La decisión del Gobierno de Colombia de eliminar los aranceles del 40% a la importación de insumos textiles y cueros abrió un intenso debate entre los industriales del sector textil y de la moda. Mientras algunos empresarios la ven como un paso necesario para reactivar la industria de la confección y la economía popular, otros advierten que podría poner en riesgo la industria de la hilatura y las exportaciones por incumplir las normas de origen en los tratados comerciales.

El presidente Gustavo Petro anunció la medida con el argumento de que suprimir los aranceles a insumos como telas, hilos y cueros permitirá abaratar costos, aumentar el valor agregado en las confecciones nacionales y generar más empleo. Según el mandatario, el país puede ser un gran exportador si mejora la competitividad en energía, financiamiento e insumos. Sin embargo, algunos sectores empresarios y expertos en comercio exterior cuestionaron la iniciativa por considerar que golpea a la producción local de materias primas y crea distorsiones en la cadena de valor.

Fábrica de confecciones Colombia

El exministro de Agricultura Andrés Valencia señaló que la política de “insumos sin aranceles y producto final con aranceles altos” busca proteger a los confeccionistas, pero a costa de la industria básica, lo que no fortalece la competitividad real. Javier Díaz, presidente de Analdex, advirtió que la eliminación del arancel a los hilos “acaba con la hilatura nacional” y podría impedir el cumplimiento de las normas de origen necesarias para exportar prendas a Estados Unidos bajo el Tratado de Libre Comercio.

Según datos del Sistema Integrado de Comercio Exterior, en 2024 las importaciones de insumos textiles alcanzaron US$ 481 millones, un aumento de 16,9% respecto al año anterior.

Guillermo Criado, presidente del Consejo Colombiano Iberoamericano de Moda Sostenible.

Desde otro ángulo, una parte del empresariado textil respalda la decisión. Guillermo Elías Criado, presidente del Consejo Colombiano Iberoamericano de Moda Sostenible, sostuvo que la medida es una urgencia social y económica. Argumentó que el sistema moda colombiano está compuesto por más de 142.000 micro, pequeñas y medianas empresas que generan 2,5 millones de empleos, el 70% de ellos ocupados por mujeres. Para este sector, reducir los aranceles es clave para competir con plataformas extranjeras como Shein, Temu y AliExpress, que venden sin pagar impuestos ni generar empleo local.

Criado subrayó que la producción nacional de hilos apenas cubre el 5% de la demanda, por lo que mantener los aranceles sólo perpetúa un rezago competitivo y encarece la confección colombiana. A su juicio, eliminar las barreras a la importación de insumos no debilita la industria, sino que le permite fortalecerse frente a un mercado global que se mueve con velocidad y bajos costos.

El debate refleja una tensión estructural del sector: cómo avanzar hacia una reindustrialización del sistema moda sin desproteger la cadena productiva local. Mientras el Gobierno apuesta por aliviar la carga de los confeccionistas, los críticos advierten que sin una política integral de sustitución productiva y apoyo tecnológico, la medida puede abrir una nueva brecha comercial que comprometa la sostenibilidad del tejido industrial colombiano.
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Bloomberglinea / Comunidad Textil
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