Australia ensaya abonar la tierra con algodón reciclado y solucionar dos problemas
El organismo de promoción Cotton Australia ha comenzado una prueba que propone “devolver los desechos textiles de algodón a los campos de algodón”. El ensayo comenzó en una granja en Goondiwindi, Queensland, el 16 de junio y busca “ofrecer beneficios para la salud del suelo del algodón, al tiempo que proporciona una solución al problema de los desechos textiles”.
Cotton Australia lleva adelante este proyecto junto una consultora especializada en economía circular llamada Coreo y el Gobierno de Queensland. También participa el científico del suelo, el Dr. Oliver Knox, quien, con el apoyo de la Corporación de Investigación y Desarrollo del Algodón, dirige una plataforma de investigación llamada The Cotton Hub en la Universidad de Nueva Inglaterra.
En la primera etapa fueron utilizadas alrededor de dos toneladas de textiles de algodón, prendas y overoles usados por el personal de servicios de emergencia en Queensland. Las prendas tuvieron un procesamiento realizado por Worn Up, un especialista en reciclaje de textiles con sede en Sydney. El material fue luego transportado y esparcido en un campo de algodón.
La esperanza es que las fibras de algodón se descompongan en el suelo, aumenten la actividad microbiana, retengan el carbono y proporcionen cobertura para mejorar la humedad del suelo.
Las proyecciones de Cotton Australia son que la iniciativa puede mitigar la emisión de 2.250 kilos de CO2 equivalente rompiendo estas prendas en el suelo en lugar de tirarlas a un vertedero. Las últimas estimaciones para Australia muestran que aproximadamente el 85% de la ropa se envía al vertedero al final de su vida útil.
“Devolver las prendas de algodón a las granjas de algodón cerraría por completo el ciclo de los productos”, dijo Brooke Summers, gerente del proyecto de Cotton Australia, en el período previo al lanzamiento. Dijo que la idea podría proporcionar una victoria a las marcas, los minoristas y los consumidores que buscan soluciones circulares, con posibles beneficios para los agricultores, el suelo y el planeta también.
La prueba se completará en el momento de la próxima cosecha de algodón a principios de 2022, y los resultados iniciales se esperan poco después. Desde el punto de vista de un agricultor, Sam Coulton comentó que «lo cultivamos aquí y deberíamos poder enterrarlo aquí, con un impacto ambiental y económico positivo para la comunidad local».
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