Industria confeccionista.

Después de haber atravesado un año muy severo debido a la pandemia, el sector textil de Argentina se prepara para un período de recuperación. Un reporte elaborado por la Fundación ProTejer indica que el 83,3% de las empresas que integran la cadena de valor espera subir sus ventas respecto del 2020. Un 58,7% piensa realizar nuevas inversiones, el 44% de las empresas planea contratar más personal y apenas un 9% planea reducir su plantel.

Si bien la comparación con un 2020 pésimo brinda números muy positivos, es importante que pese a que el horizonte es sólo más esperanzador -por la vacunación- los resultados marcan el mejor ánimo con el que los empresarios ven la economía en 2021.

Luciano Galfione, secretario de la Fundación ProTejer.

Es necesario tener en cuenta que la encuesta se llevó a cabo durante marzo, momento en el que si bien se preveía una segunda ola de coronavirus, no estaba clara la magnitud ni el tipo de restricciones que se iban a adoptar para enfrentarla. “Todo va a estar supeditado a lo que pase con esta segunda ola de la pandemia”, explicó Luciano Galfione, empresario textil y secretario general de la Fundación ProTejer.

Galfione señaló que las restricciones que se están viendo en este período “no son iguales a las que había el año pasado” y por eso destacó que en un contexto de un mercado textil “más chico que el del año pasado” la demanda es motorizada por las segundas y terceras marcas que no son tan afectadas por el cierre de los centros comerciales.

El empresario justificó las perspectivas de mejora en que se produjo una recomposición del mercado interno. “Durante 2019 el 80% de los textiles que se consumían eran importados y el 20% nacional. Hoy la proporción es 60/40 en favor de la producción local”, sostuvo.

En un contexto general de mejora, en comparación con el año pasado, alrededor de un cuarto de los participantes de la encuesta estimó que sus ventas pueden subir este año entre un 7% y un 22%. Solo un 2% de las empresas consultadas supone que podrá vender hasta un 70% más de lo que comercializó el 2020.

Los factores que miran las empresas para apostar este año son el crecimiento de la demanda del producto que elaboran son la caída de la importación del producto con el cual compiten en el mercado local, las perspectivas positivas sobre el mercado interno y el desplazamiento del competidor local. Apuntan que muchas empresas han cerrado el año pasado, por lo que ahora los sobrevivientes se van quedando con una porción más grande de un mercado aunque éste sea por ahora más reducido. Es decir, con una menor facturación en el conjunto, las empresas que quedaron trabajan más. Galfione explicó que por la crisis 2016-2019, “muchas empresas venían ‘tecleando’, las agarró la pandemia y fue el tiro de gracia”.

Por tal motivo, en un escenario en el que por el comercio administrado se frena el ingreso de importados y con una perspectiva de mejora, el 56% de las firmas prevé que va a ampliar su capacidad instalada. De ese grupo, un 58,7% piensa realizar inversiones con objeto de mejorar el nivel de productividad. Los cuatro factores que moverán a las empresas textiles serán la adquisición de maquinaria y equipo nuevo y usado, la construcción o ampliación de plantas, la capacitación al personal y el desarrollo o adquisición de sistemas. Ese proceso, fundamentalmente se va a financiar con caja propia, para el 36,5% de los casos, y con los bancos, para el 26%.
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Ambito Financiero / Comunidad Textil

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