizada por Pedro López y Asociados
———————————————————————————————————————

Para comunicarse con ComunidadTextil: contacto@comunidadtextil.com