El grupo italiano de ropa concluyó el 2017 con una pérdida de 180 millones de euros, la más importante de su historia. Sin embargo, la compañía italiana confía contabilizar en 2019 los efectos de la nueva estrategia: el regreso al mando de uno de sus fundadores, Luciano Benetton.

Luciano, de 83 años, anunció a finales de noviembre pasado su regreso al frente de la marca para tratar de enderezarla, lamentando la degradación del estilo y las cuentas.

En una entrevista publicada recientemente en el periódico italiano Il Gazzetino, el presidente y el director general del holding de la familia Benetton, Fabio Cerchiai y Marco Patuano, explicaban que la marca terminó el año 2017 «con unas pérdidas de 180 millones» un nivel «nunca antes alcanzado».

Luciano Benetton y su esposa Maria Teresa

Estos últimos años «Benetton había perdido su identidad. Hacía falta intervenir para recuperar el espíritu original», argumentó Marco Patuano. También dijo que la empresa «realizó todas las operaciones necesarias, que llevaron a tener importantes pérdidas», una etapa indispensable para «hacer borrón y cuenta nueva».

Este año el grupo ha vuelto a invertir, con un aumento de capital de 100 millones de euros, y Luciano ha vuelto a asumir el mando.

«Ya vemos mejoras, pero el proyecto se desarrollará por completo en 2019, con las nuevas colecciones. En la moda, las colecciones se diseñan un año antes de ponerlas a la venta. Creo que los efectos se empezaran a notar a partir de la primavera-verano 2019» matizó Marco Patuano.

En 1991 jugó con una imagen racista, la foto se llamó Angel y diablo.

Creada en 1965 en el noreste de Italia, Benetton triunfó rápidamente gracias a sus prendas de lana suaves, disponibles en una amplia variedad de colores. Un éxito que se volvió mundial entre 1982 y 2000 con las impactantes campañas publicitarias del fotógrafo Oliviero Toscani, como la que mostraba a una mujer negra amamantando a un niño blanco. Pero en el último decenio, la marca, cuya gestión pasó a manos de directores externos a la familia en 2014, no ha parado de decaer.

Luciano Benetton explicó en noviembre, en el periódico La Repubblica, que ser testigo del desmoronamiento de los United Colors of Benetton -que creó junto a sus hermanos y hermana- suponía un «dolor insoportable». Según él «el pecado más grave» fue sin duda «dejar de fabricar los jerséis».

Pasando al total look, la empresa perdió su ADN y no ha podido renovarse, mientras otros actores entraban en el mercado de la «‘fast fashion», como H&M, Zara o Uniqlo.
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FashionNetwork / Comunidad Textil

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