Luciano Galfione, presidente de la Fundación ProTejer.

Nota II
El presidente de la Fundación ProTejer analizó, en charla con Comunidad Textil, las causas del aumento del precio de la indumentaria en Argentina. Además de analizar el contexto local e internacional, el empresario contó por qué considera cuestionable la medición que hace el INDEC, el instituto oficial de estadísticas.

En las últimas semanas, el precio de la ropa fue tapa de los principales diarios nacionales. En las noticias, se sugería que el sector aumentaba sus precios por encima de la inflación sin otra causa que la búsqueda de ganancia. Sin embargo, Galfione explica que “el problema que hoy tiene el sector textil con los precios es multicausal”.

La Fundación ProTejer señaló que un dato importante es que el 50% de las prendas que se venden en el país son importadas y que, además, los datos para la estadística se toman en los shoppings. Estos puntos de venta reciben a un público reducido, generalmente de altos recursos, que muchas veces pueden convalidar los aumentos.

Luciano Galfione destacó asimismo que “una causa fuerte tiene que ver con los cuellos de botella que estamos atravesando. Uno de ellos es que tenemos poca oferta especialmente en el sector de la confección. Eso tensiona precios” señala el presidente de la Fundación ProTejer. “Segundo: venimos de un contexto internacional donde hubo un desorden enorme en todo lo que tiene que ver con las commodities. Hoy en Argentina celebramos que los precios de la soja y el maíz estén altos. Pero el mismo reacomodamiento que hubo para las commodities de origen agropecuario lo hubo para las commodities de origen industrial” agrega. A esta situación se le suma “el precio de los fletes internacionales que hizo que en 2020 y 2021 las materias primas aumentaran muchísimo más que cualquier inflación y reconfiguraran todos los costos productivos”.

En cuanto al plano local, Galfione señala que hubo “un aumento muy grande en las importaciones para suplir la necesidad de demanda. Ese aumento tan importante que hubo en las importaciones hizo que nos quedemos rápidamente con una restricción muy grande de giro de divisas para poder importar. Al haber restricción a la hora de importar, nos empezaron a faltar muchos insumos. Al faltar de todo, eso tensiona todavía más los precios”.

La enumeración de los motivos que llevan a elevar el precio de la indumentaria no termina ahí. “Ahora además nos tenemos que financiar para conseguir divisas para poder pagar esos insumos en dólares a 180 días, luego del despacho de importación a plaza. Eso tiene un costo enorme” remarca Galfione. Por eso, cuando algunos dicen “ponen un precio que es cualquier cosa” el directivo responde “¿A qué precio voy a reponer la mercadería que estoy produciendo hoy? De lo que vendo hoy recibo pesos que no puedo transformar a ninguna moneda dura y los voy a tener que usar para pagar la materia prima que vendí hoy transformada en un producto final dentro de 180 días con una financiación en dólares. Si alguien me dice cuánto va a estar el dólar en Argentina, no dentro de 180, sólo dentro de 30 días… le regalo un automóvil cero kilómetro”.

“Y te sumo un dato más” -agrega Galfione. “El sector textil en la Argentina venía muy atrasado con todo lo que tiene que ver con la actualización de salarios que estaba por debajo de la inflación. La última paritaria del sector textil cerró en el orden del 100%. Una paritaria muy buena para nuestros trabajadores y la reivindico, pero estuvo por encima de la inflación acumulada”.

“Toda esa sumatoria de cosas hace que al sector textil en particular lo estén criticando de todos lados” resume el entrevistado. Pero también suma otro dato que tiene que ver con la manera en que se evalúan los precios del sector textil en comparación con otros rubros: “Si el sector textil se ve como uno de los sectores que más aumentó es porque el Indec nos mide sin ningún componente de servicios regulados dentro de ese rubro” señala Galfione y remarca que no todos los rubros son medidos con la misma vara.

“Eso no ocurre en otros segmentos de la economía -continúa-. Por ejemplo, ¿cuánto aumentó un vehículo en un año? Eso no figura. El transporte esencialmente es un rubro regulado. Porque el valor de un pasaje en cuyo índice está el valor de un vehículo tiene un componente en pesos muy importante con respecto a lo que aumentó ese bien. Entonces si el vehículo aumentó mucho más que la inflación no lo veo reflejado de la misma manera. Otro ejemplo: ¿dónde está reflejado lo que aumentó una caja de cartón? Todos los artículos que vendo se entregan en una caja de cartón y estas aumentaron 140% en un año. ¿Dónde está en el IPC la caja de cartón? El textil se ve como un índice solo como si fuera el único que aumentó. Hay muchas de cosas que contribuyen a que un rubro no aumente tanto, pero en el caso del textil es uno de los que más se ve el aumento”.

Por último, el empresario afirma que “estamos haciendo lo que hay que hacer” y estima que la salida es “con más producción y más oferta». Si bien Galfione resalta la inversión que están haciendo los empresarios, también entiende que “destrozar sectores productivos lo hacemos en cinco minutos, reconstruirlo nos lleva años”.

“Cuando el empresario tiene oportunidad de negocio, invierte y eso es lo que estamos haciendo. Pero reconstruir el tejido productivo lleva tiempo y el problema es que la gente no tiene tiempo. Por eso estamos en la coyuntura que estamos. La solución está ahí adelante pero no podemos apresurar los tiempos, propios de un proceso de desarrollo. Sobre lo que podemos reflexionar es por qué sistemáticamente tenemos que hacer esto: reconstruir entramados productivos y lamentarnos de vivir estas situaciones y no pensar antes de tomar decisiones equivocadas” concluye el dirigente.
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