Nikolina Sajn, realizó un estudio sobre el impacto de la industria de la moda en Europa.

Por encargo del SEPE (Servicio de Estudios del Parlamento Europeo), Nikolina Sajn realizó a comienzos de 2019 un estudio amplio sobre el impacto medioambiental del consumo de los ciudadanos europeos de productos de textil/confección. Sostiene que este se nota más en los países emergentes, porque es donde tiene lugar la mayor parte de la producción.

Según el estudio de Nikolina Sajn, la cantidad de artículos de moda comprada por cada consumidor dentro de la UE en las últimas décadas ha aumentado un 40%. Asegura que las razones son la caída de los precios y la creciente velocidad con la que el sector saca al mercado nuevos artículos.

Las prendas de vestir generan entre el 2 y el 10% del impacto ambiental de todos los artículos consumidos en la Unión Europea, pero este impacto es muchas veces se nota más en los países emergentes, que es donde tiene lugar la mayor parte de la producción.

La producción de materias primas textiles, su hilatura, su tejeduría y su tintura consumen enormes cantidades de agua y de productos químicos. Lo mismo ocurre con los pesticidas usados para el cultivo de algunas materias primas como el algodón.

Compras en tiendas.

El uso de las prendas supone también una huella muy importante para el medio ambiente debido al agua, a la energía y a los productos químicos usados para su lavado, secado y planchado. También es muy preocupante la emisión de microplásticos.

Menos de la mitad de las prendas usadas son recogidas al final de su vida útil para su reciclaje y reutilización, pero solo un 1% se transforma en nuevas prendas. Uno de los problemas son las limitaciones técnicas para reciclar las prendas usadas y convertirlas en fibra virgen.

SEPE ha propuesto ya varias estrategias para resolver la situación, incluido el desarrollo de nuevos modelos de negocio -por ejemplo, el alquiler de prendas-, el diseño que facilite el reciclaje (economía circular), el convencimiento de los consumidores para comprar menos prendas que ahora, pero mejores (slow fashion), y en general para que se inclinen por opciones sostenibles.

En 2018 la Unión Europea adoptó un paquete de medidas tendientes a lograr una economía circular. Este asegurará, gracias a la insistencia del Parlamento Europeo, que los artículos usados sean recuperados separadamente en todos los países miembro, como máximo en 2025.

El Parlamento Europeo, además, lleva años reclamando el uso de materias primas textiles ecológicas y sostenibles, y el reciclado y reutilización de las prendas de vestir.

Quienes estén interesados en este trabajo pueden hallarlo en: www.europarl.europa.eu
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Pinker Moda / Comunidad Textil

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