Samuel Gleiser Katz titular de Corporación Rey

En declaraciones al diario La República el empresario peruano Samuel Gleiser Katz, propietario de Corporación Rey, advierte sobre la grave de situación que vive la industria textil confeccionista de su país. “A la industria textil la puedes declarar muerta desde ahora”, dice amargamente el fundador de una de las fábricas de cierres de cremallera más importantes del Continente.

Samuel Gleiser Katz es propietario de Corporación Rey -empresa que ha ya ha cumplido 70 años- y fue presidente de la Cámara de Comercio de Lima, en su larga trayectoria como dirigente. Justamente por ello recibió el homenaje del presidente del Perú Kuczynski que le otorgó en marzo la orden «El Sol en el grado de Gran Cruz», por su trayectoria personal, empresarial y gremial.

Por ese nivel de conocimiento y autoridad, el empresario fue entrevistado por el diario peruano La República, sobre la actual situación de la industria textil confeccionista. Allí, al
analizar la coyuntura económica de Perú, Samuel Gleiser alerta que “la falta de competencia leal llevó a la industria textil -que considera fundamental en el plan de formalización que se ha trazado el actual gobierno- a llevado al sector una situación crítica. Señala en este sentido. “la inoperancia” de las autoridades.

Gleiser reconoce que la economía se ha enfriado y denuncia que “el sector industrial esta cayéndose, desmoronándose, en situación crítica, sobre todo en la parte de industria textil y confecciones”.

En las condiciones actuales, uno de los grandes problemas en el Perú es la falta de inversión y esto está relacionado con “la cantidad de empresas que están en mala situación o quebrando, que generan un nivel de pérdida de puestos de trabajo formales”

Consultado sobre el camino a seguir, el empresario asegura que dentro del actual contexto “se necesita reinventar la industria o reindustrializar el país y eso se logrará mediante una simplificación tributaria y una corrección de los sobrecostos laborales, inclusive, hay que manejar la parte ecológica”.

Pero marca como escollos la burocracia oficial –“la tramitología”-, y esencialmente la “competencia desleal que hay en este momento en lo que se refiere al ingreso ilegal por contrabando, a través de dumping de la competencia asiática, sobre todo de los productos que vienen de China”.

Asegura que esto “tiene que ser manejado mejor por el Indecopi que no actúa con el debido criterio de rapidez para corregir estas situaciones, que están penadas por la Organización Mundial de Comercio (OMC). Se toma su tiempo para pensarlo, cuando en el país se están cerrando empresas a diestra y siniestra” explica Samuel Gleiser.

Consultado sobre pasos para mejorar la situación de las empresas, el dirigente propone
que “la primera medida tiene que ser el control del negocio ilegal, porque lo que veo en las estadísticas es que lo que los chinos le venden a EE.UU. a US$ 6, al Perú llega a US$ 0,60. Alguien tiene que hacer algo para evitar esta situación. Y esto no es proteccionismo, sino medidas de competencia legal. Para eso hay leyes internacionales”.

“Tengo documentación donde se precisa que lo que a EEUU se le importa a grandes volúmenes, como digo, a veces a US$12, al Perú llega a menos de US$1,-reitera-. Con eso no se puede competir y por lo tanto, la industria textil la puedes declarar muerta desde ahora y lo único que podrán hacer es recurrir a ciertos nichos de mercado con pequeñas cantidades.

El presidente de Perú Pedro Pablo Kuczynski (derecha) condecoró a Samuel Gleiser Katz con la Orden del Sol del Perú en el Grado de Gran Cruz, en febrero pasado

Gleiser apunta que “la gran industria de hilados que existía en el país desapareció, quebraron o cerraron. Los grandes confeccionistas están en problemas, las exportaciones que tenían tanto éxito y que llegaron a venderse por más de US$ 2 mil millones, van a la baja. Lo primero por hacer es controlar la competencia desleal, lo segundo es que la Sunat no sea tan agresiva con la cantidad de formulismos y formalismos que tiene para controlar a los que ya pagan”.

Al hablar sobre el personal en las empresas, el empresario es enfático al señalar que “los derechos laborales tienen que respetarse. Sí, es necesaria la salud y seguridad en un empleo, pero para llevar a cabo esa papelería necesitan dos o tres personas. O simplificamos toda esta normativa, o terminamos todos trabajando de comerciantes y habrá que ver de dónde viene la mercadería”.

“Otro tema en debate es un control de fusiones empresariales para evitar concentraciones de mercado… Pienso que todo lo que se haga en normativa tiene que pasar por algún tipo de filtro como pasa en países desarrollados como EE.UU., que tiene importantes controles. Todo lo que haga el Estado tiene que pasar por un semáforo que determine que se apoye la competitividad de las empresas, eso es lo que debería preocuparle al gobierno. Si lo que hace nos baja el nivel de competitividad, como sucede en este momento, que andamos bajos en este aspecto, según todas las mediciones internacionales. Lo que el gobierno debería estar haciendo es ver cómo se mejora esta situación, con especial atención en las empresas industriales”.

Finalmente Gleiser se refirió brevemente a su empresa, Corporación Rey. Explicó en forma contundente diciendo que “este es un año que empezó mal. En mi rubro de cierres, hemos perdido mercado local. En el país tenemos una terrible competencia desleal, el año pasado se liberaron tasas adicionales a la importación”. Destacó que su empresa trabaja intensamente para ganar mercados en varios países de la región. “Nosotros nos hemos internacionalizado y lo hacemos para poder mantener la operación en azul”, aseguró.
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La República / Comunidad Textil

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